Justicia poética — Microrretos El tintero de oro
CUADRO DE CONTENIDO |
La convocatoria
Condicionantes
- CONDICIÓN 1: Escribe sobre alguna fobia real o inventada.
- CONDICIÓN 2: Especifica qué fobia has usado y en qué consiste.
- EXTENSIÓN: un límite máximo de 250 palabras.
- PLAZO: Del 5 hasta el 31 de Mayo.
- PARTICIPACIÓN: Una entrada en el blog del participante.
- Todos los microrrelatos participantes se incluirán en la revista digital EL TINTERO DE ORO MAGAZINE.
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Relato
Justicia poética
Definición ampliada:
Se define como un persistente, anormal e injustificado miedo a los perros o a la rabia que éstos pudieran transmitir.
Muchas personas desarrollan un temor hacia los perros.. El hecho de que se trate de animales de presa domesticados, y los crecientes casos reportados por los medios de ataques de caninos pueden hacer crecer este miedo. Un estudio de 1992 sobre el miedo a los perros en niños y adultos demostró que los ataques reales por parte de los perros no hacen diferencia en que una persona tema o no a estos animales. Por el contrario, exposiciones tempranas e inofensivas a los perros suelen prevenir la aparición de cinofobia. Los niños pequeños son más susceptibles de adquirir el miedo a los perros simplemente porque hay más cosas que los asustan: los perros hacen ruido y movimientos bruscos que pueden asustar a muchos niños. Los psicólogos pediátricos explican que una exposición gradual a los perros puede prevenir la ocurrencia de miedo irracional a los perros al mismo tiempo que les enseñan la alerta saludable del peligro potencial de animales desconocidos.
Mucha gente amante de los perros siente que la fobia a estos animales es “ridícula”, pero de hecho es bastante común. En muchos casos, no ha habido un evento desencadenante, sino que el temor se desarrolla por un número de motivos que van desde que se lo fomente socialmente hasta la mera ignorancia. El miedo puede darse hacia todos los perros o sólo hacia cierta raza, color o tamaño. Muchas veces la familia de la persona con la fobia se la exacerba, ya que la fobia puede ser una forma de llamar la atención. Una vez que la fobia de alguien no gana la atención querida, suele desaparecer. Ignorar la fobia de nuestro ser querido es muchas veces la mejor manera de lidiar con ella. Por ello, no es bueno evitar encontrarse con los perros mientras se está con el fóbico, ya que de esa manera nunca aprenderá a lidiar con ellos.
Reflexiones
No tengo muy claro cuál fue la causa de este problema. Después de reflexionarlo durante toda la vida creo que mi madre me metió el miedo en el cuerpo más o menos intencionadamente. Cuando mi hija nació tomé la determinación de no hacerle lo mismo y he de decir que conseguí con éxito no traspasarle mi miedo. Nunca la predispuse a temer a estos animales ni a ningún otro pero sí la invité a tenerles el respeto —racional— que cada uno merece según su nivel de peligrosidad. Como recompensa, ella se ríe de mi fobia y no es capaz de comprenderla. Lo cual es —como he intentado reflejar en el micro— un doble agravio a los que la padecemos.
He de decir que el miedo que yo tengo a los perros no creo que sea “irracional” en absoluto. Solo se produce cuando me siento amenazada. Por eso si el perro va atado y está adiestrado no me infunde terror pero hoy casi ningún dueño de perro se molesta en hacerlo y eso es terrible para nosotros y para cualquiera.
De pequeña solía ir de vacaciones en Agosto a la casa de mis tíos que vivían en un pueblo de mi provincia. Mi tío era cazador y tenía una jauría para ir de caza. Eran perros adiestrados en eso y en defender a la familia. Cada vez que salíamos al campo con ellos nos rodeaban formando un círculo para protegernos y a cada extraño que se acercaba lo ahuyentaban. Uno de esos veranos le regalaron un perrito faldero, al que le di el biberón y con el que jugaba y salía de paseo. Nunca les tuve miedo a ninguno de ellos o a los perros de otros familiares o amigos que me conocían y a los que yo también conocía. Lo que quiero decir con esto es que mi miedo está más que fundado en causas “racionales”.
