¿Teléfono rojo? Volamos hacia Hellas — XXXIV Concurso El tintero de oro
CUADRO DE CONTENIDO |
El concurso
Bases
- TEMA: Un relato futurista donde androides y humanos forman parte de un mismo entramado social... o no.
- EXTENSIÓN: un límite máximo de 900 palabras.
- PLAZO: Del 4 al 18 de Diciembre.
- PARTICIPACIÓN: Una entrada en el blog del participante.
- VOTACIÓN: Los autores participantes deberán votar siete relatos otorgando siete puntos al que más les guste; seis, al segundo; y así sucesivamente. Se enviarán por correo electrónico a eltinterodeoro@hotmail.com del 19 al 28 de Diciembre. No enviar los votos supondrá la descalificación del relato.
- PREMIOS: El 30 de Diciembre de 2022 se celebrará la Gala de Premios anunciando los ganadores. Los tres primeros relatos recibirán un diploma digital acreditativo del mismo y serán incluidos en la antología en papel que se publicará en Amazon.
- Todos los relatos participantes se incluirán en el ebook digital ESCRIBIENDO A HOMBROS DE GIGANTES
- Toda la información sobre la sexta temporada AQUÍ.
Banner
Relato
¿Teléfono rojo? Volamos hacia Hellas
Empezó por el estante más alto con el plan de ir bajando...
—¡Ring, ring…! ¡Ring, ring…! ¡Ring, ring…! —Insistía con fuerza un sonido sucio, anticuado y desconocido.
Del susto casi perdió el equilibrio y a punto estuvo de caerse de la plataforma flotante que lo elevaba. Echó mano de lo más cercano y se agarró a un pequeño objeto de baquelita roja que siempre había llamado su atención en medio de la decoración de tonos neutros. Su madre evitó hablarle sobre su utilidad, pero lo cuidaba como oro en paño.
Al contacto, el mango superior se salió del sitio y el timbre se detuvo.
—¿Hola? —una voz aguda sonó alto y claro—. ¿Hay alguien ahí?
Kyllian se quedó petrificado. ¿Aquel artilugio estaba hablándole? ¿Funcionaba?
—¿Hola? —resonó la voz desconocida llenando la estancia.
—Hola —contestó Kyllian al fin.
—Aquí la Tierra —aclaró—. Hellas Planitia, ¿me reciben?
—Sí. Hellas Planitia al habla —contestó Kyllian—. ¿Quién es usted?
Tras la sorpresa inicial, Kyllian recuperó su aplomo de comandante en jefe que había aprendido durante muchos años de la mejor: su madre. Para así averiguar sus pretensiones. Cuando las comunicó al Consejo no esperaba tal reacción:
—¡Me niego a recibirlos!
—¡Y yo!
—¡Kyllian, ¿es que ya has olvidado lo que decía tu madre? Ella propuso al Consejo de la Colonia romper relaciones con los terrícolas cuando la civilización en la Tierra se fue al garete!
—¡Sí! ¡Acogerlos no es seguro!
—¡Es mejor que no vengan!
—Ya están de camino —zanjó Kyllian—. Espero no haberme precipitado, pero de momento sigo siendo la máxima autoridad militar.
Los gritos de los Consejeros seguían rebotando contra la cúpula geodésica central mientras Kyllian se alejaba.
Cuando amaneció el día de la llegada, miró al resplandor azul y le pidió ayuda a su madre, deseó tenerla a su lado y, sobre todo, no fallarle. Los protocolos estaban claros. Estarían aislados hasta que terminaran de hacerles todas las pruebas y las pasaran con éxito.
La nave fue la primera sorpresa, su mecánica difería bastante de las que habían transportado a los primeros colonos. Hasta cierto punto era natural. Había pasado mucho tiempo. Pero aquellas esferas tan avanzadas no encajaban demasiado con un apocalipsis total.
La apariencia de los visitantes fue la segunda. Piel grisácea, ropa raída, pelo largo y sucio. Nada que ver con la presencia pulcra y saludable de los colonos marcianos, vestidos con monos blancos de materiales bioeficientes.
