SEGÚN VENGA EL JUEGO de Joan Didion
CUADRO DE CONTENIDO |
[Una] novela mordaz, que destila veneno en diminutas gotas, que revela devastación en una mueca de desprecio y miedo en un puñado de polvo atómico.J. R. Frakes | Book World
Ficha
TÍTULO ORIGINAL: Play It as It Lays
AUTORA: Joan Didion
IDIOMA ORIGINAL: Inglés
TRADUCTORA: Cruz Rodríguez Juiz
EDITORIAL: Literatura Random House
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2017 | 1ª Ed. 1970
ASIN: 8439732139
GÉNERO: Novela, clásica, drama
Nº DE PÁGINAS: 192
Sinopsis
Yo comento
Llegué a esta novela por pura casualidad. A pesar de buscar por activa y por pasiva un@ autor@ que hubiese nacido en Sacramento —EE UU— no di con ningun@ y pensé en dejarlo correr, después de todo no era primordial cumplir dicha premisa —totalmente autoimpuesta— para abordar la novena etapa de ‘LA VUELTA AL MUNDO EN 12 LIBROS 2024’. Cuando ya daba por perdido encontrar a alguien me crucé con esta novela y al leer sobre la autora supe de su procedencia.
El asunto no terminó ahí. Pues a pesar de que la buena fama precedía a Joan Didion —a quien no había leído antes—, mis impresiones acerca de esta novela me dejaron un poco desinflada. Estuve dudando entre esta y mi primera opción —Los caballeros las prefieren rubias/Pero se casan con las morenas de Anita Loos—, incluso pensé en usar ambas obras de forma comparativa —o evolutiva— acerca de la situación de la mujer que se refleja en cada una de ellas. Pero, al final, decidí que era demasiado lío y me quedé solo con esta.
Pero dejémonos de tanto follón y entremos, al fin, en materia: hoy nos disponemos a aterrizar con nuestro globo literario en la poco conocida...Sacramento, EE UU
¿A que no sabías que esta ciudad es la capital de California? Seguro que pensabas —como casi tod@s, yo incluida— que dicha capitalidad sin duda recaería en alguna de las dos ciudades más conocidas y pobladas del estado: Los Ángeles o San Francisco. Y no. El gobernador de California reside en un lugar interior bastante menos glamuroso —aunque más verde, eso sí—, cuyo nombre proviene de uno de los grandes ríos a los que se asoma esta localidad: el Sacramento.
El otro —el río American— atravesaba los terrenos atesorados por John Sutter —un colono de origen suizo, alemán en realidad, que se estableció allí en 1839—, y que fueron cultivados gracias a la colaboración de los indios nisenan —sus verdaderos pobladores desde al menos seis siglos atrás— y de los hawaianos que se trajo de su paso por el conocido archipiélago, creando un enorme imperio agrícola al que llamó Nueva Helvetia.
Así, al sureste de la confluencia de los ríos American y Sacramento, estableció el Fuerte de Sutter, el germen primigenio de la futura ciudad de Sacramento y el centro de sus dominios. Situado a unas 50 millas del aserradero conocido como Sutter’s Mill, en cuyas inmediaciones —en 1848— apareció una pepita de oro que lo cambiaría todo.
Fuerte de Sutter |
El hallazgo desencadenó el principio del fin del ‘reinado’ de Sutter y el comienzo de la conocida como ‘Fiebre del Oro’, publicitada por el fundador del California Star —el primer periódico de San Francisco— consiguiendo que su propiedad y ese descubrimiento se hicieran famosos por todo el país y el mundo entero en cuestión de meses.
La avalancha de buscadores de oro fue brutal e históricamente conocida. Miles de personas de todos los rincones se asentaron allí para conseguir su propia parte del ‘pastel’, y la población y el territorio tuvieron que intentar equilibrarse de algún modo. Algo que no pudo suceder con los negocios de Sutter y su Nueva Helvetia.
Todo eso quedó atrás rápidamente para acabar convirtiendo la antigua zona agrícola en una incipiente urbe. Los pobladores fueron asentándose y colmatando el terreno poco a poco hasta formar la ciudad antigua, al mismo tiempo que la tierra iba pasando de mano en mano.
Sacramento a vista de pájaro en 1870 |
California era originariamente india, luego fue ocupada por los españoles, más tarde —cuando Méjico se independizó— pasó a manos mejicanas, y terminó —en última instancia— constituyendo parte de la Unión norteamericana. Finalmente, un cúmulo de circunstancias facilitó que Sacramento se convirtiera en la sede del gobierno estatal a partir de 1854.
La morfología del asentamiento original —una malla regular perfectamente ortogonal— estaba ocupada en modo “casa y jardín”, el resto vino definido en gran medida por varios episodios catastróficos —incendios e inundaciones— que contribuyeron a la construcción de diques de contención de las aguas, al empleo de materiales imperecederos en lugar de madera y a la elevación del terreno en algunas parcelas.