Hoy suelo hacer bicicleta y eso ya es el sumun de la lucha contra el perro asilvestrado por su dueño. Te atacan sin motivo, te persiguen, te ladran, te saltan encima y sus dueños presentes ¿qué hacen? Reírse o insultarte. A más de uno he tenido que amenazarlo con tomar medidas legales. Había un@s individu@s que sacaban a pasear sus perros cerca de mi casa y cuando regresaba montada en la bici, los perros se me ponían delante, entre las ruedas, ladrando como posesos, y sus dueños… nada, no hacían nada de nada para controlarlos y encima me increpaban y me insultaban por llamarles la atención. Ya no hablemos de esas correas extensibles e invisibles al ojo humano que se atraviesan de lado a lado del camino. Son trampas mortales para los ciclistas. ¡Sí, señores animalistas, estamos hart@s! A mí me han llegado a decir que el perro tenía más derecho que yo a pasar por los caminos de una zona verde.
Hoy no solo no he podido superar mi miedo a los perros sino que además les tengo un odio cerval como también se lo tengo a sus dueños “maleducados”. Sé que son estos últimos los culpables pero en este país de gente incívica e ignorante no hay nada que hacer. Por eso, señores/as “psicólog@s”, esto no es un miedo “irracional” solamente, creo que está bastante bien fundamentado en motivos “racionales”. Además, los perros muerden y, en ocasiones, incluso atacan a sus dueños y los matan, como al del micro. Y eso es un miedo bastante real y fundado. Sobre todo al perro desconocido.
¡Uf! Me he quedado a gusto…
Al menos me he desahogado, aunque cada vez que salgo a la calle debo lidiar con todo eso y no me libro del ataque de pánico una o varias veces al día. Para que luego digan que la fobia se pasa exponiéndose a ella… NO. En estas condiciones siempre va a ir a peor... siempre.
Asi es, los perros, nunca me gustaron mucho, parecen tal vez muy agresivos.
ResponderEliminarY la verdad es que los perros si pueden herir o matar a una persona,
no es un miedo gratuito o inexplicable
Te ha quedado un relato magnifico, casi un ensayo.
Y los datos que agregaste son bastante utiles para entender un poco mejor este asunto.
Y vaya no tenia ni idea de la palabra exacta a este miedo.
Me ha servido mucho visitarte.
Gracias José. Yo lo sufro todos los días cuando salgo a la calle. Me siento agredida por cada persona que permite que un perro se me acerque o me ladre o lo que sea que a mí no me gusta. Es como si cada desconocido que pasa por la calle te intentara tocar o te gritara sin venir a cuento. Yo esto lo llevo mejor unos días que otros dependiendo del estado de ánimo que lleve puesto, como todo. Yo estos acercamientos indeseados los veo como un ACOSO en toda regla pero nadie es capaz de comprenderlo y parece como si yo fuera una desalmada cuando son los demás los que me agreden a mí. Supongo que es complicado de entender si no se está en el caso pero a veces hay que hacer un esfuerzo y ponerse en la piel de los que sufrimos esto.
EliminarYa sé que todos los perros que me cruzo no me van a devorar pero me siento mal si se me echan encima o me ladran sin motivo y solo quería poder explicarlo para que otros lo entiendan.
Gracias de nuevo por visitarme y sobre todo por comprender. Un abrazo.
Hola, MJ. Pues, como se suele decir, tienes un problema. Como yo, que a mí también me da miedo ese humanoide maleducado con perro mal educado porque te los encuentras en cualquier sitio. Lo malo que no hay cura posible, fundamentalmente porque no depende de ti sino del humanoide. Me ha gustado el micro. Un abrazo.
ResponderEliminarAhí está el tema. El problema es del humanoide pero los suyos nos están invadiendo para desgracia nuestra y encima no te dejan ni protestar. Yo ya tengo la fórmula, cuando se te suben a las barbas o a la chepa una amenaza de denuncia es mano de santo.
