LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO de Oscar Wilde
CUADRO DE CONTENIDO |
La más trivial de las comedias mundanas, es una de las que producen ese placer intelectual por el que reconocemos lo bello.Arthur Ransome
Ficha
TÍTULO ORIGINAL: The importance of being Earnest
AUTOR: Oscar Wilde
IDIOMA ORIGINAL: Inglés
TRADUCTOR: Julio Gómez de la Serna
EDITORIAL: Createspace
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2015 | 1ª Ed. 1895
ASIN: 1512316474
GÉNERO: Teatro, Histórica, Drama
Nº DE PÁGINAS: 56
Sinopsis
Jack tiene un secreto. Lleva una vida tranquila y respetable en el campo, donde ejerce como protector de la bella Cecily; pero cuando necesita divertirse, se escapa a Londres y se hace pasar por su imaginario hermano Ernesto, un hombre tan disoluto y extravagante como su íntimo amigo Algy.
Sin embargo, el objetivo de su último viaje a Londres es proponer matrimonio a la prima de Algy. La chica acepta la propuesta, pero su madre, la temible Lady Bracknell, que tiene otros planes para su hija, averigua que Jack, siendo un bebe, fue hallado en una bolsa abandonada en la Estación Victoria.
Algy, aprovechando la preocupante situación de su amigo, visita a Cecily. Cuando se presenta como Ernesto, descubre encantado que la chica hace tiempo que sueña con casarse con el hermano errante. Pero, cuando Jack regresa con la noticia de que su hermano ha muerto, las cosas empiezan a complicarse.
Yo comento
Abadía de Kylemore, IRLANDA
Y la denomino así porque —al igual que el Taj Mahal— se construyó como una especie de prueba de amor, de monumento a la persona amada hecho castillo, esta vez como cobijo del objeto amoroso durante toda su vida, aunque también —igual que la otra— como descanso eterno tras su muerte.
Todo empezó en 1849, durante la luna de miel de la pareja formada por el rico heredero Mitchell Henry y su esposa Margaret que, a su paso por la tierra de sus antepasados —ambos habían nacido en Irlanda—, recalaron en Connemara.
Mitchell y Margaret Henry |
Margaret quedó maravillada con aquel magnífico paisaje de ríos, montañas y lagos, así que durante un paseo a caballo por lo que entonces era un coto de caza con sólo una pequeña construcción —el Kylemore Lodge— le dijo a su reciente esposo: "Me encanta Connemara, hazme una casa aquí, Mitchell". A lo que él respondió: "No te haré una casa, querida, te haré un castillo".
La idea rondó por la mente de Mitchell durante años y, cuando su padre murió y heredó una de las mayores fortunas de Gran Bretaña, decidió hacer realidad el deseo de su esposa y, de paso, cambiar de vida. Así que en septiembre de 1867 Margaret ponía la primera piedra del futuro hogar irlandés de la familia, que en solo cuatro años estaría terminado.
Por aquel entonces, Mitchell dejó su carrera como patólogo y cirujano ocular en Manchester y se convirtió en un próspero hacendado y empresario, al mismo tiempo que daba sus primeros pasos en política. En 1871 la familia se instaló junto al lago, en el terreno de 6.000 hectáreas de Kylemore que ocupaban el castillo y su jardín victoriano, rodeados de bosques, turberas y zonas pantanosas.
En la puerta del castillo |
Ello permitió mejorar la vida de los habitantes de la zona —en plena Gran Hambruna Irlandesa— pues Mitchell y Margaret Henry tenían unos 300 trabajadores viviendo en su terreno a los que pagaban mucho más que la media por su trabajo, fundaron una escuela para sus hijos, redujeron las rentas en los tiempos más duros y mejoraron las condiciones de sus ‘cottages’. Además, convencieron a todos los inquilinos que pudieron para que reclamasen las tierras pantanosas y las explotasen.
La construcción del castillo de Kylemore había supuesto todo un desafío, pero Henry no escatimó en gastos para implementar allí las tecnologías más novedosas de la época. El diseño corrió a cargo del arquitecto irlandés James Franklin Fuller y fue el ingeniero Ussher Roberts quién se encargó de sus aspectos más técnicos.
El jardín victoriano amurallado era el más grande de Irlanda y tenía 21 invernaderos calefactados por agua caliente y un cuarto oscuro para que los vástagos Henry pudieran divertirse con su afición fotográfica, junto a sus mascotas exóticas. En 1893, el agua del lago Touther generaba electricidad suficiente para abastecer al castillo, tenía su propia brigada de bomberos y se había construido una variante de la carretera pública para llegar hasta el edificio.