Los Consejeros tenían razón. Su petición de asilo era cuando menos sospechosa. La enorme explosión atómica causada por un meteorito destructor de planetas cien años atrás y el invierno nuclear que la siguió habían sido suficientes para que la madre de Kyllian cortase todo contacto, y la Tierra quedaba demasiado lejos para saber en qué situación real se encontraba ahora. Por otro lado, los principios éticos que ella le había enseñado daban cabida a la duda razonable. ¿Y si estaban en apuros de verdad y Hellas era su única salida?
—Los resultados —dijo el ayudante del jefe científico y dejó un dosier sobre la mesa.
Kyllian lo abrió y la holografía flotó sobre él. Los cuerpos de los visitantes resultaban normales salvo por un detalle. No había en ellos ni un mínimo rastro tecnológico. Eran solo humanos. Primitivos animales nada más.
—¿Qué significa esto? —preguntó Kyllian al ayudante.
—Que no han sido modificados.
Los resultados alteraron aún más al Consejo. Tenía que tratarse de algún tipo de disidentes. No era posible que estuvieran limpios. Los sujetos mantenían que los maltrataban debido a su pureza. Una característica de la que ellos estaban muy orgullosos y que no toleraban cambiar.
—Les propondremos que acepten algunos implantes, los más básicos —dijo el Consejero Mayor—. Si se niegan...
—¿Serán ejecutados? —Kyllian se levantó—. Me parece brutal y excesivo.
—¿Cuál fue la primera ley propuesta por tu madre?
—La perpetuación de la especie.
—Tú eres el primer marciano, la prueba viviente de sus ideas. Deberías respetarlas más que nadie.
—Y lo hago. Pero no a costa de lo que sea.
—La supervivencia de la especie lo vale.
—Podríamos echarlos del planeta —propuso Kyllian.
—No es seguro, y lo sabes.
Kyllian, muy en el fondo lo sabía, pero aquella noche buscó consejo en las palabras grabadas de su madre. Menuda habían liado entre los dos. Ella por mantener conectado aquel maldito teléfono rojo —al fin había recordado su nombre— sin decir nada a nadie y él, por no haber tenido valor para deshacerse antes de sus cosas.
Por la mañana dio la orden. Un simple paseo por las afueras bastaría. Sin embargo, los visitantes no sucumbieron a la atmósfera irrespirable de Marte. ¿Quién debería llevar sobre sus hombros la responsabilidad de perpetuar la especie a partir de entonces? ¿La raza pura adaptada para vivir allí plenamente o la transhumana que podía durar cientos de años supliéndolo con tecnología? Tal vez podrían hacerlo juntas...
¿Causarían la definitiva extinción humana? Tocaba dar la talla.
PE: El protagonista de este relato ya tenía unos meses de vida, la vida de su familia contada a través de siete microrrelatos creados para otro reto que he dado en llamar —siguiendo la buena idea de David Rubio— 'Micro-Crónicas marcianas'. Puedes consultar —si te apetece— la historia completa de la familia de Kyllian en Marte haciendo clic en los siguientes títulos:
1. La decisión
2. Nueva vida
3. Madre
4. Nostalgia
5. Malos tiempos
6. Su legado
7. Reemplazo
9. ¡Ayuda!
10. Hermanos
11. Fratricida
12. Enemigos
13. Metamórficos
14. Divididos
15. CAUTIVadO
16. Dudoso
17. Convencido
18. Una isla
19. Orígenes
20. Confesiones
21. Decepción
22. Prisioneros
23. Superviviente
24. Insinuación
¿Qué te ha parecido mi relato?
Cuéntamelo aquí abajo me encantaría saberlo.
Foto edición: MJ RU1Z
Un relato, en que plantea un conflicto difícil, en extremo, de resolver. En que cada alternativa puede ser la errónea.
ResponderEliminarAlgo que suele estar en la obra del autor homenajeado.
Un abrazo.
Gracias, Demiurgo. A veces las opciones son igualmente malas o igualmente buenas, según se mire. O los malos o buenos somos nosotros mismos. ALguien dijo —ahora no recuerdo quién— que la mayor amenaza para la extinción de la humanidad es la propia humanidad. y creo que no andaba nada errado. Somos nuestros peores enemigos...