EliminarUn abrazo compañera.
Hola, MJ. A mí me encantan los perros pero entiendo perfectamente lo que cuentas. En cualquier caso, el problema suele estar siempre en el humano maleducado que lo acompaña. En esto como en tantas otras cosas... Muy buen micro. Me ha gustado mucho leerte.
ResponderEliminar¡Gracias Marta!
EliminarCierto, el humano siempre es el problema. El que lo estropea todo. El perro asociado a él es solo su reflejo. Una pena pero es lo que hay.
Gracias mil.
¡Hola, MJ! Bueno, bueno. Maravillosa aportación al reto. Primero por el micro, en el que trasladas perfectamente las sensaciones de quien padece esta fobia, trasladándolo al lector. Además, con ese final "kármico" que le da el punto redondo a la trama del micro. Literariamente un reto magníficamente superado. Pero además trasladas la definición de esta fobia y tu experiencia personal, con lo que además de la propuesta creativa añades un testimonio que visibiliza la situación de muchas personas respecto a situaciones cotidianas que, como bien muestras, no suelen ser vistas con incredulidad o hasta mofa.
ResponderEliminarNo podría imaginar una primera participación como la que nos has regalado y que desde luego cumple con todos los propósitos del reto. Mi enhorabuena y mi agradecimiento. Un fuerte abrazo!
error, sobra el "no" en la frase "suelen ser vistas con incredulidad o hasta mofa". Sorry!
EliminarMi agradecimiento a ti, que has propuesto un reto que me venía como anillo al dedo. Hace mucho que necesitaba expresar todo esto. ¡Gracias!
EliminarHola, MJ. Ya veo que te ha venido como un guante este desafío, todos tenemos alguna fobia y aquí este mes podremos desquitarnos aunque sea virtualmente. En cuanto a lo de los perros me inclino más a lo que comentas de los dueños y su indolencia. Yo no tengo cinofobia, pero si me molestan los dueños que, siendo responsables de sus perros, actúan irresponsablemente por descuido o peor aún con prepotencia.
ResponderEliminarSaludos 🖐
Exacto. Prepotencia, odio y hasta machismo. Siendo mujer aún se ceban en mayor medida. Yo a mi edad ya no me corto y le monto las pirulas que haga falta. Aunque al final vengo para casa cabreada como una mona. Ahora, la amenaza de denuncia es mano de santo.
EliminarUn saludo.
¡jo! Te habrás quedado a gusto, MJ, después de escribir este vengativo cuento (no tan) Entiendo perfectamente tu fobia, y eso que siempre he tenido un perro en mi vida (no hablo de ningún humano, que recuerde, ¿eh?) Soy consciente de las posibles molestias por decirlo suavemente que un perro, más aún si es de tamaño considerable, puede causar. ¡Los malos dueños al paredón!
ResponderEliminarLo has descrito con eficacia, y sin duda, me pongo de tu parte.
No puedo menos que volver a felicitarte de nuevo, JM, por lo bien organizado de tu blog, de lo interactiva que eres, disfruto tanto con tus aportes, como con las explicaciones posteriores, y las contestaciones a los diversos compañeros, especialmente con MJ. Un gustazo.
Oye, para quitarle un poco de hierro al asunto, te cuento que tengo un perro labrador negro que le llamamos "guevón", cuando quieras te lo presento 😊
Pues sí, me he quedado a gusto. Aunque expresar en público todo esto tampoco sirve de gran cosa para superar una fobia del todo insuperable. No creo que estas cosas puedan superarse y mira que lo he intentado pero pienso que a lo sumo lo que puedes lograr es soportarlo y vivir con ello nada más. Y me he cargado figuradamente al dueño maleducado.
EliminarSiempre va a venir un perro fiero o un dueño con malas pulgas que jorobe todo el trabajo hecho.
El blog es fácil de ordenar si tienes claras las pautas básicas y una plantilla un poco decente. Hay truquillos fáciles de aprender y usar.
En cuanto a tu "guevón" preséntamelo cuando quieras, seguro que es un bellezón.