El palacio contenía 33 habitaciones, 4 baños, 4 salas de estar, salón de baile con tarima de madera, sala de billar, biblioteca, estudio, sala de escuela, sala de fumadores, sala de armas y varias oficinas y residencias de personal doméstico. Además de una cocina bien equipada, también tenía varias despensas —entre ellas una de pescado y otra de carne—, una casa de hielo, y una bodega de cerveza y vino. Como colofón, contaba con una lujosa casa de baños turca que actuaba como la manera perfecta de relajarse después de un día extenuante en la finca.
Es decir, el castillo de Kylemore en Irlanda proporcionó a los Henry un retiro idílico del ajetreo y el bullicio de la vida en Londres donde, incluso para los muy ricos, la existencia se había vuelto difícil debido a la atmósfera contaminada proveniente de las numerosas fábricas existentes en plena era industrial.
Sin embargo, como las cosas materiales no dan la felicidad —aunque ayuden bastante—, el matrimonio Henry y sus nueve hijos solo pasaron unos pocos años felices allí, eso sí, rodeados de amigos y familiares a los que invitaban a gozar de su hermoso paraíso, obsequiándoles con un ramito de violetas —en el Londres victoriano representaban lealtad y amistad— para adornarse durante las cenas.
Familiares y amigos |
El detonante ocurrió en 1874, durante unas lujosas vacaciones en Egipto. Margaret —la esposa— enfermó de disentería y murió tras pasar dos semanas de convalecencia. Nada pudo el dinero para salvar su vida. Con 45 años y la hija menor de tan solo cuatro, abandonó este mundo, dejando desolada a la familia en general y a Mitchell en particular.
Transportaron su cadáver embalsamado desde el país de las pirámides y lo colocaron en un ataúd de vidrio bajo la gran escalera del vestíbulo principal —como si de una protagonista de cuento se tratara— para que familiares, amigos e inquilinos pudieran ir a presentarle sus respetos. Con el tiempo, los restos de Margaret fueron colocados en un modesto mausoleo de ladrillo rojo en los bosques de su amado Kylemore.
Mausoleo de ladrillo rojo |
Entre 1877 y 1881 Mitchell construyó el complemento perfecto a su amor después de la muerte: la iglesia neogótica, una reproducción en miniatura de la catedral de Norwich hecha de mármol verde local de Connemara, donde las gárgolas y animales tenebrosos se sustituyeron por ángeles sonrientes, flores y pájaros, en representación del nido familiar que allí intentaron forjar antes de la tragedia. Mitchell ya nunca se recuperó y la estancia en Kylemore se le hizo más pesada cada día hasta que, finalmente en 1903, acabó por vender el complejo y sus terrenos a sus amigos los duques de Manchester.
Iglesia de Kylemore |
Los restos de Margaret, por alguna razón, nunca fueron trasladados a la cripta bajo la nave de la iglesia y cuando en 1910 la muerte sorprendió a Mitchell, sus cenizas fueron llevadas a Kylemore y colocadas junto a los restos de su difunta esposa, para así estar juntos por toda la eternidad.
La finca siguió pasando de mano en mano y ya nunca recobraría su esplendor original, pareciera como si sobre ella se cerniese una maldición desde la desaparición de la señora Henry, pero eso ya es otra historia…
Ah, y cerca del mausoleo está la ‘piedra de planchar’, rodeada de leyendas y que concede deseos a quién consigue lanzar otra piedra a su parte superior mientras le da la espalda...Autor
Quizá Oscar Wilde —el autor de la obra que hoy nos ocupa— hubiera tenido que probarla en alguna de sus escasas visitas a su tierra natal y desear un futuro y un final de vida más felices. Porque a pesar de haber logrado un rotundo éxito con ‘La importancia de ser Ernesto’, su vida personal y social cayó en desgracia al poco de ser estrenada, y ya nunca se recuperó.
O quizá no hubiera tenido que ser tan osado a la hora de criticar en ella la hipocresía de la alta sociedad victoriana, a la cual él mismo pertenecía. Puede que el padre de su amigo lord Alfred Douglas quisiera enfrentarlo en persona a esa doble moral que tanto parecía odiar. Y, al final, se salió con la suya dejándole en su club privado una tarjeta en la que escribió: "Para Oscar Wilde, ostentoso sodomita".
Tal vez Oscar hubiera debido escuchar a amigos y parientes y cortarse un poco a la hora de denunciar al marqués por calumnias. Pues la suerte se volvió en su contra y sus huesos fueron a dar en prisión durante dos largos años de trabajos forzados, víctima de una condena ejemplarizante.
Después de aquello jamás llegó a recuperarse, al igual que Mitchell Henry tampoco lo hizo del golpe que supuso para él la muerte de su adorada esposa. Ambos resultaron víctimas del amor, aunque por motivos bien diferentes. Wilde fue identificado desde entonces con el paradigma de la homosexualidad. Su esposa e hijos lo repudiaron, se quitaron su apellido, y acabaron viviendo en otro país.
