La herencia — XXX Concurso El tintero de oro
CUADRO DE CONTENIDO |
El concurso
Bases
- TEMA: Un relato en el que una joya, alhaja u objeto de bisutería sea fundamental en el argumento.
- EXTENSIÓN: un límite máximo de 900 palabras.
- PLAZO: Del 1 al 15 de Febrero.
- PARTICIPACIÓN: Una entrada en el blog del participante.
- VOTACIÓN: Los autores participantes deberán votar siete relatos otorgando siete puntos al que más os guste; seis, al segundo; y así sucesivamente. Se enviarán por correo electrónico a eltinterodeoro@hotmail.com del 16 al 25 de Febrero. No enviar los votos supondrá la descalificación del relato.
- PREMIOS: El 28 de Febrero de 2022 se celebrará la Gala de Premios anunciando los ganadores. Los tres primeros relatos recibirán un diploma digital acreditativo del mismo y serán incluidos en la antología en papel que se publicará en Amazon.
- Todos los relatos participantes se incluirán en el ebook digital ESCRIBIENDO A HOMBROS DE GIGANTES
- Toda la información sobre la quinta temporada AQUÍ.
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Relato
La herencia
Mi abuela preguntó:
—¿Nunca habías visto esta fotografía?
Negué con la cabeza.
La imagen de la mujer era lo de menos. Lo que realmente me importaba era aquella libélula. Sabía que sus ojos no eran más que dos piedras negras, pero me miraban sin pudor desde el papel.
—Esa joya es muy especial. Una reliquia de familia —comentó la anciana como si me hubiera leído la mente—. La mujer es mi madre... de joven.
—¿Quién la tiene ahora?
Me miró extrañada y soltó:
—¿No la sigue custodiando tu madre?
Me encogí de hombros.
—Cuando ella se haga mayor, te tocará a ti cuidarla —sentenció.
La miré enfocando detrás de su enjuta figura. Seguía rebuscando algo entre las cosas almacenadas en el desván.
Estaba segura de que ella había olvidado lo ocurrido diez años atrás, justo cuando mi madre se volatilizó. Actuaba como si la hubiera visto el día anterior. Negación, o los estragos de la edad, quién sabe.
La libélula, ay...
Siempre me había fascinado. Sus ojos negro azabache resultaban hipnotizadores: dos bolas brillantes y profundas como espejos cóncavos…
Cada vez que mi madre la llevaba le resplandecían sus propios ojos. La exhibía orgullosa. Era espectacular y probablemente muy valiosa. En el fondo me alegraba de que hubieran desaparecido juntas, así evitaba la responsabilidad de perderla o de que pudieran quitármela.
Esa noche soñé mucho y mal.
En mi sueño llevaba el broche bien amarrado en la solapa de mi chaqueta de tweed. Lo rocé con el mentón al agacharme para atar una de mis zapatillas y una descarga me nubló la vista momentáneamente.
El espejo que tenía delante me devolvió una extraña imagen: mi cara envejecida, y el fondo... era la casa de mi abuela antes de la reforma. Me acerqué para ver la imagen reflejada con más detalle, pero aquel no era mi rostro sino el de mi madre, lucía su broche prendido en un mono brillante. Detrás se intuía una silueta.
—Ahora es tuyo —dijo—. Deberás llevarlo con honor.
Alargué la mano para cogerlo y la sacudida me despertó. Estaba empapada en sudor, con el corazón a punto de salírseme por la boca.
La noche siguiente volví a soñar con mi madre. Esta vez la vi nítida frente a mí. Llevaba la joya puesta, como siempre. Me miró a los ojos y se la quitó. La dejó en mi palma y se esfumó. Noté la mano ardiendo y un espasmo general. No pude soportarlo y la solté. Desperté azorada de nuevo.
La tercera noche el sueño fue aún más real. Esta vez era yo quien lucía la joya y me vi flotando inmóvil en el espacio. Estaba muy tranquila hasta que algo tiró de mí y me transportó a una velocidad indescriptible. Tuve la sensación de que me iba a desintegrar pero al final de aquel túnel reinaba la paz... y la luz.
