Nadeem Aslam
Lo contrario de guerra no es paz, sino civilización, y la civilización se compra con violencia y asesinatos a sangre fría. Con guerra.El jardín del hombre ciego | NADEEM ASLAM
¿Por qué la humanidad es tan profundamente estúpida y, además, odiosa? ¿Por qué no podemos limitarnos a vivir civilizadamente? ¿Por qué no somos capaces de practicar algo tan maravilloso como la tolerancia y vivir todos en paz? Seguramente nunca hallemos la respuesta y, entretanto, seguiremos matándonos mutuamente hasta la exterminación.
Hace unos días leí un cuento de Elia Barceló —‘Heroína estelar’— acerca de la visita de unos extraterrestres que tomaban contacto con la especie humana y lo hacían a través de una única persona que nos representaba. Antes de marcharse, le preguntaron a esa persona si le parecía correcta o necesaria una intervención por su parte para un devenir del planeta que permitiera a la Tierra en un futuro unirse a las especies inteligentes de la galaxia. Dijo que sí sin dudar un momento. Si no nos ayudaban, no lo conseguiríamos nunca.
Tras la marcha de los visitantes hubo muertes en masa. A las víctimas simplemente se les paraba el corazón de forma indolora y era imposible reanimarlas. Desaparecieron la mitad de los hombres y un diez por ciento de las mujeres. La mayor parte de ell@s eran personas violentas, agresivas, altamente competitivas, ególatras, posesivas, controladoras, es decir, nocivas, tóxicas, una plaga que limitaba las posibilidades de paz y armonía de la humanidad. Con su desaparición se fueron los problemas y se consiguió, al fin, una perfecta convivencia.
Pero esto solo es un cuento… por desgracia.
No estaría mal que todos los que amenazan la armonía entre los pueblos de la Tierra desaparecieran de un plumazo ¿verdad? Seguro que —como a mí— se te ocurren por lo menos un par de candidatos. 👀
La primera parte de la frase es mi favorita:
«Lo contrario de guerra no es paz, sino civilización […]»
Nuestra vieja Europa pagó en el siglo pasado un gran precio por recobrar su antigua civilización. Nada menos que dos grandes guerras y varias menores. Pero al final —y después de tanto sacrificio— parece ser que estamos a punto de convertirnos en ese pequeño peón que se puede sacrificar en la partida que juegan los reyes del mundo.
Creo que la cita de Nadeem Aslam es muy lúcida y real. Parece que tanta guerra en todos estos siglos ni siquiera ha valido para proteger los más mínimos rescoldos de civilización. Quizá nunca hayamos sido seres civilizados aunque lo pretendiéramos.
Y ahora ya solo nos quede la guerra para conseguirlo…
Ah, y aviso, ningún extraterrestre va a venir a sacarnos del marrón.
Foto edición: MJ RU1Z
La frase de Nadeem Aslam con la que empiezas me recuerda a una que les decía yo a mis alumnos: «lo contrario de la vida no es la muerte, sino el aburrimiento».
ResponderEliminarTiene toda la razón y te la doy a ti también cuando dices que algunas personas merecen desaparecer de la faz de la Tierra. Cuanto mejor se viviría si Putin desapareciera (y me da igual la forma)...
Me alegro mucho de que me hayas recordado este libro. Leí tu primera reseña y me quedé con ganas. Lo apunté, pero luego ya sabes lo que pasa, van llegando otros y algunos se quedan rezagados. Ahora mismo lo rescato.
Un beso.
Sé bien de qué hablas, compañera. Yo lo tengo a medias porque este asunto de la guerra se me ha cruzado por medio y estoy tratando de saber qué nos ha llevado a ello y por qué. En mis próximas reseñas lo verás.
EliminarY no es muy diferente de lo que ocurrió en Afganistán.
Un beso, amiga.