Él — Un jueves, un relato | 11.04.24
CUADRO DE CONTENIDO
El reto
1 entre 1000
- PREMISA: Escribe un micro que reflexione sobre la singularidad dentro de la multitud.
- POSIBILIDADES: Podrá ser una anécdota, una reflexión genérica o una ficción para intentar abordar la problemática de ser 1 ENTRE 1000.
- EXTENSIÓN: Un límite máximo de 350 palabras.
- PLAZO: Hasta el jueves 11 de Abril.
- PARTICIPACIÓN: Una entrada en el blog del participante.
Banners
Microrrelato
Él
Sonó un bip, bip. Era un Whatsapp. Ella desbloqueó la pantalla. Por fin Él daba señales de vida: «Hola. Ayer alquilamos el piso. Se nos fastidió la movida.» Decía el escueto texto, seguido de los emoticonos de tres gatitos llorones.
Ella lanzó el teléfono con rabia sobre la cama, convencida de que allí pasaba algo extraño. El día anterior, cuando se encontraron en la calle por casualidad, estaba tan raro… Con demasiada urgencia por irse.
Recordó sus sentimientos al poco de conocerlo. Cada palabra, cada gesto suyos le decían que era Él. Aquel que siempre había estado esperando. Perfecto para Ella. Pero también evocó la desazón producida por su complicada situación personal: estaba casado con otra, y lo peor, quería seguir estándolo para siempre. ¡Qué injusto! Encontrar a tu alma gemela y no poder estar juntos, al menos no de la forma soñada por Ella. Y ahora, perdían el piso, su nidito de amor. ¡Una catástrofe!
Se secó las lágrimas que le resbalaban hasta la barbilla. Cogió una chaqueta, el bolso, comprobó que tenía las llaves y salió dando un portazo. Subió deprisa las calles que separaban su casa del dichoso pisito. Se plantó delante de la fachada y miró hacia arriba. Todo seguía como lo habían dejado hacía unos días, en su último encuentro. Las persianas de los dormitorios bajadas y la de la sala a medio subir. Ninguna luz encendida. El piso estaba vacío.
—Mucho paseas… —susurró Él en el oído izquierdo de Ella.
—¡Me engañaste! —gritó Ella—. ¡No habéis alquilado el piso!
Él se encogió de hombros. Cruzó la calle y entró en el edificio. Al rato, lo hizo una hermosa mujer. ¿Una vecina? Ella seguía petrificada en la acera, contemplando aquellas ventanas tan familiares sin poder irse. La persiana de la sala se movió y, tras los cristales, se hizo visible la silueta de dos cuerpos entrelazados en un estrecho abrazo. Estaban besándose.
De pronto, Él —su ser perfecto, su mirlo blanco, su inimitable amor— se convirtió en alguien bastante común.
Así que se ahuecó el pelo, levantó la cabeza y, muy dignamente, se marchó.
Hay situaciones así, donde la falta de certezas en una relación nos lleva a dudar de todo, más aún, de los sentimientos que creemos tener. A veces es necesario darse contra la pared para acabar de ver la realidad. Un abrazo y muchas gracias por sumarte nuevamente a nuestros encuentros jueveros
ResponderEliminarGracias, Mónica. Sí, no hay nada como darse de bruces con la realidad. Aunque siempre es mejor una buena comunicación y, sobre todo, mucha sinceridad. Pero las relaciones reales casi siempre carecen de ellas, por desgracia. De todas maneras, lo que yo quise expresar con este relato es la degradación que se produce con el desgaste y, sobre todo, las mentiras.
EliminarUn abrazo.
¡Hola, MJ! Como casi todo en la vida, está la realidad objetiva y la subjetiva. Una relación romántica también cuenta con esas dos realidades: lo que es y lo que queremos o esperamos que sea. A veces coincide, y hay casos en que esa coincidencia se produce con el tiempo. En tu estupendo relato, Ella tuvo un baño de realidad, que para mí es el momento de liberación que logra que podamos pasar página. Un abrazo!
ResponderEliminar¡Hola, David! Como siempre, has estado acertadísimo en tu análisis. Claro, siempre hay que ponerse en el lugar del otro si queremos comprendernos mutuamente. Y qué suerte quien consigue hacerlo a un tiempo con la otra parte contratante —como decía Groucho—. En fin, totalmente de acuerdo contigo, los baños de realidad son lo mejor para asimilar esta situaciones y seguir adelante. Un abrazo!