Al cuarto día estuve remoloneando para no irme a dormir. Sentía una mezcla de temor, nervios y curiosidad. Hice cuanto pude para mantenerme despierta pero fue en vano, al final caí rendida. Esta vez el viaje fue más suave y me vi flotando en el espacio exterior, mirando hacia la Tierra. Era una vista hermosa. Entonces tomé velocidad y rebasé un par de galaxias. Bajé a un planeta donde lucían dos soles. Era raro tener dos sombras. Una figura vino caminando hacia mí. A contraluz no podía distinguir quién era.
—Ahora es tuya. —Mi madre depositó la libélula en mi mano—. Deberás llevarla con honor.
¿Qué quería decir?
Me agité, incómoda, y desperté. Estaba en el cuarto de estar, sentada en el sofá. En la mesita había una caja negra brillante. La abrí muy despacio y casi me muero: la libélula estaba en su interior, con sus ojillos pétreos tan penetrantes fijos en mí. Creí ver en ellos un destello y cerré la caja de golpe.
¿Qué estaba pasando...?
«Tuya...»
«Llevarla con honor...»
Aquellas palabras resonaban en mi cabeza una y otra vez. Empezaba a dudar de mi cordura.
Me duché, me vestí y comí algo, esperando que la caja hubiera sido producto de mi imaginación. Fui a la sala. Seguía allí. La abrí. La joya continuaba dentro. Acerqué la mano para tocarla y la cara de mi madre se me apareció. «Úsala, es tu herencia», decía. La cogí y me la coloqué en la solapa de mi chaqueta de tweed.
No ocurrió nada.
Solo podía hacer una cosa: ir a ver a mi abuela. Quizá ella me lo aclarase todo.
Al verme, gritó:
—¡Mamá, cuánto has tardado!
Me abrazó llorando. Llevaba la foto de su madre en la mano. Ahora se veía nítida. No podía ser... tenía mi rostro, mi chaqueta, era yo. Me pellizqué para deshacer el encantamiento, pero nada cambió.
—Vuelve a ser tuya... —aplaudió la anciana—. La tectita, la piedra de las estrellas, esa que tiene el poder de transportar al que la posee a otros mundos... —continuó— y ahora, tienes dos.
Y recordé.
Acaricié los ojos negros de la libélula, preparada para iniciar el viaje.
Tenía mucho trabajo por delante: mantener a salvo el portal y... ganar el juego.
Al fin podría subir al siguiente nivel.
LA TECTITA: Al ser el resto de un impacto meteorítico, se cree que la tectita potencia la comunicación con otros mundos. Si se coloca sobre el tercer ojo, abre la comunicación con otras dimensiones.
Historia atractiva, sugerente, redonda, que va progresando al ritmo que marca la voz narrativa. Me gusta mucho el recurso de la implicación progresiva del narrador/a descolgando se en falsa apariencia del lector, y sin embargo haciendo que se implique más y más en el juego impuesto hasta el guiño final del "siguiente nivel". Magnífico relato, de "gran nivel" que espero sea reflejado en la inteligente puntuación de las y los participantes de esta edición. Enhorabuena y gracias por compartir. Un abrazo y salud
ResponderEliminarGracias. La verdad es que tuve una especie de crisis imaginativa al principio y pienso que el tema de la joya me pareció tan amplio que no sabía muy bien cómo enfocarlo. En estos casos siempre hay algún detalle de la vida diaria o de algo que estàs leyendo o que ves que te va llenando de inspiración y he aquí el resultado "in extremis". A ver qué sale.
EliminarUn abrazo y gracias por venir.
Pues me ha gustado mucho. Me encantan las libélulas, al natural y en broches. A mi madre le he regalado un par de ellas y yo tengo también otras dos.
ResponderEliminarEl relato es muy sugerente, con esos cambios que se van produciendo, esos sueños y, sobre todo, ese final tan impactante.
