YA NO CREO EN EL AMOR (LA PAURA) de Roberto Rossellini
CUADRO DE CONTENIDO |
La chantajista junto a Irene |
Es mi película mejor construida, y en la que la historia adquiere más significado... Habla de la importancia de la confesión, ya que es donde se puede esperar una cierta humildad y un gran espíritu de tolerancia.Roberto Rosellini
Ficha
TÍTULO ORIGINAL: Non credo piu all'amore (La paura)
AÑO: 1954
DURACIÓN: 75 min
PAÍS: Italia
DIRECTOR: Roberto Rossellini
GUIÓN: Sergio Amidei, Franz von Treuberg | Basado en una novela de Stefan Zweig
MÚSICA: Renzo Rossellini
FOTOGRAFÍA: Carlo Carlini, Heinz Schnackertz (B&W)
REPARTO: Ingrid Bergman, Mathias Wiedman, Renate Mannhardt, Kurt Kreuger, Elise Aulinger, Klaus Kinski
PRODUCTORA: Coproducción Italia-Alemania del Oeste (RFA)
GÉNERO: Cine drama
Sinopsis
Yo comento
Fiel o no a Zweig
Con un guion basado en la novela corta de Stefan Zweig titulada ‘Miedo’ —angustia en su alemán original— bastante fiel en esencia, no lo es tanto en lo que se refiere a la época ni al lugar donde ocurre. La historia original discurría en Viena a principios del siglo XX y esta película lo hace en Alemania —en Munich, lo sabemos por el recorrido inicial que nos brinda el cineasta— tras la Segunda Guerra Mundial.
Ayuntamiento de Munich |
Esta circunstancia se nota en el papel más activo que tiene la protagonista como directora de unos laboratorios farmacéuticos —donde su esposo es el científico jefe—, unas actividades que las mujeres tuvieron que asumir debido a la guerra y a la escasez de hombres. Se dice en determinado momento que ella es quien consiguió salvar la empresa —mientras el esposo estuvo fuera— y es él mismo quien se lo agradece, está en deuda con ella.
Irene en su oficina |
Aparte de estos cambios, el desarrollo de la trama también tiene sutiles diferencias que a mí me permiten reconciliarme un tanto con el texto de Zweig. Digamos que en esta cinta se explica un poco mejor el comportamiento de los personajes y ello los hace más nobles, mejores.
Dicen las malas lenguas que este filme es un poco el reflejo de la historia personal entre Rossellini y Bergman, que ya tocaba a su fin. Sin embargo, no añade ni quita nada sustancial de la novela original, aparte de lo ya dicho, aunque sí la matiza, y lo hace para bien.Expresionismo
Con un claro contraste de imágenes que envuelven la parte oscura de su vida —adulterio— o la parte clara —vida familiar— Rossellini nos pasea por la ciudad de Munich a través de una noche oscura oscurísima y por la Baviera más rural durante días claros, para sumergirnos en el universo en que viven los protagonistas. Siempre la seguimos a ella, lo mismo que lo hace la chantajista —sin escrúpulos ni límites— hasta llevarla al extremo, apareciéndosele en cada lugar a dónde va en la ciudad, incluida la oficina o el teatro.
La chantajista persigue a su presa |
El director utiliza juegos de luces y sombras para mostrarnos el cambio interior y la creciente preocupación a la que se ve abocada Irene —la adúltera—. Pero la trama no solo se centra en ella, la acompañan la chantajista, el marido y los hijos de ambos, llevando el peso de la historia los tres primeros. Y los coches, pues gran parte de la película discurre a lomos de su auto, que siempre conduce ella, como mujer fuerte y masculinizada que es, mostrando así su manera de caminar por la vida.
Una imagen que se ciñe al expresionismo —alemán— con esas tomas tan oscurecidas o esas sombras que persiguen a los protagonistas por los callejones, el laboratorio o los bares siniestros. Y esas otras tan claras en el campo o en la casa casi vacía y completamente blanca que habitan en la ciudad. Un simbolismo que nos habla de la bondad dentro de la familia y la casa familiar y la maldad que queda fuera, en el mundo exterior.
El miedo o la culpa
Dicen los expertos que en esta cinta Rossellini se saltó muchos de sus ‘dogmas’ como introducir música, una voz en off o retroproyecciones tras los numerosos vehículos en marcha, abandonando mucho del neorrealismo del que fue importante exponente, pero al tiempo introdujo elementos hitchcockianos muy atractivos y reconocibles —como el recorrido del comienzo o esa misma banda sonora— y se centró en los sentimientos —el miedo, la culpa o la confesión— aplicando el prisma del catolicismo, que el italiano jamás abandonó.
El perdón solo es posible —para el protagonista masculino— si la pecadora admite su culpa de motu propio. Lo malo es el método usado para ‘obligarla’ a hacerlo. Primero poniendo de ejemplo la conducta de su hija —alegoría— tras pelearse con su hermano por un juguete para, al final, terminar convenciéndola de que confiese su ‘fechoría’. Después, apretándole las tuercas hasta la crueldad más absoluta y extrema.