EliminarUn abrazo.
La pregunta tiene difícil respuesta. Me gustó leerte. Pienso que será complicado que el ser humano viva alguna vez en marte. Abrazos y feliz Navidad
ResponderEliminarNo creas, al marciano de Weir no se le dio nada mal según creo. Y es algo que ya está en marcha. La Luna y Marte son las próximas paradas. ¿Acaso no hay astronautas que viven muchos meses en la Estación Espacial Internacional?
EliminarQuizá ni tú ni yo lo veamos, pero eso es algo que ya no tiene marcha atrás. Y ahora que hemos descubierto cómo producir energía ilimitada, los tiempos vana a acortarse una barbaridad.
Abrazos y Felices Fiestas!!
Hola, MJ. Me ha gustado mucho la situación en que colocas a tu protagonista. El peso de la responsabilidad y la soledad frente a la decisión que debe tomar. Dibujas muy bien la escena y transmites muy bien la tensión del momento. Un relato estupendo. Felicidades y mucha suerte.
ResponderEliminarGracias, Marta. Aunque más que una decisión, es la responsabilidad de convencer al Consejo sobre todas esas preguntas que se hace a sí mismo con el agravante de no fallarle a su idolatrada madre.
EliminarUn beso.
Hola, M.J., gran dilema para el protagonista de tu historia, vas a tener que escribir una continuación. Me ha gustado mucho el tono de tu relato, el interrogante que plantea y el guiño cinematográfico del título. Un placer leerte. Un abrazo!!
ResponderEliminarEres la primera que me comenta lo del título. Bien visto. Sí, habría que continuar la historia. En ello estoy, hay siete micros previos y puede haber muchos más posteriores. Gracias, Lola. Un abrazo!!
EliminarMe ha encantado el relato. La esperanza de convivencia y cooperación entre las dos ¿especies? ¿modalidades humanas? me parece de lo más esperanzador, aunque no sé yo si, de darse el caso, habría tanta tolerancia y buenas intenciones. Genial tu nueva crónica marciana.
ResponderEliminarUn beso.
Fijo que no la habría, ya te lo digo yo. Y aquí tampoco la hay. Solo Kyllian se plantea esa posibilidad, el Consejo es reticente tanto a recibirlos como a dejarlos marchar, en plan pergrinaje en busca de asilo. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn beso.
Parece que llega una patera. Si solo se trataba de acogernos, no creo que hubiera problema, pero si esta en peligro su supervivencia, la presión no le dejará ser libre.
ResponderEliminarUn planteamiento peliagudo, de difícil solución.
Abrazo y suerte
No lo había visto así, Gabiliante, pero sí podría asimilarse a una patera pues cumple todas las premisas. Es un dilema peliagudo porque ya viven desde hace tiempo en una sociedad cerrada. Como si hoy llegaran unos cuantos extraterrestres a la Tierra. A ver con qué intenciones vienen.
EliminarGracias y lo mismo digo.
Buen relato, M.J., la pregunta final que recae sobre el protagonista no debe resultar fácil de responder ni siquiera para él que conoce al dedillo todo lo ocurrido en su mundo. Pero el hecho de que la responsabilidad de esa decisión pueda caer en tan solo una persona, dice mucho de esa sociedad. El relato plantea una realidad en la que dos sociedades, afectadas por circunstancias y suertes antagónicas, deben convivir por un bien colectivo común y mayor que su propio beneficio individual, un conflicto la mar de interesante. Me ha gustado la historia.
ResponderEliminarSuerte en el Tintero, un abrazo.
Gracias, Carles. Me alegro de que te haya gustado. Aunque la decisión no recae solo en una persona, está el Consejo de la Colonia, pero el protagonista es una especie de abogado del diablo que seguro tratará de convencerlos de una solución de convivencia. Pero habría que verse en el caso cuando ves tu mundo amenazado en un entorno bastante hostil como puede ser Marte.
EliminarUn abrazo.