A mí también me ronda por la cabeza la idea de que seamos, más que un programa de ordenador, un experimento en el tubo de ensayo de un investigador enorme.
Un beso.
Pues yo no tengo ninguna aunque me parece uno de los insectos más bellos de la naturaleza y transformado en joya aún más. Swarovski tenía unas preciosas en el escaparate, cuando aún tenía tienda por estos lares.
EliminarEn el relato tenía dudas a la hora del final y como tuve que reducir bastante el número de palabras pensé que igual me había quedado demasiado abrupto. Aunque reconozco que el año de Inventízate me ha venido fenomenal para mejorar en esto de hacer relatos.
En cuanto al experimento que mencionas, ya toqué el tema en el micro ¿Y si...? y creo que es otra posibilidad bastante plausible.
Un beso.
Hola, MJ. Que original relato. Una historia fantástica , con tintes de terror y con un final sorprendente. Nos mantiene pegados a la pantalla hasta el final. Mucha suerte en el concurso. Saludos.
ResponderEliminarGracias, Pedro. Me ha gustado escribirla aunque al principio no se me ocurriera nada o muy poco. Hay veces que los personajes, una vez los sueltas, van solos.
EliminarUn saludo.
Muy buen texto , de una emocion creciente. El ambiente cálido del principio, va tornando a traves de los sueños en algo mas "tecnicomatematico ". Los viajes estelares sorprenden el de la luz y el tunel asusta. Y el final, que hay que leerlo 2 o 3 veces,porque parece que te has perdido algo... casi se resiste uno a que acabe asi, y que la unics utilidad de la libelula sea pasar de nivel. Suena a parte del control que sugiere convertirnos en piezas de un juego, la vanslidad en que parace que vivimos.
ResponderEliminarAbrazo, mj
Bueno, quise hacer algunos planteamientos que casi hay que leer entre líneas...
EliminarCreo que la utilidad de la libélula va más allá, pero forma parte del juego. Sigue dándole vueltas, eso mola.
Un abrazo.
Realmente le queda una buena papeleta, guardar el portal que une dimensiones paralelas. Y para colmo ganar el juego. Al leerlo da la sensación de que toda nuestra vida es un maldito juego en el que nadie desea llegar al final. Un placer leerte. Abrazos
ResponderEliminarUf, nadie sabe de qué va esto de la vida, el por qué estamos aquí. Quizá le damos demasiadas vueltas y se trata solo de estar, tocar, sentir. O realmente exista esa especie de juego que plantean algunas religiones de subir de plano, de ser cada vez más espirituales. ¿Quién lo sabe?
EliminarGracias. Y abrazos.
Hola, MJ. También a mí me ha gustado mucho tu relato. Muy original y muy bien llevado ese tránsito, ya te han comentado, de la calidez del principio al cierre final. Muy buena historia. Mucha suerte.
ResponderEliminarGracias, Marta. Creo que voy cogiéndole el tranquillo a esto de los relatos. Como ya dije en otro comentario, haber hecho el año completo de Inventízate creo que me ha ayudado bastante. A ver si voy publicando lo hecho en ese tiempo, el primero ya lo tengo en Inventízate.
EliminarGracias. Un beso.
La libélula me recuerda a iconos telúricos, a hemangiomas familiares (dibujos sanguíneos con esa forma en el cuerpo, no sé en que cosa cinematográfica vi una vez uno)a muchas cosas inconscientes que llevo ancladas en mi karma. El relato me atrapó completamente por la relación familiar tan tierna entre las protagonistas, el enigma que impregna cada palabra ¡¡¡¡¡¡¡la intensísima actividad onírica de la protagonista [yo mismo disfruto de esa actividad ...y en el pasado la "disfruté" aún más....] y esta clase de asuntos que conviven con nosotros pero que están larvados, pueblan Mi Ser, Mis Aficiones y Mi pasión por La Poesía y la escritura en general!!!!!!!