Mensaje moralizante
Y él considera la mentira inadmisible. Dando así un mensaje ‘moralizante’ pero ¿hasta dónde es lícito llegar para conseguirlo? Ese es el punto que me ‘rayó’ en la novela de Zweig y que vuelve a hacerlo en esta película. Aunque en este caso hay matices que hacen la situación menos dura y más real o, si me apuras, creíble y suavizada de algún modo.
Dice Rossellini que la confesión es lo más importante porque supone humildad y tolerancia, el único camino para el perdón. Así que el marido —alegóricamente— corrige a la niña como corrige a la infiel —¿otra niña?— y le muestra el camino que debe seguir para ser perdonada y redimirse.
El padre riñe a la niña |
Los personajes
Quien lleva casi todo el peso de la ficción es ella —la protagonista adúltera— contrapuesta a sus antagonistas —el marido y la chantajista—. A mi modo de ver todos muy metidos en su papel. La chulería y el descaro de la chantajista están bien desarrollados por Renate Mannhardt. Y la frialdad y el distanciamiento por Mathias Wieman, que interpreta al esposo ofendido. La Bergman es la estrella indiscutible, como también lo es su personaje. Y el amante resulta tan solo anecdótico.
Amante, esposo, chantajista y adúltera. |
No me parece que sea —como algunos creen— una obra menor de Rossellini sino diferente, donde las pasiones y sentimientos toman protagonismo frente a la descarnada realidad, de la misma manera que lo hace la novela original de Zweig.
Dos finales
En cuanto al título, es complicado asimilar el significado de la primera frase con el contenido del filme, pero ello es debido a los dos montajes diferentes que se hicieron de él y que tuvieron —creo— finales dispares. Al que yo vi —la versión internacional en inglés— esa primera frase le sobra y casi se podría haber considerado la siguiente carta como final premonitorio:
Querido Sr. RosseliniIngrid Bergman
He visto sus dos películas, Roma ciudad abierta y Paisà, que me han gustado mucho. Si necesita una actriz sueca que habla el inglés perfectamente, que no ha olvidado el alemán, a quien apenas se entiende en francés y que del italiano solo sabe decir “Ti amo”, estoy dispuesta a acudir para hacer una película con usted.
Me quedó la espinita de saber cómo se resolvió la otra.
Valoración
3/4 claquetas
Cine de plegarias y pasiones.
PE: A pesar de todo lo dicho, creo que ambos autores —Zweig y Rossellini— han puesto mucho de sus historias personales en sus dos obras —como su relación con el suicidio—. Sigo sin reconciliarme con el comportamiento que retratan —aunque se trate de épocas pasadas— y pienso que este tipo de cosas se deben denunciar igualmente. No creo que el ‘delito’ prescriba por más que las costumbres entonces fueran distintas. A mi modo de ver las ‘malas costumbres’ no deben ser admitidas de ningún modo, se hayan escrito cuando se hayan escrito, y se debe señalar lo malo de estas conductas —antes, ahora y siempre—, por más que sean la expresión de un momento histórico.
Por ejemplo, si se menciona la pederastia —aquí no es el caso—, aunque se admitiera en ese momento el emparejamiento con menores no hace menos ‘amoral’ ese comportamiento. Está bien para dejar constancia de cómo eran los tiempos pasados, pero debemos hacer crítica para no volver a repetirlos de ninguna de las maneras.
Vi esta película hace muchos años, cuando aún la televisión programaba este tipo de cosas, antes de haber leído la novela de Zweig o de saber siquiera que existía y por supuesto cuando leí el libro no recordaba la película ni relacioné ambas cosas. Gracias por la información. Veré de nuevo la peli que espero encontrar sin grandes problemas.
ResponderEliminarUn beso.
Yo supongo que también la vería en su día porque tengo esa sensación todo el tiempo, aunque al leer el libro, al menos para mí, cobra otra dimensión. Las críticas no la ponen nada bien, algo que no comprendo, porque a mí me parece que tiene mucho más argumento que otras pero casi todos coinciden en decir que es una película menor. Yo creo que es falta de conocimiento.
EliminarEn cuanto al tema que trata sigo pensando lo mismo: maltrato de manual. No hay manera de justificarlo. Y el final sigue pareciéndome un pelín forzado y extraño. Aunque puede ser la respuesta sumisa al maltratador. No sé si veo cosas dónde no las hay pero creo que no me equivoco. Lo que ocurre es que hemos normalizado esos comportamientos y, sobre todo en el pasado, los vemos normales aunque no lo sean.
La peli está en Filmin a 1,95, euros y en inglés. Yo no la encontré en ningún otro sitio en donde no tuviera que dar mi tarjeta de crédito, salvo en uno pero está en inglés sin subtítulos.
Un beso.