Me ha parecido leer un episodio de una auténtica obra de ciencia ficción. El contexto, la historia y todos los detalles están muy logrados; muy realistas también, tocando temas interesantes y abriendo dudas, como con la futura pureza o no de la raza humana. La idea del viejo teléfono rojo es atractiva, me ha gustado mucho, es como un símbolo del pasado de la humanidad, con toda su nostalgia.
ResponderEliminarMuy buen trabajo. Y me hace pensar…
¿Por qué será que no se han enviado todavía misiones humanas a Marte?
Un abrazo
¡Madre mía! Hice todo lo que pude para escribir la historia lo mejor posible, pero me dejas abrumada porque te haya parecido tan lograda mi ambientación. Me subes la moral. Por otro lado, me gusta crear interrogantes. Alguien dijo que esa era la misión de los escritores: formular preguntas y no tanto contestarlas. Y siempre he tratado de seguir esa premisa. Además he dado con un par de herramientas muy útiles a través del blog de otra aspirante a escritora y que me han ayudado bastante. Un lector automático y un corrector de textos que ma han permitido escuchar la musicalidad de las palabras y corregir repeticiones y estructuras gramaticales.
EliminarEl teléfono rojo se refiere a una antigua peli interpretada por el gran Peter Sellers. Y me hizo gracia meterlo como disparador de la trama. Nostálgico con la falta de la madre, sí.
Pues hay una 'Mars generation' desde hace tiempo que se está preparando para afrontar el reto —cada día más cercano— y que imagino depende de obtener la tecnología suficiente para llevarlo a cabo. Un viaje sin retorno y bastante extremo, se pone todo ello de manifiesto en 'The martian' de Andy Weir.
Un abrazo.
Un gran dilema tiene el protagonista, y no debe ser fácil la decisión, muy buena historia, muy bien planteada, felicitaciones.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Gracias, Patricia. Un dilema vital... en todo el amplio sentido de la palabra.
Eliminar¡Menudo final abierto! Creo adivinar lo que hará el bueno de Kylian. Me han gustado mucho los diálogos y como ha ido avanzando poco a poco la trama sin saber hacia donde se dirigía el relato. Al final la gran pregunta en el aire le queda que ni pintada.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso, MJ.
Saludos.
Hola, Pedro. Me alegra que te haya gustado el final porque me produjo y me sigue produciendo muchas dudas. Aunque abierto, abierto... creo que tanto Kyllian como el Consejo tienen bien clara su postura. Otra cosa es cómo acercarán ambas o no para resolver la situación peliaguda en la que están inmersos. Creo que esto puede dar para mucho más.
EliminarSaludos.
Muchas gracias, MJ, por participar en la 34ª edición del concurso de relatos de El Tintero de oro, homenaje a Philip K. Dick.
ResponderEliminar¡Un abrazo y mucha suerte!
Gracias a ti por proponer una novela que he disfrutado tanto y un reto no menos atrayente.
Eliminar¡Un abrazo!
Menudo dilema se le plantea al protagonista! Me ha gustado el detalle del teléfono rojo, otro homenaje a otra joya del cine! Y a ese anticuado artilugio que ya ha pasado a la historia! Un abrazo y mucha suerte!
ResponderEliminarSí, una especie de hilo que mantiene unidos a los marcianos con su alma mater, aunque ya solo sea de una manera sentimental. Siempre me atrajo ese objeto del que tanto se habló durante un tiempo en el siglo XX.
EliminarGracias. Un abrazo!
Buen relato, MJ. Con un dilema interesante. Buen ritmo, bien narrado. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Mirna. El dilema es lo más importante y el quid de la cuestión. Un abrazo.
EliminarEste responsable semi-marciano se encuentra en una tesitura dificil de dirimir. Pues allá donde el humano pisa es como el caballo de Atila. Bien si se les da asilo; pero nunca dejarlos al libre albedrio. Pues si son capaces de acabar con su propio planeta, bien pueden destruir otros cuantos. Aunque en este caso se les adelantara un meteorito.
ResponderEliminarUn abrazo y suerte.
Bueno, yo creo que es marciano total. No sé si vienen —los nuevos— a destruir planetas pero lo que sí van a hacer es crear una facción diferente dentro de una sociedad uniforme y bien estructurada y eso siempre produce un desequilibrio. ¿Qué hacer con ellos? Esa es una buena pregunta.