Un micro muy bueno y otra fobia de la que no tenía ni idea. Yo no tengo miedo a los perros en general, pero a veces cuando vienen ladrando como locos y parece que se te abalanzan...
ResponderEliminarUn beso.
¿Verdad? Para mí es como si fueran leones o toros. Me echaría a correr o me subiría a un árbol como poco. Y es que de un perro desconocido nunca sabes qué esperar y si es de una raza peligrosa ya ni te cuento.
EliminarYo una vez iba por el parque y había uno suelto corriendo a sus anchas. Había una zona acotada para ello pero estaba fuera. Delante de mí caminaba uno de los policías del parque que lo vio e ignoró. Lo alcancé y le dije que eso no podía ser y que amonestara a su dueño. Me contestó que no se atrevía que igual lo azuzaban para que lo mordiese. Todos los que estábamos en el parque nos tuvimos que comernos al perro peligroso sin bozal y suelto con patatas o irnos. No hubo más opción y a eso creo que no hay derecho. Todo el mundo tiene que poder disfrutar con tranquilidad de un parque y no solo el abusador. Si encima padeces de fobia ni te cuento.
Un beso.
Me has hecho recordar los sustos que me he llevado al pasar por al lado de algún chalet. Estás tan tranquilo y... ¡Toma susto! Además que ladran con maldad. Ojo, yo adoro a los perros y gatos, pero esos no...
ResponderEliminarUna cosa no quita a la otra. Yo a los perros no les deseo ningún mal pero a sus maleducados dueños... sin llegar a mayores, un sustito no le venía mal a más de uno. Algunos los tratan como máquinas de matar y otros como a niños. Ni lo uno ni lo otro es de recibo. A cada uno lo suyo. Tratemos a los perros como lo que son, el mejor amigo del hombre.
EliminarNo te quiero decir lo que es cuando vas en bici y te sale el perro loco a ladrarte encima como si no hubiera un mañana. Pierdes el equilibro. Una vez iba mi hija delante que me llama exagerada y le saltó un perro que se puso a la artura de su cabeza, menos mal que iba atado porque si no le da un golpe que la tira de costado con bici y todo. Después de eso ya no le parece tan exagerado lo mío.
Excelente! Poca gente no sentiría ansiedad ante un perro grande y libre. Muy bueno tu relato y me encantó que al final se hiciera "justicia" aunque un poco extrema jeje. Felicidades!
ResponderEliminarAsí me resarzo de tanto abuso 'real' sufrido ja, ja, ja. Déjame esa licencia literaria. En esos momentos mataría a más de uno, la verdad. ¡Gracias!
EliminarHola, MJ. Es muy cierto lo que decís. Una cosa es un perro adiestrado y otra muy distinta uno que no conocés y encima puede que muestre los dientes. Hace poco saqué a pasear a mi perro, con correa, para que no haya sorpresas, pero pasamos por una casa y la puerta de reja estaba abierta. De adentro salió un can que casi le clava los dientes al mío. Sentí un miedo terrible porque no sabía cómo dominar la situación. Finalmente tironeando pude lograr que mi perro siguiera su camino. Pero el mal momento lo pasé. Cada dueño debe hacerse cargo de sus animales con responsabilidad.
ResponderEliminarMe fui por las ramas. El relato te quedó muy bien.
Un abrazo
¡Gracias!
EliminarA mi ahijado le pasó mucho peor. Pasaba haciendo running por delante de una finca y le salió uno de los perros y le mordió el brazo. Ahora tiene la misma fobia que yo y una buena cicatriz. Eso ya es delito. Él pasaba por un camino público y el perro salió a morderlo.
Yo cuando vveo perros enzarzados y sus dueños tirando de ellos me digo que jamás podría ser dueña de un perro porque si me pasa eso creo que lo dejo allí del ataque de pánico que me da.
Un abrazo.
¡Hola, MJ! En primer lugar, me ha gustado mucho el micro: creo que en muy pocas palabras has condensado muchas cosas. ¡Felicidades! En cuanto a tu fobia, ¡qué pena me da leer que tengas que padecer ataques de pánico por los dueños maleducados de perros mal-educados! Hemos perdido la empatía. Todos nos creemos con más derechos que el de al lado... y así nos va. ¡Ánimo y un saludo!