Sacramento inundado en 1850 |
Estos procesos de nivelación se completaron totalmente en 1873, convirtiendo los primeros pisos de muchos edificios en sótanos, y los segundos pisos en nuevos pisos principales. Hoy, este sistema de sótanos del siglo XIX se conoce como el Metro de Sacramento.
Con un importante embarcadero —determinante para su desarrollo urbano y potenciado por la excelente navegabilidad de los ríos American y Sacramento—, la ciudad homónima fue apodada como ‘la ciudad de los ríos’ por dicha circunstancia; aunque también recibió el sobrenombre de ‘la ciudad de los árboles’ debido a una iniciativa de los colonos de la fiebre del oro, quienes consideraban los veranos insoportablemente calurosos y decidieron plantar árboles de sombra para mejorar su habitabilidad, una costumbre que se ha mantenido con los años y le ha dado el título de la ciudad más verde de California, repleta de frondosos parques y bulevares.
Embarcadero de Sutter |
En 1934 —cuando nació Joan Didion—, Sacramento experimentaba desafíos y cambios importantes. En plena Gran Depresión la ciudad luchaba —como todos— con graves problemas económicos, pero también supuso un terreno abonado para impulsar el desarrollo urbano y la planificación. En ese momento se estaban realizando obras públicas para ayudar a estimular la economía y mejorar las infraestructuras. Además, Sacramento se estaba consolidando como un centro político y cultural en el estado, apoyado por la resiliencia de la comunidad, que ayudó a mantener y fomentar diversas expresiones culturales.
Para mediados del siglo XX, la ciudad había experimentado un crecimiento poblacional y un desarrollo tales que reflejaron las tendencias culturales de la época. La influencia de la música, el arte y el cine comenzó a hacerse más prominente, aunque no llegase a alcanzar la misma notoriedad cultural que otras ciudades californianas como Los Ángeles o San Francisco, siempre por delante de ella.Autora
Y de esa época cultural —o mejor, contracultural— es hija Joan Didion. Nacida y criada en ‘la ciudad de los árboles o de los ríos’, dice ella misma:
Nací en Sacramento y he vivido en California la mayor parte de mi vida. Aprendí a nadar en los ríos Sacramento y American, antes de las presas. Aprendí a conducir en los diques que había río arriba y río abajo de la ciudad. Y sin embargo, en cierto sentido California ha seguido siendo impenetrable para mí, un enigma agotador, igual que para mucha gente que es de allí. Nos preocupa, la corregimos y la revisamos, intentamos sin éxito definir nuestra relación con ella y su relación con el resto del país.
Sin embargo, desarrolló su carrera literaria y periodística por otros lugares de California y del país. Todo empezó con su traslado a Berkeley para cursar estudios de literatura en la universidad homónima, consiguiendo el graduado en 1956. Su paso por la universidad, en cambio, le supuso una cierta inseguridad, pues según ella misma expresó al respecto de si la posibilidad de convertirse en escritora comenzó allí, dijo:
No, empezó a parecerme imposible. […] Todo lo habían hecho ya personas que sabían cómo hacerlo.
No obstante, ello no le impidió ganar un concurso de ensayo —y con él una beca— para trabajar en Vogue Nueva York. Y lo hizo durante siete años, nada menos. Pero la verdad es que añoraba su soleada California y allí regresó en 1964, justo tras haber publicado su primera novela: “Run, river” traducida como ‘Río revuelto’ o ‘El río en la noche’. Allí se quedaría durante toda una eternidad, nada menos que hasta 1988.
Durante toda su vida profesional escribió un poco de todo: ensayo, novela, artículos periodísticos, memorias, guiones de cine. Y entre todos ellos nos dejó su particular visión —rebosante de crítica— de la sociedad californiana, en concreto de la contracultura de los años sesenta, el estilo de vida de Hollywood y la historia y cultura de California.
Retratos de Joan Didion © Brigitte Lacombe |
Poseedora de un extenso palmarés de premios: su obra ‘El año del pensamiento mágico’ fue inmediatamente aclamada como un libro clásico sobre el duelo. Ganó el Premio Nacional del Libro de no ficción de 2005 y fue finalista tanto del Premio del Círculo Nacional de Críticos de Libros como del Premio Pulitzer de Biografía o Autobiografía.
En 2005, Didion recibió la Medalla de Oro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras en Bellas Letras y Crítica. En 2007, recibió la Medalla de la Fundación Nacional del Libro por una Contribución Distinguida a las Letras Estadounidenses. Una parte de la cita de la National Book Foundation decía:
Didion, observadora incisiva de la política y la cultura estadounidenses durante más de cuarenta y cinco años, combina de forma distintiva una prosa sobria y elegante con una inteligencia feroz y ha ganado con sus libros un lugar en el canon de la literatura estadounidense, así como la admiración de generaciones de escritores y periodistas.