EliminarUn abrazo.
Bueno, las sociedades humanas siempre tienden a discriminar al diferente y estos recién llegados parecen bastante particulares, así que la tarea es ardua. Por otro lado no dejan de ser sus semejantes. Veremos en que acaba todo. Saludos.
ResponderEliminarSí, veremos en qué acaba, pero Kyllian, el Consejo y la colonia entera lo tienen complicado...
EliminarLos recién llegados son resilientes y puristas, algo que co binado puede resultar muy peligroso para los que no son como ellos. Tendrán que usar mucha mano izquierda.
Saludos.
Hola MJ un relato muy interesante y que nos propone unos cuantos dilemas. Suerte en el concurso. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Ainhoa. La vida es una continua sucesión de dilemas y a mí me encanta plantearlos.
EliminarUn abrazo.
¡Pues vaya problemón tiene nuestro protagonista! Lo lógico sería que vivieran en armonía pero seguro que los miembros del Consejo (y muchos otros marcianos) no estarán de acuerdo.
ResponderEliminarUn trabajo fenomenal. Felicidades, MJ.
La armonía, más que lógica, debería ser el ideal a conseguir. Y nunca mejor dicho, porque me temo que un grupo que no desea mezclarse y otro que quiere imponer su forma de vida a los demás no van a casar nada bien uno con otro.
EliminarLos del Consejo tenderán a esperar que los otros metan la pata para poder deshacerse de ellos con motivo y no solo por su sola diferencia.
Gracias, Bruno.
Hola MJ, ¡por fin pude llegar a tu relato! La verdad es que creo que esta temporada tenemos más relatos que las anteriores y es necesario leerlos todos para poder votar responsablemente. Tu relato me ha gustado mucho, tu forma de narrar en general es muy clara y se agradece. Solo me confundí un poco cuando de estar hablando por el teléfono rojo, salta la escena al Consejo donde debaten si recibirlos o no. Tuve que regresar y leerlo de nuevo hasta que me di cuenta que era otra situación por completo. Es que yo soy un poco despistada, ¿eh? Planteas una situación difícil al pobre Kyllian. Personalmente creo que la llegada de los humanos desestabilizaría lo logrado en Marte, yo votaría por echarlos jajaja. Nos haces reflexionar con los temas de la convivencia, de lo que nos hace ser humanos, me pregunto si uno deja de ser humano por algunos implantes o modificaciones (que ya existen), me parece que no. En fin resulta un relato buenísimo y además alejado de la idea ya muy repetida de androides malos-malísimos o humanos buenos-buenísimos. Te dejo saludos y deseo que la pases genial en estas fechas.
ResponderEliminarGracias, Ana. Siempre me valoras muy bien los relatos —a mí me ocurre lo mismo con los tuyos que siempre me encantan—, y eso da una moral que no veas. Esta edición se ha hecho muy larga de leer, es verdad, te confieso que tengo una especie de sobredosis al respecto. Puede que también forzada por querer terminar cuanto antes las lecturas para que no se pase el plazo de votación, dado que hay tantas celebraciones en medio.
EliminarEn cuanto a tu percepción de esa parte del texto, lo he repasado y tienes toda la razón, de hecho le hice una pequeña modificación y creo haberlo mejorado. Sí que daba un salto un poco raro desde el párrafo anterior a los diálogos, algo que en una película sería un simple cambio de imagen, en un texto hay que explicarlo mejor porque no hay imágenes que lo hagan por sí solas. No es que tú seas despistada, el fallo era mío y estuviste muy bien indicándomelo. Ese tipo de cosas hacen mejorar mucho porque a veces nosotros mismos al leer veinte veces nuestros propios textos ya no vemos esos fallos o los obviamos. A mí se me echó el plazo encima y me faltó hacerle una o dos revisiones que me lo hicieran ver, por eso te lo agradezco aún mucho más. Ya sabes que tengo el banner de lector cero en todos mis escritos, y siempre son bienvenidas esas apreciaciones que yo misma puedo no ver. Cuatro ojos ven más que dos, ya sabes.