Poco importaba ya que Oscar Wilde hubiera sido quien más y mejor animase las reuniones sociales a las que asistía, gracias a su reconocido ingenio y al juego de palabras que le gustaba usar —como en esta obra—, y conocido por su vestir extravagante y su brillante conversación y todo ello terminara convirtiéndolo en una de las mayores personalidades de su tiempo.
Se había dado a conocer por su implicación en la filosofía del esteticismo, explorado el catolicismo —al que se convirtió en su lecho de muerte— y su empeño en desarrollar con precisión detalles estéticos y combinarlos con temas sociales le había llevado por los caminos del teatro.Estructura
Como esta obra estructurada en tres actos al más puro estilo clásico, un envoltorio tradicional para una moderna fórmula de teatro que rompió todos los esquemas del momento:
Esta comedia introdujo en Inglaterra la fórmula moderna del teatro contemporáneo… Se acabaron los melodramas vulgares que abrumaban la escena británica. Oscar Wilde substituyó todo esto por la comedia moderna en el sentido más estricto de la palabra. La sátira se mezcla con un diálogo deslumbrante en el que brotan las frases ingeniosas y las paradojas.Cecil Georges Bazile
El primer acto discurre en Londres y es durante esta primera parte cuando conocemos a la mayoría de los protagonistas de la obra. Y, sobre todo, sabemos de las dobles identidades de los protagonistas masculinos.
Jack y Algy, protagonistas masculinos. |
El segundo, siguiendo el más puro esquema clásico, cambia el escenario al campo y nos da la posibilidad de conocer más a fondo a las féminas de la trama, además de aparecer el detonante.
En el tercero y último se produce el desenlace y un importante punto de giro que implica a todos los personajes de una u otra manera y resuelve la trama usando una especie de moraleja o reflexión última con esa frase final.Recursos literarios
Pero lo que realmente hace del texto una comedia sin igual es el empleo de una ingente variedad de recursos literarios, sello y gran muestra del talento de su autor. Pues Oscar Wilde hace honor a su famoso ‘ingenio’ mediante el uso de diálogos rápidos y agudos repletos de juegos de palabras cuyo significado explora todas las ideas que quiere destacar, principalmente las referidas a la identidad y las apariencias.
Es completamente escandaloso el número de señoras en Londres que flirtean con sus maridos. ¡Hace tan mal efecto! Es, sencillamente, como lavar en público la ropa limpia.
Pero no solo eso. La ironía, la paradoja y la sátira campan a sus anchas en todo el texto y contribuyen a volverlo humorístico en el más amplio sentido de la palabra, haciendo reír al lector a carcajadas mediante frases que llegan al sarcasmo más loco y producen un humor del absurdo que subraya la ridiculez de las normas y expectativas de la sociedad, creando un ambiente cómico que cuestiona la lógica de esas convenciones hasta sus cimientos.
Siempre es doloroso separarse de las personas que ha conocido uno recientemente. La ausencia de los antiguos amigos puede sobrellevarse con serenidad. Pero una separación, aun siendo momentánea, de una persona que acaban de presentarnos, es casi intolerable.
Todos estos elementos permiten una profunda crítica de la sociedad, envuelta en un ambiente frívolo a más no poder. Se cuestionan el matrimonio, el estatus social y las expectativas sobre la conducta que regían la sociedad victoriana. Además, el uso de la personificación —con Bunbury y el bunburismo— representa conceptos como la doble vida y la búsqueda de la libertad personal.
La única manera de tratar a una mujer es hacerla el amor, si es bonita o hacérselo a otra, si es fea.
Wilde también emplea el simbolismo en el uso de los nombres de todos los protagonistas —por ejemplo, Ernesto representa la seriedad y la respetabilidad— reforzando así sus características y roles sociales. Y, como colofón, la filosofía implícita en los diálogos y reflexiones de los personajes añade profundidad y relevancia a la obra, así como una atemporalidad de la que cualquier obra maestra está más que sobrada. Es decir, con todo ello, el autor transmite sus críticas sociales de una manera accesible y atractiva al gran público.
Sociedad victoriana
Oscar Wilde representa en la obra una sociedad llena de contradicciones y peculiaridades donde la hipocresía y la doble moral son generalizadas. Los personajes presentan una fachada respetable mientras por detrás existen engaños y deseos ocultos. Mantienen relaciones superficiales basadas en las apariencias y en los roles sociales.
El estatus social y la clase influyen en la vida de la gente. Los personajes se preocupan por el qué dirán y las expectativas que vienen con su posición social, lo que los lleva a actuar de manera ridícula para mantener las apariencias.
Cecily y Gwendolen, protagonistas femeninas |
La obra satiriza asimismo la institución del matrimonio, destacando que no se basa en el amor genuino, sino en las expectativas personales y sociales. Wilde utiliza el humor para resaltar lo absurdo de los rituales y formalismos de la sociedad victoriana. Aunque de manera sutil, la obra sugiere tensiones sexuales y deseos reprimidos característicos de la época.