ResponderEliminarYa te digo. Y encima si protestas quedas como una loca. Es que un simple ladrido me atraviesa el alma. Es horrible. Y están por todas partes. En la puerta del supermercado están atados y se echan a la gente y ladran como locos. Deberían examinar a la gente que quiere comprarse un perro para ver si son aptos como dueños porque hay cada elemento... que válgame Dios.
EliminarMe alegro que te haya gustado el micro. Me salió casi del tirón.
Un saludo.
Hola, te cuento que yo tengo una "medio fobia" a los perros. Es que me gustan y me llevo bien con los perros familiares pero, por alguna extraña razón, los ajenos no quieren nada conmigo. No hay perro en la historia de mi barrio que no me haya mordido o asustado.. ja ja ¡Excelente relato!
ResponderEliminarBuf... a mí solo me mordió uno en la adolescencia y más que morder fue lo que comunmente se llama echar la boca. Solo me dejó una mazadura y me quitó algo de piel, supongo que gracias a los vaqueros que llevaba puestos. Y era un perro que sacaban lo justito a hacer sus necesidades y que no paseaban. Pero eso de que muchos perros te muerdan va a ser que ka fobia la tienen ellos hacia a ti. Me dejas loca...
Eliminar¡Gracias Octavio! y aléjate de cada perro desconocido.
Hola ^^ con respecto al relato te quedó muy bien, no me esperaba el final ^^.
ResponderEliminarDebo decir que no conocía esa fobia, y ntp por la longitud del post, tu desahógate a gusto en tu blog n.n
saludos
Gracias Xing. Hay que desahogarse de vez en cuando y sobre todo con estas cosas para las que la protesta no sirve de mucho. Buscaba también concienciar un poco. Muchas veces hay gente que no cae en la cuenta de estas cuestiones, en que hacn daño a otras personas por hacer prevalecer sus gustos o lo que sea.
EliminarUn besote.
Buenas noches MJ. Excelente la entrada que te has currado!. El relato está escrito con mucho gusto y el final es preciso e impactante, de los que a mi me gustan. El resto de material que has aportado complementa perfectamente a todo el conjunto. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Gracias Pedro!
EliminarLa entrada salió prácticamente del tirón. Era algo que llevaba dentro desde hace mucho y con lo que convivo cada día. A mí también me gustan esos finales aunque a veces salen mekor y otras no. Aquí aparte de un final impactante buscaba resarcirme un poco aunque solo fuera en la ficción ;)
Un saludo.
Hola, MJ. Pues he sentido también esa fobia mientras lo leía. Creo que los dueños en este caso tienen más culpa que los pobre perros. Pero solo porque la mayoría los ve como al ser cariñoso que suele tener por casa, y seguramente lo sea, pero basta que pierdan los papeles una vez (los perros digo) para qu arruinen varias vidas. De todas maneras, encontrarte de frente con un perro salvaje, grande y con malas pulgas no se lo deseo a nadie, jeje.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Un abrazo.
¡Gracias Pepe!
EliminarClaro, cariñosos con los dueños. Lo cual no quiere decir que lo sean con todo el mundo. Esa es la cuestión. Yo no me fío. Hay muchos perros buenísimos con sus amos que son unas fieras con todos los demás.
Qué bien que te haya calado el texto. Un saludo.
Es un claro ejemplo de la fobia hacia los perros. Una mala experiencia. Y los culpables son sus dueños. Ellos son los responsables de entrenar y controlar adecuadamente a sus perros. Los perros más peligrosos son aquellos que son maltratados y reciben un mal entrenamiento, sus dueños son irresponsables, por el resultado de mezclas de razas sin criterio. Siempre he tenido perros, (tengo un German shepherd y un Labrador) soy responsable de sus acciones y la seguridad del transeúnte, por lo tanto estoy pendiente de no acercarme a lugares como parques concurridos, si voy por la calle y divisó de lejos a personas, cambio de calle. Se que no a todos les gustan los perros, ya sea por cualquier motivo y respeto sus espacios. Estoy de acuerdo contigo, es justificado tu miedo y enojo. Odio la prepotencia de algunos dueños insensibles. Fue un placer leerte. Muy bien planteado tu micro.
