EL ENIGMA DE LAS ARENAS de Erskine Childers
CUADRO DE CONTENIDO |
Velero encallado en los bajíos del mar de Frisia |
La primera y mejor novela de espías.Alice Fisher | The Guardian
Ficha
TÍTULO ORIGINAL: The Riddle of the Sands
AUTOR: Erskine Childers
IDIOMA ORIGINAL: Inglés
TRADUCCIÓN: Benito Gómez Ibáñez
COLECCIÓN: Polar
EDITORIAL: Edhasa
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2017 | Original de 1903
ASIN: B01N325EYP
GÉNERO: Novela, aventuras, espionaje
Nº DE PÁGINAS: 432
Sinopsis
Cuando Carruthers, aburrido del verano londinense y de la monotonía de su trabajo en el Ministerio de Asuntos Exteriores, acepta una invitación de su amigo Davies para participar en un crucero por el Báltico, no sabe que ha dado comienzo a una aventura tan peligrosa como extraordinaria.
El yate resulta ser un bote destartalado, y mientras navegan las aguas y las arenas movedizas y traicioneras de las islas a bordo del "Dulcibella", Carruthers comprende que el objetivo de la curiosa expedición no es precisamente cazar patos, y que sus conocimientos de alemán tienen una utilidad insospechada.
Sin embargo, a medida que surgen los desafíos, acaba por entusiasmarse con el coraje y la templanza de su amigo, y descubre en su propio interior nuevas fuerzas y un desconocido sentido moral.Yo comento
Estructura
Por veintiocho capítulos numerados y con título —situados entre un prefacio y un epílogo rematado por un post scriptum— discurre una historia que el autor asegura verdadera y que seguro fue enriquecida a partir de sus propias experiencias, al menos en lo referente a los detalles de navegación.
Con los siguientes límites: el año en que ocurrieron los hechos no es el verdadero, los nombres de personas son completamente imaginarios, y, a sugerencia mía, se han tomado algunas libertades insignificantes para ocultar la identidad de los personajes ingleses.Erskine Childers | Prefacio
Sí tuvo —lo revela el autor en el post scriptum— consecuencias para Gran Bretaña en el terreno defensivo y —por ello— la obra resultó aclamada por la crítica y el autor premiado por sus servicios en Inteligencia durante la Gran Guerra.
Vista aérea de las arenas frisonas |
Contada en primera persona por Carruthers —uno de los personajes—, nos muestra la epopeya marina de sus dos protagonistas por las Islas Frisias Orientales, en la Alemania anterior a las dos grandes guerras. Una difícil navegación —por aguas poco profundas— dependiente hasta el extremo de las mareas.
Esperé en cubierta y observé los estertores de las arenas, que se ahogaban bajo la embestida implacable del mar. Las últimas fortalezas fueron derribadas, tomadas por asalto y anegadas; el ruidoso tumulto aminoró y se calmó, y el mar se extendió triunfalmente por todo el territorio.
Desarrollada mediante el esquema clásico de inicio, nudo y desenlace. La acción tarda en aparecer y el principio —para los no iniciados en el arte de la navegación a vela— puede resultar un tanto tedioso. Pero solo has de tener algo de paciencia.
Autor
Robert Erskine Childers —más conocido por su segundo nombre— nos cuenta en primer lugar cómo le encargaron la misión de pasar a papel —y novelar— las aventuras en aguas alemanas de los dos caballeros ingleses protagonistas.
De padres anglo-irlandeses, Childers se educó en Cambridge y —entre 1895 y 1910— fue empleado en la Casa de los Comunes. La navegación fue desde siempre su pasatiempo favorito. Participó como voluntario en la guerra de los bóers, tras lo cual escribió su testimonio, así como también estudios críticos sobre táctica y organización militar.
Childers y esposa navegando |
En 1903 publicó ésta, la que sería su primera y única novela, alcanzando una gran repercusión y resultando aclamada por la crítica. Luego se estableció en Irlanda y se unió al I.R.A. Allí terminó sus días, fusilado en 1922. De héroe a traidor, ¡qué paradoja!
Navegación a vela
La primera parte transcurre entre velas, mareas, caza de patos y muchos detalles acerca de cómo vivir en un barco fuera de temporada. Una parte enorme del libro habla en exclusiva de todo esto. Tal parece que estuviéramos leyendo un manual de navegación profesional.
Se nota que al menos uno de los protagonistas —aparte de saber sobre ello— disfruta enormemente haciendo algo que parece no llevar a ningún lado. No es un viaje de placer —hace frio y lo de la caza es una burda excusa— y tampoco parece tener ningún propósito concreto hasta que Davies confiesa a Carruthers que han intentado hundirlo y todo cambia de pronto.Personajes
El narrador protagonista va atravesando distintas fases parejas al desarrollo de la historia. Lo que suponía iba a ser una bocanada de aire fresco en medio de una aburrida fase de trabajo estival, termina por convertirse en una extraña y trascendental aventura.
Me vino confusamente a la memoria mi última navegación en yate: mi atavío impecable, el esquife bien acondicionado, los marineros obsequiosos, la escala de portalón reluciente de barniz y de bronce bajo el sol de agosto, las hamacas y sillones de mimbre, inmaculados y ordenados bajo la toldilla de popa. ¡Qué contraste con aquella penosa ascensión nocturna, saltando por encima de carne húmeda y de paquetes desperdigados!
Carruthers y Davies |
Vemos cómo Carruthers poco a poco va haciéndose al crucero, cómo eso se refleja en su atuendo, cómo cambia sus pantalones blancos propios de la navegación de recreo para vestirse —y actuar— como un rudo marinero, en una parte dedicada en exclusiva al arte de la navegación que puede llegar a ser aburrida o pesada salvo si reparamos en esa lenta transformación —tanto interior como exterior— del personaje.