EliminarEs muy dificil encontrar gente que nos sea fieles, todos buscan a mas y mas personas sin preocuparse de nuestros sentimientos.
ResponderEliminar¡Ja, ja, ja! Aquí huele a cuerno quemado, también por mi parte. Qué poco valorada está la fidelidad —o la lealtad— hoy en día. Parece que casi todo el mundo busca cantidad en vez de calidad...
EliminarPero bueno, lo que yo quería destacar era la percepción del otro según el estadio de la relación correspondiente. Y cómo al principio todo es adorable y maravilloso en la otra persona y, pasado el tiempo, lo que nos enamoraba se vuelve detestable. Un abrazo!
Creo que a veces nos ha pasado, pensar que los príncipes y princesas existen y no es cierto, todos somos humanos y la tentación siempre está presente.
ResponderEliminarElla obró con dignidad, nada de peleas, irse con la cabeza bien alta, eso es mejor que cualquier escena de celos. Un besote.
Hola, Campirela. A veces sucede que creemos vivir en otro mundo y la realidad nos da fuerte en la cara. Un beso.
Eliminar¿Es posible que el amor encuentre razones para perpetuarse en el tiempo?. Pienso que sí, que combatir la rutina es factible. Sólo se degrada aquello que no se cuida. No es fácil conseguir que cada día sea distinto e igual que ilusionante que el anterior, pero es una aventura apasionante que merece la pena vivir.
ResponderEliminarMagnífico relato que me ha encantado.
Un saludo.
Gracias, Pepe. Me alegra que te haya gustado. Y tienes toda la razón. El amor hay que trabajárselo día a día, y eso precisamente es lo que siempre falla. Casi todos suelen acomodarse y no hacen nada.
EliminarUn saludo.
ELLA tenía sus emociones enfocadas en ÉL, pero no era algo simétrico. ÉL estaba involucrado con otra, que la protagonista ha definido como una hermosa mujer.
ResponderEliminarY a traves de las ventanas, a distancia, ha vislumbrado,
Sólo le ha quedado irse, en más de un sentido.
Un abrazo.
Cierto. Y la decepción, así como la vista, por fin, de una realidad que negaba desde el principio. Solo podía hacer una sola cosa.
EliminarUn abrazo.
A pesar del impacto del primer momento, de la tristeza que sin dudas el tiempo curará, es lo mejor que le pudo haber pasado a ella, así no sigue perdiendo el tiempo con un hombre que no la merece y tiene el camino libre para seguir buscando a su amor.
ResponderEliminarMuy bueno tu micro, saludos.
PATRICIA F.
Gracias, Patricia. Era una pérdida de tiempo, como tú dices. Y lo mejor era cortarla cuanto antes. Finalmente Él le hizo un favor. Saludos.
EliminarEs esa actitud de dar media vuelta y marcharse la que hace única a la protagonista. Él es un ser vulgar a quien no parecen importar los sentimientos en absoluto. Uno entre mil personajes grises.
ResponderEliminarFelicidades por tu aportación, MJ.
Gracias, Marcos. Él era uno del montón y, por fin, Ella pudo verlo. Un saludo.
EliminarA ver... ¿ me estas diciendo que después del recochineo, la esposa no recibió una comunicación, con fotos, a ser posible, con pruebas de su infidelidad persistente?
ResponderEliminarNo perdería la dignidad y solo son 10 o 12 palabras más.
Abrazo
¡Ja, ja, ja! La venganza tampoco resultaba necesaria. Sería ponerse a la altura del infiel. De todos modos, su mujer seguramente estará al tanto de las andanzas de su marido. ¿Qué podría llevar a mantener un matrimonio así a toda costa? Para mí es un misterio.
EliminarUn abrazo.
Las situaciones que vivas , te llevan a elegir una cosa u otra , es inevitable.
ResponderEliminarCierto. Lo malo es cuando elegimos la equivocada, Tracy.
EliminarEsa situaciones son curiosas, pero se enfrentan. Un buen texto
ResponderEliminarUn abrazo
Qué remedio, no queda otra. Gracias, Albada.
EliminarUn abrazo.
Adiós al pisito, adiós al amor. Buen relato. Besosssss https://santidepaul.wixsite.com/santidepaul
ResponderEliminar