ResponderEliminarSaludo
Voy a contarte un episodio que es de juzgado de guardia. Antes de la pandemia solía montar en bici e iba por un paseo circular que hay a los lados del río. Llegué a un sitio donde hay una fuente y había una pareja con un perro grande, no sabría decirte de qué raza, y lo llevaban suelto. Yo no quise pasar al lado porque no me fiaba y no me equivoqué. Al dueño del perro le pareció mal que yo me parara para dejarlos pasar y luego reanudar la marcha. Yo no abrí la boca. El tipo me increpa porque me he parado y considera que no tengo por qué hacer eso. Hay una barandilla de madera al lado de donde estoy parada y el tipo este se me acerca y me encajona contra la barandilla y me amenza secundado por la individua con la que iba y el perro. Ahí sí que me aterroricé pero arranqué la bici y salí pitando. Todo porque ofendía que me parase para dejarlos pasar y que no hubiera lío.
EliminarOjalá hubiera más gente como tú. Más dueños de perro responsables. Y luego están los que tratan al perrito mini como si fuera un niño y lo miman hasta extremos increíbles, mucho más que si fuera un niño, que los malcrían vaya. Esos también son peligrosos porque ladran como locos, se abalanzan, etc. y cuando tienes una fobia lo vives como una agresión en toda regla.
Gracias por tu apoyo en todos los sentidos. Me alegro de que te haya gustado.
Un saludo.
Buen micro, con una fobia fácilmente comprensible, ¿Quién no siente temor ante un perro agresivo? de hecho conozco varias personas con este problema.
ResponderEliminarUn saludo.
Y en vista del panorama existente, cada vez habrá más...
EliminarGracias por leer y contármelo.
Un saludo.
No solo no me burlo de tu fobia, es que la comparto. Y estoy de acuerdo en que los más manía se merecen son los dueños maleducados y egoístas. A mí, además de todo lo que cuentas (perros clasificados como agresivos que van sueltos y sin bozal) lo que me pone ya de los nervios es cuando me topo con un chucho de esos, me pongo toda tensa y el dueño suelta "Tranquila, no hace nada". A lo que yo suelo responder "Eso lo sabrás tú, porque yo no conozco al perro. Además, las noticias están llenas de perros "tranquilos" que atacan a personas". Más de un dueño como el de tu relato debería sufrir en sus carnes esa justicia poética, algunas pasearíamos más tranquilas.
ResponderEliminarUn abrazo.
De esos episodios que cuentas he vivido miles y la clave es justo esa, que el perro no te conoce. Con los perros de mi tío el cazador pasaba exactamente eso. Con nuestra familia eran cariñosos y dóciles pero pobre del que se acercara con buenas o malas intenciones, se lo comían vivo.
EliminarA mí me han insultado solo por verme pasar. Lo cual era toda una provocación. A más de uno lo amenacé con denunciarlo y ahora dirá lo que quiera después de pasar yo pero en mi presencia al menos se callan.
Este tipo de gente mezcla machismo con prepotencia con egoísmo y hasta con fascismo. Te tienen que gustar los perros porque a ellos les gustan y si no, te los comes con patatas. Un asco de gente.
Por lo menos me he cargado a uno en mi cabeza...
Matarlos es muy heavy pero reeducarlos...
Un abrazo.
Hola MJ pues opino que en cierto modo tu narración expone un gran problema de nuestra sociedad, la gente que no es capaz de empatizar con los demás y extiende su libertad, por encima del resto. M encantan los perros, pero no puedo imponer al resto, ni su presencia, y mucho menos su acoso, pero como dices hay quién esto no lo tiene claro. Un buen relato, y un buen tema. Un gran abrazo MJ
ResponderEliminar¡Gracias Mik!