En cuanto al dilema de Kyllian, soy de tu opinión, esa llegada está claro que desestabiliza a una sociedad cerrada y creada desde cero cuyas normas morales son claras y diferentes a las de los visitantes. Echarlos sería la primera opción, pero podrían ir por ahí contando lo que han visto en Marte. Si se vuelven a la tierra es un peligro, si van a otro posible planeta habitado, también. Difícil decisión, pero hagan lo que hagan, es seguro que ya nada volverá a ser igual... es complicado.
Es curioso, pero justo hace unos minutos estaba escuchando la grabación de un programa de radio que hablaba entre otras cosas del transhumanismo, y lo que más me llamó la atención fue que ya se estaban elaborando leyes para prohibir y regular según qué prácticas. La verdad es que eso parece que ya lo tenemos a la vuelta de la esquina. Y en lo que estaban de acuerdo es en que menos humano no eres, pero sí distinto, y desigual al que no lleve implantes, superior en cualquier caso.
En fin, que me alegra que te haya gustado el relato, gracias por tu acertadísimo apunte y, como no, te mando saludos y deseo que también tengas unos días fantásticos y divertidos.
Gracias por tus comentarios siempre tan acertados, cariñosos y productivos.Tenías toda la razón, no estaba muy claro ese párrafo y por eso lo rectifiqué un poco. Gracias por decírmelo, mejoró bastante gracias a tu apunte. Juraría que había respondido tu comentario en su día, no sé qué habrá pasado.
EliminarUn beso.
Mal asunto cuando la ética y la ciencia o la tecnología se enfrentan ante una decisión tan difícil. ¿Son esos humanos "limpios" merecedores de ser exterminados? ¿Hay que seguir las reglas y los planes preconcebidos sin el mínimo rastro de emoción?
ResponderEliminarHas creado un conflicto que da para reflexionar.
Un abrazo.
Gracias, Josep. Es un enorme conflicto que merece una resolución a la altura. Esos humanos suponen un peligro potencial para una sociedad cerrada y equilibrada como la que existe en Marte. Exterminarlos es muy fuerte pero... pueden causar muchísimos problemas y hasta su extinción. Seguir las reglas sin permitir que las emociones intervengan puede marcar la diferencia entre subsistir o desaparecer para siempre. Aunque no por ello son menos hermanos de los puros.
EliminarMe alegra hacerte reflexionar. De eso se trataba.
Un abrazo.
Hola, MJ. Muy interesante lo que se cuenta y lo que uno se puede imaginar con lo que viene después. Creo que no tendrá más remedio que admitirlos, so pena de que incumpla lo más sagrado como es preservar la vida de "los puros". Cuando leía el relato me he quedado un poco descolocado con " —Me niego a recibirlos —y yo" me parecía que quedaba descontextualizado. Luego se entiende que habla con el Consejo. Buen relato. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, ISAN. Esa es una interpretación y la que podría contradecir a los componentes del Consejo. Los he puesto a todos en una difícil situación. me temo. Ya veremos por dónde salen. En cuanto a lo que apuntas, eres la segunda persona que me lo dice y os hice caso —porque tenéis toda la razón— y cambié un poquitín esa parte y creo que ha quedado bastante mejor. Creo que me faltó algo de tiempo para poder darle un par de rpasitos finales. Gracias por un apunte tan acertado. Un abrazo.
EliminarHola, MJ:
ResponderEliminarHa sido, como siempre, todo un estímulo el leerte. A tu narrativa ágil se une una edición impecable. Me gusta ese cuidado que tienes con los detalles en tu blog, ya que los siento como detalles hacia nosotros, tus lectores.
El título, ese guiño a Stanley Kubrick, ya atrapó mi atención y me predispuso para un viaje sugerente. Viaje que no ha concluido, ya que me queda pendiente la lectura de los relatos previos y, ¿quizá?, de la continuación de éste, ya que la extinción de la humanidad está en juego.
¡Feliz Navidad, MJ!
