ETHAN FROME de Edith Wharton
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Una excepción en una novelista esencialmente moderna y urbana como Edith Wharton. Sin embargo, desde su publicación, no dejaría de ser una de sus obras más características, uno de los ejemplos más celebrados de su sensibilidad y de su estilo.El editor
Ficha
TÍTULO ORIGINAL: Ethan Frome
AUTORA: Edith Whartont
IDIOMA ORIGINAL: Inglés
TRADUCTORA: Ángela Pérez
EDITORIAL: ALBA
COLECCIÓN: Clásica CLXII
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2013 | 1º Ed. 1911
ASIN: B00HDFVFWW
GÉNERO: Novela, clásica, drama
Nº DE PÁGINAS: 114
Sinopsis
Yo comento
Autora
Pues aunque Edith Wharton publicó novela —con su nombre— de manera tardía, pudo encumbrarse en el mundo literario —llegando a ser la primera mujer en ganar el premio Pulitzer— porque pasó casi todos sus días escribiendo, tanto novela como poesía y relato, —incluso una obra de teatro póstuma— y publicando —desde la primera— prácticamente una novela anual, hasta su muerte.
Aunque hizo muchas otras cosas. Y fue primera en algunas de ellas: primera reportera de guerra en la Primera Guerra mundial, primera mujer doctorada en Letras por la Universidad de Yale, primera mujer en llegar a la cima del Monte Athos o una de las pocas privilegiadas a las que le fue posible visitar un harén.
Asimismo, le fue concedida en Francia la Orden de la Legión de Honor, y fue nombrada miembro de la Academia Americana de Artes y Letras. Además de meterse en asuntos de interiorismo, publicando —junto a un arquitecto amigo— un libro bastante influyente contra la estética victoriana.
Y es que su vida fue de todo menos tranquila, a pesar de su procedencia privilegiada —por su pertenencia a una de las familias mejor situadas de la Edad Dorada de la ciudad de Nueva York, ‘the Joneses’, emparentada nada menos que con los conocidos Astor—. Pero, claro, era mujer, y como integrante del sexo femenino hubo de sufrir los inconvenientes que eso siempre lleva aparejado y, más, en aquellos años.
Su destino estaba escrito desde la cuna y pasaba por un matrimonio a la altura de su nivel social. Por ello, tras un primer compromiso fallido, decidió casarse con un amigo de su hermano —un acaudalado bostoniano que vivía de administrar sus bienes heredados— llamado Edward (Teddy) Robbins Wharton y que le sacaba doce años.
Su vida en común no fue fácil. Había una incompatibilidad manifiesta entre ellos, tanto en asuntos amorosos como intelectuales. Y acabó en desastre, tras los adulterios y ‘enfermedades mentales’ de ambos. Aunque duró casi tres décadas, finalmente Edith pidió el divorcio y se quedó a vivir en Europa —primero en Italia y luego en Francia— donde falleció.Paralelismo
Y como no pudo ser de otra manera, todo ello terminó por influir en su obra en general y en Ethan Frome, en particular. Cuando leí sobre su vida para documentarme para esta reseña me llamó la atención lo parecido de su situación en la vida real a la del protagonista Ethan de su novela, salvando las distancias de que él era un hombre y ella una mujer, y de que él era pobre y ella rica. Pero ambos estaban atrapados en un matrimonio de conveniencia que —de una forma u otra— no terminó bien. Y ambos encontraron el amor verdadero fuera del ámbito conyugal.
Estructura
Aunque lo primero que llama la atención en esta novela es el empleo de una estructura denominada ‘enmarcada’ —más característica de los cuentos del periodo barroco—, que la propia autora justificó en el prólogo a la edición de 1922, y que se reproduce en la que hoy nos ocupa. Pasando, así, de un narrador en primera persona al principio y al final a otro en tercera persona durante todo el meollo de los nueve capítulos que componen la historia.
La razón para ello era la de mostrar al protagonista desde varios puntos de vista, para así dar tanta importancia a lo que se calla como a lo que se cuenta y —me atrevería a decir— que para mantener la intriga de principio a fin, obligando al lector a imaginar diversas posibilidades durante el desarrollo de la historia para dar la campanada final con otro de los desenlaces inesperados que tanto le gustaban a la autora.Estilo
Dicen que Henry James le ayudó a pulir su estilo durante la época en que escribió esta obra. No sé si fue así, pero es llamativo que él mismo ya hubiese usado —un tiempo antes— el truco de enmarcar la historia en su celebrada ‘Otra vuelta de tuerca’. Aunque yo lo único que veo es que en esta novela —enmarcados aparte— Edith hizo un trabajo minimalista muy efectivo. Hay quien piensa que se quedó corta, yo creo que está todo lo que importa, y lo que no está, sobra y no es necesario.
Los hechos inexorables le cercaron como carceleros que esposan a un convicto. No había salida. Estaba condenado a cadena perpetua, y su único rayo de luz iba a extinguirse.
Y para redondearla, usa una prosa inmersiva —bastante cinematográfica— y cargada de simbolismo que nos hace sentir el ambiente gélido del pueblo de Ethan pero, sobre todo, de la casa de Ethan, y del matrimonio de Ethan. Se puede vislumbrar ese vaho que sale de sus bocas, y hasta de las nuestras.