EliminarExactamente. Esa es la cuestión. Las imposiciones y la libertad mal entendida son males endémicos hoy en día. Hay quien se cree con todo el derecho de que nadie le prohíba nada pero él puede hacer su voluntad sobre los demás. Parece que en vez de avanzar retrocedemos. Gracias por tu apoyo.
Un abrazo.
Hola MJ. Estoy de acuerdo completamente con la protagonista. Son los humanos maleducados (a mí me da igual que tengan perro o no) a los que tengo fobia. ¿Sería la persona devorada aquel con el que se cruzará en un callejón angosto? Sólo tú lo sabes.
ResponderEliminarMuy buen micro. Un saludo.
Sí, sí, lo era. Me cargué al maleducado, al desaprensivo y me quedé muy a gusto. Falta educación, falta empatía y falta cerebro en muchas ocasiones con perros de por medio.
EliminarGracias. Un saludo.
Yo, a los que no conozco, les tengo respeto. Recuerdo que lo primero que hizo un perro cuando su dueña me dijo que no le temiera porque no mordía, fue pegarme un mordisco.
ResponderEliminarBueno el relato, pero también todo lo demás.
Un saludo.
Para que luego digan, ¿no?
EliminarA ese dueño le dieron la primera en la boca... lo malo es que el mordisco y el mal trago te lo llevaste tú. Es que los perros con los dueños se portan bien pero los extraños ya son otro cantar.
En fin, me alegro de haber escrito este micro porque está saliendo a la luz algo que es un gran problema para muchas personas. Y me he dado cuenta de que no soy ese bicho raro que algunos se empeñan en hacerme creer que soy.
Un saludo.
Una fobia que no comparto pero respeto. He tenido dos perros y soy consciente que siendo animales han de ser educados y respetar los espacios y las libertades.
ResponderEliminarPor otro lado, como ciclista he tenido varios encontronazos con perros sueltos por lugares que no corresponden como carriles bici o parques públicos en zonas de paseo y juegos infantiles.
Jamás le echaré la culpa as un perro de sus actos, más bien a los dueños mal educados que maltratan o malcrían a sus mascotas.
Un abrazo.
Claro, los culpables son los dueños, los perros solo hacen lo que les enseñan. Y has dado en el clavo, el quid es el respeto, cosa que abunda muy poquito.
EliminarUn abrazo.
Hola MJ, una muy buena exposición sobre tu fobia y que bueno que al menos hayas tratado de superarla, aunque no lo hayas conseguido del todo, algo es algo.
ResponderEliminarHace unos años leí que cuando un perro te ladra y sientes temor, debes mirarlo a la cara, a los ojos y decirle "Namaste", donde le dejas saber que tu espíritu honra su espíritu. No le temo a los perros, todo lo contrario, pero si los siento nerviosos, ladrando con insistencia, hago este ejercicio, y te cuento que me da resultados, dejan de ladrar y estar a la defensiva.
Recientemente, subiendo a caminar al parque con mi hijo (de 31 años), un perro nos siguió y no paraba de ladrarle a mi hijo, este volteaba y trataba de espantarlo pero el perro nos seguia y ladraba cada vez mas, asi que me detuve, lo mire y le hice con la mano una señal de reverencia desde mi frente hacia su cara y le dije Namaste, el perro se quedó quieto mirándome, se dio la vuelta y dejó de seguirnos, le dije a mi hijo que hay que demostrarle respeto, se rió incrédulo y burlón, y le dije, pero se alejó o no, y dijo si, en verdad si y seguimos nuestro camino tranquilos.
En tu caso montando bici es más difícil hacerlo y sabemos que por alguna razón las bici los inquietan, pero cuando nos sentimos aprensivos ellos lo notan y se ponen intranquilos con nuestra intranquilidad.
Otra cosa que lei, es que algunos perfumes los inquietan, ya sea por algún mal recuerdo o quien sabe.
Ahora, si te doy la razón, si alla es costumbre sacarlos amarrados y con bozal, hay que respetar eso. Aquí no hay leyes para eso y de haberlas pocos las cumplirian.