Hola, Nino. Bueno, los detalles del blog son una manía, me gusta cuidarlos al máximo para que se vean y lean bien los textos y fotos que uso. Creo que hay que ir haciendo cosas nuevas y mejorando la apariencia y el resultado en la medida de lo posible. Por eso se agradece un montón que algunos lo apreciéis.
EliminarY sí, ese teléfono rojo siempre me llamó la atención y no pude resistirme a incluirlo en mis micro-crónicas marcianas. Eres de los pocos que lo han notado, que conste, y lo aprecio mucho también. Creo que esto podría dar para algo bastante más grande, como mínimo una novelette. Ya veremos. He añadido un nuevo capítulo, algo humorístico, a este otro de teléfono rojo donde está en juego otra cosa más de la época.
¡Feliz Navidad, Nino!
Parece pues que la conquista del espacio no podra darse por humanos comunes y corrientes, salir al espacio requiere modificarnos biologicamente o tecnologicamente
ResponderEliminarPues no sé si lo requiere, pero seguro que ayuda para enfrentarse a medios hostiles física y temporalmente, ¿no?
EliminarUn buen relato donde las cosas no son del todo fáciles para la conquista del espacio.
ResponderEliminarBien contada la historia
Un abrazo MJ
Puri
Gracias, Puri, por venir y contármelo. No son fáciles, no.
EliminarUn abrazo.
Interesante propuesta tu relato, me ha gustado mucho, y un artilugio humano como conexión, los sentimientos, las emociones y la sensibilidad definitivamente serán la clave para saber ¿quién en el futuro dominará el mundo? Feliz navidad y próspero año nuevo 2023
ResponderEliminarGracias, Raquel. Me alegra que te haya gustado mi relato. El artilugio es lo primero que se me ocurrió, atendiendo a la época de la Guerra Fría y al mucho juego que dio en su día. La dominación o la evolución hacia algo mejor que la guerra y las continuas disputas de supremacía.
Eliminar¡Feliz Navidad y Año Nuevo para ti también!
¡Hola MJ! Vaya la que se ha liado por una simple llamada de teléfono. Una historia muy bien contada en la que tendrán que hacer frente a una difícil encrucijada. Muy bien narrada también la relación entre madre e hijo. Un saludo y suerte en el concurso.
ResponderEliminarHola, Rocío. Una llamada lo puede cambiar todo, eso está claro. Gracias por tus apreciaciones, sobre todo en cuanto a la relación materno-filial. Eres la primera que me lo dice. Y sí que es una cosa en la que hice incapié a propósito. Me gusta que te haya llegado.
EliminarUn saludo.
Hola, M.J.
ResponderEliminarMuy buen relato. Un buen dilema el que se le presenta al protagonista y que de alguna manera refleja siempre nuestro grandísimo problema: miedo al diferente.
Un miedo que se transforma en odio o repulsión y que pasen los siglos que pasen, parece que irá siempre unido a nuestra especie.
Difícil solución tiene Kyllian. Por mucho que intenta buscar buenos razonamientos, será imposible que contente a ambos colectivos.
Enhorabuena.
Un Abrazo y Felices Fiestas.
Gracias, José Ant.
EliminarTenemos esa manía de formar parte del grupo y de perdernos en él. Pero, además, hay que tener en cuenta que vivimos en un mundo de contrarios, de complementarios. Existe el bien porque también existe el mal. Hasta qué punto sería posible una sociedad perfecta donde todo fuera solo blanco. A lo mejor esta entrada en escena de un grupo que da el contrapunto a la sociedad equilibrada existente es justo lo que le faltaba para hallar ese equilibrio.
Está claro que no puede contentar a ambos. Lo único que cabe es la tolerancia para convivir y crecer juntos.
Un abrazo y Felices Fiestas para ti también!