ResponderEliminarCreo que es un texto que se difumina entre fronteras inasibles, creo...¡¡¡¡¡¡¡Que Es Formidable!!!!!!!
Te dejo, que me voy a sumergir en La Luna Llena de Hoy [¡¡¡¡Sí, también soy un selenófilo de cuidado!!!!!!!]
Recibe Mi Enhorabuena Más Portoventolera Y Astral posible, maja. 🌕
Gracias, Juan.
EliminarTu verborrea me deja sin palabras. Me alegro que te haya enganchado, gustado y recordado cosas tuyas, de tu propio ser. A mí también me gusta y atrae la luna.
Gracias por tu visita Portoventolera.
Sin embargo (aunque sé que no lo has hecho a propósito) el término verborrea es peyorativo. Espero en ulteriores ocasiones poder no darte esa impresión, porque no soy de verborrea(es simplemente que amo el buen léxico)
EliminarNuevamente Recibe Mi Agradecimiento Más Portoventolero y Astral Y Cariñoso.
Cierto. No iban por ahí los tiros. Quizá sería más exacto locuacidad, habla florida... en ese momento no se me ocurrió sinónimo que usar.
EliminarMis disculpas más Portoventoleras.
Hola Maria José, no imaginaba que la historia iba a derivar a este final. Los momentos del sueño son angustiantes, y además, aumenta el suspense. Está muy bien trabajada esa relación enigmática con la madre y la joya libélula estelar. Un abrazo.
ResponderEliminarMe han llamado de todo pero Maria José creo que es la primera vez.
EliminarMe gusta haberte producido sensaciones varias, de eso se trata.
Un abrazo.
Hola, MJ. Confieso que tu relato me resultaba confuso en algunos momentos, hasta que me has sorprendido con el final. Entonces lo comprendí todo. Buen trabajo.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias. Hay que mantener la intriga hasta el final y luego dar el golpe de efecto. Eso pretendía. Objetivo logrado.
EliminarUn saludo.
Nos has brindado un relato muy interesante y donde al final se nos revela un misterio que abre la puerta a otros. La mente corre veloz imaginándolos. Me ha gustado mucho que metieras ese elemento de ciencia ficción que pocas veces vemos en los relatos aquí. Lo digo porque me encanta a mí el género. Me gustó mucho, enhorabuena.
ResponderEliminarGracias, Ana.
EliminarA mí, no sé si se ha notado, también me gusta la ciencia ficción. Hay muchas reminiscencias en el relato. A Dark, a la última de Le Tellier, a los viajes astrales y a los espaciales y a esa duda universal que es de dónde venimos, a dónde vamos y qué hacemos aquí. En fin, hay todo un mundo de elucubraciones.
Gracias de nuevo.
Un beso.
Que hermosa historia que lo va a uno envolviendo y envolviendo
ResponderEliminarverdaderamente muestras el poder que tiene una joya en la familia
A donde ira el siguiente nivel?
Como dijo Shakespeare: "Esa es la cuestión."
EliminarHola, MJ. Vaya giro que le has dado a tu relato. Lo que parece ser una historia de intriga, terror a ratos, se transforma por obra y gracia de esa tectita en toda una obra de ciencia ficción a lo Asimov. Buen trabajo, sin duda alguna.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso. Un saludo.
Gracias, Bruno.
EliminarA veces los personajes y sus historias toman sus propios caminos... con una pequeña ayudita, claro.
Un saludo.
Muy interesante. Esa joya familiar seguirá abriendo mundos paralelos, seguro
ResponderEliminarUn abrazo
De eso se trata, por supuesto.
EliminarUnabrazo.
Hola MJ. De entrada te doy la enhorabuena por este telúrico relato que desembocó en un final inquietante, la posibilidad de formar parte de algo que mueve las piezas de nuestras vidas. Pluralizo las vidas.
ResponderEliminarInteresante el cambio de planos diversos, desde el hogareño y aparentemente inocente del principio, al clima onírico y el final impactante.