La búsqueda de identidad de los personajes también pone de relieve la lucha entre la expresión individual y las restricciones sociales aunque lo hace entrelazando temas como el doble, la hipocresía social, el matrimonio y las relaciones, el poder de los nombres y la búsqueda de la verdad mediante un humor ingenioso y situaciones absurdas, lo que convierte la obra en una crítica mordaz de la sociedad de su tiempo.
Siempre vigente
Y entre risas y sarcasmos Wilde despedaza a esa sociedad victoriana —de la que él mismo fue reo y víctima— sin el más mínimo miramiento. Como ya dije, su hipocresía, la preocupación por guardar las apariencias a toda costa, el clasismo más galopante, la desigualdad entre sexos, la doble vida de los elementos masculinos, la búsqueda de posición de las féminas mediante el matrimonio son sus armas.
Un perfecto sueño de teatro, una comedia despiadada y excéntrica, perfecta, bella y onírica como la vida de una rosa en las extrañas paredes de un jardín vertical.Paco Nieva
Algo que es posible trasladar al tiempo presente de las redes sociales, donde nadie es quien aparenta, donde todos nos ‘bunburizamos’ —inventando una vida perfecta imposible como fachada— para encajar en un mundo fabricado a la medida de las plataformas de comunicación. Todo el mundo vive otra vida idealizada porque la real es mucho menos atractiva.
Ernest o Earnest
Y, para terminar, hablemos de un título aparentemente ambiguo y que trajo de cabeza a todos los traductores de los diversos idiomas a los que se trasladó:
‘La importancia de llamarse Ernesto’ o ‘La importancia de ser formal’. Usando Ernest o Earnest, dos palabras que suenan igual en inglés y que son en realidad dos expresiones del mismo concepto: la honestidad. Pues la causa de todos los problemas de los personajes es precisamente su carencia. Lo mismo que su falta vicia toda la esencia de cualquier sociedad, pasada, presente o futura.
Sin embargo sí que se propuso el uso de nombres como «franco», «justo», «modesto» o «próspero» aludiendo al significado de esos mismos adjetivos, pero ello no cundió demasiado optándose por usar Ernesto sin más, con la ‘pérdida’ que ello representa en realidad.Adaptaciones
PELÍCULAS:
- 1950: Al compás de tu mentira, película musical Argentina basada en la obra de Oscar Wilde usando el tango como base y dirigida por Héctor Canziani, con guion de Abel Santa Cruz, protagonizada por Francisco Álvarez, Delfy de Ortega, Pedro Quartucci y Héctor Gagliardi.
- 1952: The Importance of Being Earnest, comedia dirigida por Anthony Asquith y protagonizada por Michael Redgrave y Margaret Rutheford.
- 1992: The Importance of Being Earnest, dirigida por Kurt Baker y cuyo reparto principal incluye a Obba BabatundéWren T. y BrownChris Calloway.
- 2002: The Importance of Being Earnest, adaptación en forma de comedia romántica dirigida por Oliver Parker y protagonizada por Rupert Everett, Reese Witherspoon, Colin Firth y Judi Dench, entre otros.
Valoración
3/4 books
La sátira más divertida.
Casi nunca leo teatro, pero de vez en cuando no me importa adentrarme en el género. Este es uno de mis eternos pendientes, y jo, después de tu gran reseña, qué ganas de leerlo... A ver si le hago hueco pronto.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu reseña, MJ.
Un abrazo.
Gracias a ti, Anabel, por venir a leer y contármelo.
EliminarA mí eso de leer solo diálogos me gusta bastante y es un soplo de aire entre tanta novela. Leo un par por lo menos cada año. Y esta, la verdad, no tiene desperdicio.
Un abrazo.
Hola, en su día leí varias cosas de este autor y me gustaba mucho pero el teatro no es mi fuerte no creo que me anime
ResponderEliminarPues a mí el rollo este de leer solo diálogos me parece muy dinámico y esa rapidez que le imprime me gusta mucho. Pero bueno, eso son gustos. Yo te animo a probarlo más.
EliminarHola Mj!! Muy completa tu reseña y análisis de la obra. Me la apunto. ¡Genial reseña! Besos!!
ResponderEliminarGracias, Ana!! La verdad es que estas reseñas para el reto La vuelta al mundo en doce libros añade la parada que vamos haciendo por el camino y eso contribuye a darle una dimensión más. Era la primera vez que afrontaba el reto y aunque no pude terminarlo completamente —sí leí pero no terminé de reseñar— supuso entrar en una nueva dimensión lectora, al relacionar cada obra escogida con los lugares por los que iba pasando en este viaje maravilloso.
EliminarGracias por venir y un beso!!