¡Hola, M.J.! Me ha gustado mucho tu relato. Sobre todo la forma en las que lo has contado, explicando el contexto futurista progresivamente a través de la situaciones por las que va pasando Kyllian desde que encuentra el teléfono. Esto ha hecho que la historia quede muy bien equilibrada. Creo que es complicado explicar un contexto fantástico o futurista, pero si se hace así, quien lo lea lo entenderá perfectamente. Además, el relato deja esa sensación final entre el conflicto humano-tecnología que tanto caracteriza al género de ciencia ficción y nos invita a reflexionar sobre ello, poniéndonos incluso de parte de uno de los «bandos». Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo :)
¡Gracias, M.A.! Me alegro de que te haya gustado la manera de narar y lo narrado. Respecto a lo primero, he procurado seguir la máxima 'mostrar antes que contar' e ir dando detalles mínimos pero concretos de los lugares por donde transita el protagonista. Metí el relato en un letor automático y sonaba bastante profesional. Porque a veces al darle tantas vueltas tiendes a perder la objetividad. Si te dedicas a describir un entorno complicado con muchas palabras técnicas no solo queda pedante sino también pesado. Me gusta haber acertado con mi elección minimalista para contarlo. Y, claro, hay que hacer los textos comprensibles porque si no son ilegibles. A mí me pasa que si tengo que leer dos o más veces algo para enterarme ya no me gusta. Me encanta haber conseguido hacer reflexionar sobre el conflicto y ponerte de parte de uno de los bandos... ahora me quedo con la incógnita de cuál es.
EliminarUn abrazo :)
Hola, MJ. La situación que planteas a la hora de colonizar Marte me parece que ya la hemos tenido en La Tierra a medida que se han ido descubriendo territorios. El que llega se erige dueño y señor sin importarle que ya hubiera alguien allí.
ResponderEliminarYo creo que el caso de tu historia habría que repartir el territorio e ir poblándolo con unos criterios de convivencia interestelar. Si los nuevos, encima, no tienen problema con la atmósfera podrían ser más útiles de aliados que como enemigos.
Un punto de vista egoísta como el del imperialismo humano, en el espacio exterior, se puede encontrar con la horma de su zapato con alienígenas más avanzados y ya tendríamos una Star Wars montada.
Saludos y suerte. 🎄🎅🥂🖐️
Sí, podría ser todo eso que dices, pero en esta ocasión los que llevan las de ganar son los colonos que llevan décadas establecidos en Marte. En primer lugar porque son más, en segundo porque son sus reglas y en tercero porque dicha Colonia la he concebido —aunque en este relato no lo haya plasmado— como algo más científico que bélico.
EliminarSe supone —o la Colonia lo ha supuesto— que la vida en la Tierra se había extinguido. Llevan décadas sin tener contacto, aunque la madre difunta de Kyllian no se ha deshecho del teléfono rojo por si las moscas. Los que llegan suponen una sorpresa, pero se hallan en inferioridad de condiciones. Deshacerse de ellos sería lo más lógico si no manejaran una cierta ética, o justo por manejarla. Recibirlos como si tal cosa tampoco procede, pues no los conocen a ellos ni a la clase de intenciones que albergan. La convivencia... sería mejor con condiciones estrictas. Aunque hay un peligro mayor, y es que ya no están a salvo, porque hay un grupo que ha llegado desde la Tierra. La solución a estos dilemas ha de ser muy meditada y, sobre todo, consensuada, pues la supervivencia de la especie está en juego.
Las características físicas de los visitantes son muy valiosas, está claro. Y por eso, la profunda meditación antes de tomar decisiones se impone.
A los alienígenas los vamos a dejar aparte de momento. No nos va la guerra.
Saludos navideños!
excelente relato en el que logras un gran ambiente y un tremendo dilema etico y moral... me ha encantado. Saludos
ResponderEliminarGracias, Octavio. Me alegra haberlo conseguido, porque eso era justamente lo que pretendía. Aunque el final me dio bastantes quebraderos de cabeza y no terminaba de convencerme. En fin, pero ya está.
EliminarSaludos.
Hola, MJ. A mí personalmente me ha encantado el hecho de que hayas ambientado tu historia tanto en la guerra fría ("¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú") como en el universo de "Crónicas marcianas" de Ray Bradbury. Buen trabajo. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias, Beri. Aunque respecto a Marte pensaba más en la Mars Generation. Algo más real y contemporáneo a nuestra realidad actual. Pero me encanta que veas las referencias. Un abrazo!
Eliminar