En 2013, el presidente Barack Obama le otorgó la Medalla Nacional de Humanidades y el Premio a la Trayectoria del PEN Center USA. Aunque ella a pesar de llevar a sus espaldas tan magnífico palmarés expresa el porqué de su oficio con toda la humildad del mundo:
Escribo estrictamente para averiguar qué estoy pensando, qué estoy mirando, qué veo y qué significa. Para averiguar lo que quiero y lo que me da miedo.
Estructura
Y puede que esa fuera estrictamente la filosofía empleada para escribir esta novela tan cruda, dura y desasosegante, sobre todo si eres mujer, como yo. Dicen que hay mucho de ella misma en sus páginas, como esa ‘manía’ de recorrer sus carreteras descontroladamente e igual que lo hace su protagonista, esa Maria —pronunciada Maraia— cuyo nombre evoca las raíces hispanas de la ciudad y del estado.
En el primer y caluroso mes del otoño siguiente al verano en que dejó a Carter, el verano en que Carter la dejó, el verano en que Carter dejó de vivir en la casa de Beverly Hills, una mala época en la ciudad, Maria hizo más de once mil kilómetros con el Corvette.
Joan Didion con su propio Corvette |
Sus apenas 192 páginas se distribuyen en nada menos que 84 capítulos, lo que tocaría a unas dos páginas y pico por capítulo. Lo cual no es estrictamente así, pero nos da una idea de lo escuetos que son todos, muchos de un solo párrafo, otros un pelín más extensos, rápidos a más no poder.
Con narradores diferentes y frecuentes flashbacks, a veces parecen retazos inconexos, recuerdos o sensaciones de una vida. Pero, tras leer a Cortázar y su Rayuela el mes anterior, nada de esto me ha parecido extraño o extravagante sino solo natural como la vida que cuentan. Así son los pensamientos de Maria, y de cualquiera.Rapidez
Plagado de diálogos con pocas y cortas o ningunas acotaciones que aceleran la trama una barbaridad. El texto adquiere una velocidad supersónica que mantiene al lector enganchado sin remedio, a pesar de la crudeza de la historia. Aunque a mí se me hayan hecho un tanto extraños y confusos algunos de ellos, en los que no fui capaz de distinguir entre el hombre y la mujer que los protagonizaban, que se fundían ambos como si fueran personalidades iguales. Quizá era lo buscado: una masculinización de los personajes femeninos.
Maria y E.Z. |
Quizá esa manera de hacer tenga mucho que ver con su faceta de guionista de películas que compartió con su marido —también escritor— John Gregory Dunne. Pues los diálogos son prácticamente teatrales, salvo por la falta de identificación de quien habla cada vez. Aunque —eso sí— en ese sentido, no hay nada que sobre, ni tampoco que falte. Toda la historia queda perfectamente contada sin necesidad de aditamentos.
Temática
La temática —como ya he dicho— dura, por momentos durísima, tanto para la protagonista como para las mujeres en general. Muestra una sociedad bastante podrida, que quiere aparentar una modernidad que la sobrepasa, que deja a las mujeres —como siempre— como las grandes perjudicadas.
A Maria se le ocurrió pensar que cualquier pacto que se firmara siempre funcionaba peor para las mujeres.
Comprendió que esperaba morir. Todo ese tiempo había pensado que se moriría, tan seguro como esperaba que los aviones se estrellasen si se subía a bordo con ánimo sombrío, tan incuestionablemente como creía que un matrimonio sin amor terminaba en cáncer de cuello de útero y un adulterio equívoco en accidentes infantiles mortales. Maria no creía particularmente en las recompensas, solo en los castigos, repentinos y personales.
Terrorífica la situación de Maria, sometida al peor de los maltratos, ese que se denomina vicario, tan de actualidad en estos tiempos, por desgracia. Y que paradójicamente es lo único que la empuja a seguir adelante y salir del hoyo: recuperar a su hija, que está internada en una institución para niños con necesidades especiales y a quien su marido utiliza para castigarla.
—No estoy segura de querer hacerlo —dijo ella con cautela.
—Muy bien, pues no lo hagas. Sigue adelante y ten el niño. —Hizo una pausa, confiado en la mano que llevaba. Maria esperó a que la jugara—. Y me quedaré con Kate.
El final me ha dejado un sabor de boca esperanzado y un tanto amargo al mismo tiempo.