Psicóloga
Además, se puede entender la psicología de unos personajes tan bien construidos, solo por los detalles que la autora nos va perfilando. Pocas palabras le bastan para lograr unas identidades complejas muy bien cimentadas. Otra de las habilidades de la autora.
—¿Que perdiste la salud cuidando a mi madre?
—Sí. Y toda mi familia me dijo entonces que lo menos que podías hacer era casarte conmigo después…»
Rareza
Sin embargo, esta obra ha sido calificada de auténtica ‘rareza’ dentro de su producción literaria. No solo porque esté ambientada en una comunidad rural, sino porque su protagonista sea masculino, o porque narre un matrimonio infeliz, en el que las exigencias del amor y la vocación no entren en conflicto con las expectativas de la sociedad —su modus operandi habitual—, sino con la escasez económica.
Esta ha sido mi tercera Wharton, las otras dos —Las hermanas Bunner y La sombra de la duda— son tan atípicas como esta misma, al parecer. Creo que —hasta ahora— tan solo he leído sus 'rarezas' hechas obra literaria. Aunque rarezas diferentes, eso sí. Las tres dignas muestras de su diestra pluma, y muy recomendables.En resumen
Esta magnífica nouvelle incluye una ambientación muy lograda, unos personajes muy sólidos y una historia muy trágica envuelta en nieve en un ambiente rural muy humilde. Contiene muchas posibilidades, muchas idas y venidas, pero todo el que se adentre en sus páginas será incapaz de imaginar su desenlace. Como ha escrito Alma —una compañera bloguera—: «[…] harás conjeturas y... lamento anticiparte que inevitablemente serán todas equivocadas…».
Adaptaciones
TEATRO:
- 1936: Ethan Frome, obra de teatro de Owen y Donald Davis producida en Nueva York.
- 1995: Ethan Frome, Richard Krausnick adaptó y dirigió la novela como una obra de teatro de larga duración para Shakespeare and Company, quienes la representaron por primera vez en 1995 en Lenox, Massachusetts, donde Wharton tenía una casa.
- 2011: Ethan Frome, obra de teatro de Laura Eason en el teatro de Chicago llamado Lookingglass Theatre.
PELÍCULAS:
- 1993: Ethan Frome, largometraje dirigido por John Philip Madden, y protagonizado por Liam Neeson (en el papel de Ethan), Joan Allen (en el papel de Zeena) y Patricia Arquette (en el papel de Mattie).
Los titulos (en caso de que haya enlace disponible) están enlazados a las páginas donde se pueden visualizar.
Valoración
3/4 books
Un drama norteamericano muy bien contado.
Muy mal, señores de la Editorial ALBA. No vuelvan a repetirlo. Habrá muchos lectores que hayan caído en la trampa, lo mismo que yo. Les insto a que en producciones futuras no obvien partes tan fundamentales para una mejor comprensión.
Una reseña fantástica, M.J. Qué bien has analizado la novela, tanto el estilo como el fondo de la historia. Es una rareza, como dices, dentro de la escritura de Wharton. Una novela muy sobria y muy melancólica que contagia esa gelidez de los paisajes en que se ambienta y el desencanto del protagonista de una forma muy sutil. También yo la tengo bastante reciente porque la leí hace poco y me gustó muchísimo. También me ha gustado mucho leerte. Un beso.
ResponderEliminarGracias, Marta. Y una recomendación excelente. Gracias por proponerla. Las tuyas nunca decepcionan, todo lo contrario. Contagia gelidez, cierto. Y está fantásticamente bien escrita. La verdad es que las tres obras que he leído hasta ahora de la Wharton me han gustado muchísimo. Tengo que abordar las más conocidas y largas. A ver cuando caen.
EliminarGracias por venir. A mí también me ha gustado mucho leer tu reseña de la obra. A la vista está, me convenciste para leerla yo también. Un beso.
Hace mucho que tengo Ethan Frome en mi lista de pendientes, pero no sé por qué otras novelas de la autora la han ido pasando. este año la he escogido también para Serendipia recomienda. Es la mejor manera de obligarme a leerla.
ResponderEliminarSí que es un fallo lo de no separar el prólogo del inicio de la novela y es extraño porque Alba no suele tener esos descuidos.
Yo he leído varias novelas de Wharton y tengo pendiente también La sombra de la duda. A ver si me animo. Muy buena reseña y muy currado lo de las adaptaciones.
Un beso.
Gracias, Rosa. Pues si lees esta edición, estás avisada de que sucede eso. La verdad es que venía de otras lecturas y ya no estaba muy avispada con esta, que, bueno, cuando la leas ya verás que tiene esa particularidad en cuanto a los narradores, que hacer esta tontería que han hecho los de ALBA no ha favorecido en nada la claridad del asunto. Era una edición kindle y parece que muchas editoriales no le dedican tiempo o dedicación suficientes a este tipo de ediciones porque acabo de leer una obra de teatro de Maquiavelo y, aunque es otra editorial, ha hecho otra pifiada del estilo. Si ya de por sí las obras de teatro son más difíciles de leer que la prosa común, encima han justificado el texto al centro dándole una apariencia de verso que descoloca una barbaridad ylas partes que sí iban en verso las dejó la editorial en prosa. Un desastre.
EliminarPues, nada, anímate con la sombra de la duda. A mí me gustó mucho. Pero hay quien dice que no está a la altura de la Wharton.
Un beso.