Un abrazo, compañera. Muy buen trabajo.
Gracias, Isabel. Y viniendo de ti más.
EliminarA veces las cosas salen bien o mejor que otras.
En cuanto al argumento, es inquietante, cierto. Pero de eso tratan todas las religiones del mundo y ya sabes lo que dicen: "Cuando el río suena..."
Un abrazo.
Nos has regalado una historia fascinante, algo extraña y atractiva a la vez. Mitad realismo y mitad ciencia ficción. Esa libélula, hacedora de tales prodigios, no puede caer en manos de un desconocido, solo puede pasar de generación en generación.
ResponderEliminarMuy interesante.
Un saludo.
La libélula es la clave, está claro. Y hay que protegerla de los extraños...
EliminarGracias.
Un saludo.
Realidad e irrealidad se entrelazan en este relato, al principio no parece más que un relato de encuentros y desencuentros familiares pero la trama se va complicando y haciéndonos preguntar qué se esconde tras los hechos que se van sucediendo. Ese mundo onírico en el que la protagonista cae hacia el final nos prepara para la sorpresa definitiva, la revelación de que nuestras vidas no son más que un juego inmerso en una realidad virtual. Buen relato MJ. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Jorge.
EliminarExacto, lo has resumido perfectamente. Pero en realidad... ¿qué sabemos de nuestra aparente realidad?
Un abrazo.
Al llegar al final he pensado que se trataba de la abuela reencarnada, recuperando su joya poderosa que conecta varias dimensiones. Se supone que el juego es ganar puntos a través del paso de la joya de uno a otro hasta recuperarla. Pero nos dejas un final abierto, creativo. Quizá somos piezas interconectadas formando una gran realidad; o quizá la verdadera vida no esté aquí, sino en los sueños...
ResponderEliminarLa parte de los sueños es muy vívida, preciosa, y todo el relato impresiona por su imaginación.
Curiosamente, junto con Isabel, somos de las pocas que hemos elegido joyas con poderes especiales. La tuya es preciosa.
Muy bueno, y muy agradable de leer. Felicidades :)
Un abrazo
Gracias. Cierto. Hemos escogido 'joyas poderosas'. Las piedras en general o las gemas en particular tienen mucho que decirnos y se interconectan con nosotr@s. No hay reencarnación pero la libélula abre portales no solo en el espacio sino también en el tiempo y creo que eso lo habéis pasado por alto todos los lectores. Hay un detalle que se escapa, un detale tipo Dark. Ahí lo dejo.
EliminarUn abrazo.
No me digas porqué, pero según leía me venía a la cabeza el título del "Retrato de Dorian Gray. quizá por el pasaje del espejo. La verdad es que tu relato está rodeado de un cierto misterio con un final imaginativo y abierto.
ResponderEliminarLas libélulas ¡Ay las libélulas! hermosas, delicadas, frágiles, pero... ¿Por qué se las llamará caballito del diablo?
Un abrazo.
Pues fíjate que he ido a mirar lo del caballito del diablo y es un insecto emparentado con la libélula pero diferente. Dos cosas que no sabía.
EliminarEn cuanto a las referencias que cada lector ve, eso depende mucho de las vivencias y lecturas de cada cual. Dicen que un libro nunca se lee igual dos veces, ni siquiera por el mismo lector. Imagínate por lectores distintos...
Sí que el espejo puede evocar eso aunque yo lo puse ahí más bien como el de Alicia, para dar a entender que ese era otro mundo diferente. El retrato de Dorian Gray es uno de mis pendientes, así que no puedo opinar al respecto de momento, ni cogerlo como referencia.
Un abrazo.
Hola, MJ. Hermoso relato que te abre la mente a la imaginación. La mezcla de generaciones n torno o por medio de una figura tan simbólica como la libélula. Para terminar un final sorprendente o mejor, intrigante. Me ha gustado. Un abrazo.
ResponderEliminarEl sentido de crecimiento espiritual puede ir muy en la línea del relato. Hablo de tecnología pero también de ser, de conciencia cósmica... todavía sabemos tan poco.