Tal como un soldado aprende más en una semana de guerra que en años de desfiles y de música de gaitas, así, apartado de toda distracción, moviéndome de un precario campamento al aire libre a otro, y dependiendo mi vida, hasta cierto punto, de mi ingenio y de mis músculos, aprendí el trabajo con rapidez y adquirí cierta destreza.
Ambos protagonistas acaban empastando caracteres y quehaceres a las mil maravillas, protagonizando una aventura que nunca olvidarán.
Carruthers y Davies son personajes maravillosos, el primero un petimetre del Foreign Office, el segundo un excéntrico fanático de la navegación.Alice Fisher | The Guardian
Espionaje
Cuando, por fin, las cosas se aclaran entre ellos entra el juego del espionaje en una forma muy primitiva y sencilla, con suposiciones, vigilancia y escuchas de lo más elementales. Nada que ver con las historias de espionaje moderno. Y donde el honor tiene una enorme importancia.
Te escribí justo una semana después de que encallara. Mira, llegué a la conclusión de que ese tipo era un espía […] ¿Qué motivo tenía? Un alemán se encuentra con un inglés que está explorando un poco la costa alemana y decide impedírselo e incluso eliminarlo. Hasta ahora parece que era a ti a quien consideraban espía.
No en vano esta novela está considerada como la primera novela de espionaje, que confirmó —en su día— las carencias de las defensas británicas e hizo sospechar de las intenciones alemanas de invadir Gran Bretaña por vía marítima.
La primera y mejor novela de espías.The Times
Fue una odisea hacer partícipe al gobierno inglés de lo que estos dos caballeros hallaron, hacer creíble y valiosa su historia y ser tenidos en cuenta. Todo ello narrado por el propio Childers en el prólogo del libro y en ese post-scriptum que narra las consecuencias de esta aventura.
Conociendo el mar de Frisia
Pero lo que de verdad me gustó de esta novela sobre todo lo demás fue descubrir los maravillosos parajes reales en los que se desarrolla la trama:
Casas frisonas en las Islas Frisias |
Una línea de dunas bajas, rosáceas y amarillentas bajo el sol poniente, con un pueblecito blanco agazapado en un extremo, en torno a la base de un imponente faro cuadrangular.
En cuanto me fui a Google Maps para ver por dónde discurrían las aventuras de los personajes —pues he leído un e-book y los mapas que vienen en el libro para mí eran ilegibles— toda mi percepción de la historia cambió radicalmente y empecé a cogerle el gusto. Por eso, si quieres adentrarte en el mundo de este libro te recomiendo que cojas un mapa —como yo hice— para disfrutarlo en todo su esplendor.
Carta marina de la novela |
Adaptaciones
Como suele suceder con las obras que en su día fueron importantes, esta también se llevó al cine en Reino Unido a finales de los setenta, y una década después se hizo en Alemania una miniserie de televisión con una duración de ocho horas:
- 1979: The Riddle of the Sands, película de Tony Maylam, con Michael York.
- 1966: Das Rätsel der Sandbank, serie de Rainer Boldt para la televisión alemana.
Valoración
3/4 books
Espionaje náutico real.
Suelo decir que las historias ambientadas en barcos me producen claustrofobia y con lo que dices de que puede resultar aburrida al principio por las descripciones de la navegación a vela, creo que este lo dejo pasar.
ResponderEliminarUn beso.
Bueno, tal vez se le fue un poco la mano con lo de la navegación aunque ayuda bastante a tomar conciencia de la transformación de Carruthers durante el viaje y forma parte de ella. Porque él cree que se va de vacaciones a descansar a un barco con tripulación correcta y uniformado y se encuentra una barcaza transformada para poder navegar por una zona de poco calado y llena de mugre. Al principio da la sensación de que Davies anda dando vueltas sin sentido porque Carruthers no sabe nada de lo que allí ocurre y la historia está narrada solo desde su punto de vista. Por tanto, no sabemos qué pasa allí hasta que Davies se abre y lo dice. Pero es una información que va llegando poco a poco.
EliminarTodos los grandes del espionaje usaron esta novela como libro de cabecera e inspiración para las suyas propias. Así que tiene su valor pero como a toda obra clásica hay que acostumbrarse a su dinámica y leerla de otro modo. Yo al principio de la lectura estaba más en la guerra que en otra cosa y se me cruzaron lecturas referentes a Putin que me sacaron un poco de esta. A lo mejor también es cosa mía. Lo que sí diré es que me pareció un libro bastante masculino.
Un beso.
Tengo que decir que he leído esta novela y coincido contigo en muchas de tus opiniones al respecto, sobre todo en ese principio que se hizo algo extenso, aunque también tengo que decir, que casi he aprendido a navegar. Y como buena novela de espías, el ir pasando páginas me resultó una delicia, que hasta me dio pena terminar.
ResponderEliminar¡Ja ja ja! Cierto, cierto, Mar. Se aprende a navegar aunque solo sea de oídas.
EliminarPero como digo en la reseña, se simultanea con la evolución de ese personaje tan petimetre del Foreign Office, como dice Alice Fisher, y cobra otro sentido... el sentido. A mí también me dió pena acabarla. Es como yo digo, te deja síndrome de abstinencia durante un tiempo. Es que esos paisajes, esas dunas, esa navegación a base de medir los fondos para ver si pasas, esa manera tan tierna de escuchar escondido entre brumas y ese sentido del honor que te hace saltar por la borda para limpiarlo, me encantó. Valió la pena aprender a navegar... aunque solo fuera de oído XDD
Un beso, Mar.