En resumen
Esta novela me ha supuesto un cúmulo de sentimientos encontrados. Puede que hubiera depositado demasiadas expectativas en el nombre que avala la firma, o puede que no me haya calado tanto como quizá merezca debido a ese contenido descarnado, en ocasiones desagradable, y totalmente paradójico de una época que se supone de liberación sexual para las mujeres y que pudo no serlo tanto, al menos de la manera que cabría esperar.
No creo que sea representativa de una sociedad en su conjunto, como se ha dicho, sino más bien de toda la gente que rodea el mundillo del cine en Los Ángeles, en particular, y puede que a lo sumo en California, en general.
Y no creo tampoco que —por todo lo aquí comentado— sea apta para cualquier lector.Adaptaciones
Esta fue la primera y única adaptación de una de las novelas de Joan Didion al cine, pero también el segundo guion que ella —sola o junto con su marido— adaptaría de una larga lista que, sin duda, la llevó a conocer en primera persona los entresijos de la vida en Hollywood que tan bien retrató en esta novela y, por ende, en su adaptación:
- 1972: Play It as It Lays, un largometraje dirigido por Frank Perry, con guion de Joan Didion y su esposo John Gregory Dunne, y protagonizado por Tuesday Weld —mejor actriz en el Festival de Venecia 1972 y nominada en la misma categoría al Globo de Oro 1972— y Anthony Perkins.
Valoración
2/4 books
Descarnada y envenenada por momentos.
En ‘Los caballeros las prefieren rubias/Pero se casan con las morenas’ pude apreciar la picardía con que las mujeres de una determinada época —los locos años veinte— tiraban de su condición femenina para conseguir lo que querían de manera subrepticia. Dicen que Anita Loos —la autora— creó e hizo popular esa frase tan manida de ‘las rubias son tontas’ —francamente, creo que su obra da a entender todo lo contrario—, pero se usa en su novela para sacarle el propio provecho. No son tontas, se hacen las tontas, cuando los verdaderos tontos son ellos. Ellas —tontas o no— salen triunfantes.
En cambio, en la obra ‘Según venga el juego’ de Joan Didion, ya se ha producido la revolución sexual de los sesenta. Se supone que las mujeres están más equiparadas a los hombres en ese sentido, pero salen perjudicadas. Porque eso no es así en realidad. Ese supuesto amor libre solo termina por lastrarlas a ellas, porque la igualdad efectiva no existe en realidad, sino que ellas han absorbido ciertos comportamientos masculinos que lejos de liberarlas, las alienan más todavía.
En ese sentido, parece que las generaciones anteriores, de principios del siglo pasado, salen mejor paradas que las posteriores. Y eso me ha parecido una enorme paradoja. No sé si me explico.
Desde luego, es un tema sobre el que reflexionar. ¿Hemos realmente avanzado con el discurrir de los tiempos, o seguimos igual y nuestros problemas tan solo han cambiado de nombre?
¡Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que desconocía casi todo lo que nos cuentas acerca de cómo se creó Sacramento, ¡qué interesante!!
Conozco a Didion (aunque nunca la he leído, sé que es una autora muy buena y que tiene muchísimos adeptos y fans incondicionales), aunque no sabía que nació en la capital de California (por supuesto también desconocía ese dato). Tus palabras sobre ella de "cruda dura desasosegarte" pues hacen un click en mi cabeza porque son es tipo de argumentos los que más disfruto. Una novela que son retazos de vida y que se lee rápido. Que terrible la violencia vicaria que cómo dices es tan frecuente hoy día y encima en este caso con una niña con necesidades especiales. Veo que al final no te ha convencido al cien por cien, aunque sí la disfrutaste. Yo creo que me la llevo porque puede ser de las mías
Besos
Hola, Marian. Yo tampoco había leído nada de Didion antes de esta novela y, sí, su fama de buen hacer siempre la ha precedido. A mí me ha parecido un poco el estilo de Annie Ernaux, salvando la diferencia de ue ésta escribe solo sobre sus experiencias personales y Joan creo ue lo hace desde las experiencias de una sociedad en conjunto, pero sus estilos tienen similitudes, sobre todo, a la hora de no cortarse un pelo al hablar de ciertos temas más o menos tabú.
EliminarYo tampoco sabía nada de Sacramento, empezando porque ostentara la capitalidad de California, y me ha resultado fascinante saber cómo se formó en unas tierras despreciadas en cierto sentido por los españoles y atesoradas por el 'vivo' de Sutter que vio un gran negocio en ellas.
En cuanto a disfrutar más o menos el libro, creo que me pilló en un momento en que leí bastantes historias –y muy seguidas– acerca de abusos hacia la mujer. Esta novela es cruda en su planteamiento y desarrollo y me resultó tremenda en algunos pasajes, por eso no pude disfrutarla tanto como otras. Sin embargo, y pese a ello, merece muchísimo la pena. Celebro que esta reseña te haya animado a leerla.
Un beso.