EliminarSe trataba de eso, de sorprender, de guardarse el as en la manga y soltarlo al final. Me alegro de que te gustara.
Un abrazo.
Hola, MJ. Una historia con una intriga inquietante que culmina en un bucle espacio temporal donde la CiFi forma parte de la realidad. Eso suele pasar cuando se traen recuerdos de otras dimensiones y la nostalgia a traves de ensoñaciones enlaza ambos mundos. Novecientas palabras muy bien aprovechadas. Saludos y suerte.
ResponderEliminarGracias, JM. Veo que lo has pillado a la perfección. ¿Hasta quépunto somos CiFi o realidad pura y dura? La vida es un misterio, al menos para nosotros que todavía somos unos completos ignorantes sobre estas cuestiones.
EliminarSaludos, JM.
Hola, MJ. Gran relato, lleno de fantasía, ciencia ficción y anhelo reencontrado. Me ha gustado cómo has ido hilvanando la historia, ir dejando miguitas hasta ese final tan sorprendente. Un ejercicio genial.
ResponderEliminarMucha suerte y un fuerte abrazo
Gracias, PEPE. Fue totalmente premeditado. Estoy tratando de trazar las tramas antes de tirarme a escribir sin un hlo que lo una todo, como hacía antes. Y sí, funciona bastante mejor.
EliminarUn abrazo grande para ti también.
La libélula la herencia que las une en otra dimensión, interesante relato. Saludos cordiales desde Venezuela. Raquel Peña de Perlas narrativas.
ResponderEliminarSaludos desde España, querida Raquel.
EliminarY gracias por leer y contármelo.
Saludos para ti también.
Hola, MJ!! Qué historia tan original y variada. Hablas de la joya, de la familia, de otras dimensiones, de galaxias... y al final todo es un juego cuyo objetivo es pasar de nivel. Me he quedado con ganas de saber más de tanto que me ha interesado. Suerte y un abrazo!!
ResponderEliminarSí. Esta podría ser la semillita de algo mayor. Tienes razón.
EliminarEs un juego en el que hay que pasar de nivel pero ¿por qué, para qué, cómo, quién? Cuestiones que habría que responder y que podrían dar para una trilogía por lo menos.
Gracias y un abrazo para ti también!!
Este relato me recordó a lo que leí hace unos días sobre las simulaciones de la realidad. Decía que un indicio para saber si somos una simulación es pensar si nosotros ya hemos creado simulaciones (la respuesta es sí, existen cientos de juegos como Los Sims, incluso dentro de los Sims los personajes juegan a los Sims también. La inteligencia artificial puede considerarse una simulación también), entonces, si nosotros somos capaces de crear juegos con sus propias realidades, ¿qué impediría que nosotros mismo seamos una?, incluso peor, puede que seamos una simulación dentro de otra simulación y así sucesivamente.
ResponderEliminarEspero no haberte atormentado aún más con este comentario, ja, ja. Las conspiraciones siempre me llamaron.
¡Suerte en el concurso!
Un abrazo.
Y a mí... ja, ja, ja. No me atormentas, al contrario, me encanta encontrar otr@s que crean las mismas historias. En el fondo somos simulaciones dentro de otras simulaciones de Dios... el ser superior que juega con todos los demás. Es increíble lo que se nos ocurre cuando no tenemos nada más que hacer. Aunque...
EliminarGracias, me ha gustado tu teoría y las conspiraciones me encantan.
Un abrazo.
Hola, MJ. Una original trama que no se desvela hasta ese fascinante y desasosegante final. El poder de esa joya que interfiere en los sueños y condiciona la vida de la protagonista hasta el giro final que me ha dejado realmente descolocado. Muy buen relato. Saludos y suerte en el Tintero.
ResponderEliminarGracias, de eso se trataba, de descolocar y hacer pensar, sobre todo. Una joya realmente misteriosa y poderosa.
EliminarUn saludo.