Me alegra que este reto haya servido para hacer esa catarsis y liberar algunas emociones y quejas sociales bien justificadas.
Oye pues habrá que probar las palabras mágicas. Jamás había oído nada igual. Aquí aunque está legislado cómo llevar a los perros por la calle, la mayoría no lo respeta. Hay muy poco civismo e impera la ley del más fuerte.
EliminarGracias por tus consejos. Un beso.
Hola MJ. Confieso que de niño también me asustaban los perros, afortunadamente eso quedó atrás. La verdad es que algunas personas deberían sacarse el carnet de perro, pues los hay que, como bien dices en tu micro, les falta educación y empatía. En este caso el dueño lo pagó caro, o al menos eso intuimos con ese final que lo deja en el aire. Me ha gustado. Un abrazo.
ResponderEliminarA mí el miedo a los perros desconocidos no me lo quita nadie. Lo mío no es un susto, es un miedo cerval que no se pasa con nada. Un simple ladrido a mí me intimida y lo siento como un acoso innecesario. Por eso me cargué ficticiamente al dueño del perro protagonista. Es la única manera de resarcirse. No me ha quedado otra.
EliminarUn abrazo
Hola MJ, entiendo tu miedo a los perros, yo cuando era pequeña y hasta bien entrada mi mayoría de edad sufría cuando veía venir uno hacia mí fuese o no con correa, tal es el caso que cambiaba de acera para no tropezar con él bicho.
ResponderEliminarUn día mi padre decidió traer a casa un cachorro y desde ese momento todo cambió.
Te felicito por la forma en como describes lo que te pasa. En mi ciudad hay mucha gente con perros paseando por las calles, y la mayoría los llevan sujetos con la correa como manda la ley.
Un abrazo y ánimo
Puri
Gracias Puri.
EliminarYo he criado a uno de los perros de mi tío cuando era adolescente pero eso no tiene nada que ver. Yo tengo miedo a los perros que no conozco, no a los que conozco. Y los que van por la calle atados suelen llevar una correa extensible que muchas veces acaba enredándose o haciendo de barrera a los demás viandantes. No me parece bien. Y hay perros y perros. Como hay dueños y dueños. No se puede medir por el mismo rasero a todos. Es un tema complicado.
Un abrazo y gracias por el ánimo.
Qué buen relato, MJ Ruiz. Destila autenticidad y el lector no puede menos que identificarse con la protagonista. Porque es bastante habitual eso que cuentas que el dueño/a de un perro eche la culpa al viandante. ¿Será posible? Parece que no les cabe en la cabeza lo contrario. El final de lujo. No es que te alegres, pero ya que ocurrió me parece una gran lección para esos dueños desalmados. Porque así tenía que ser, ya que dicen que los perros se parecen a sus dueños.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto. Por desgracia para los pobres sabuesos siempre terminan siendo a imagen y semejanza de sus amos. Yo he observado que muchas de las personas que se declaran amantes de los animales en realidad lo que les pasa es que odian a la humanidad. Por eso me ha encantado cargarme al impresentable del micro.
EliminarUn abrazo.
A veces se nos olvida, que los perros actuales, nuestra mascotas, no dejan de ser un descendiente directo del lobo, un depredador. Evidentemente domesticado, y seleccionado mediante cruces para conseguir las diferentes razas con diferentes propósitos en nuestra sociedad. Comprendo perfectamente tu miedo hacia los perros cuando te los encuentras de ese modo.
ResponderEliminarMe parece que el micro transmite muy bien esas emociones negativas que provoca esa fobia. Me ha gustado tu relato.
Un abrazo.
Desde luego, es un miedo ancestral.
EliminarGracias por tu comprensión y por las apreciaciones sobre el micro.
Un abrazo.
Hola MJ. Me encantó el relato. El final me sorprendió, fue una dulce venganza jejeje😁 Un abrazo 🐾
ResponderEliminarGracias Rosa. La verdad es que me he despachado a gusto. Tanto con el micro como con el epílogo. ;)
EliminarUn abrazo.
Gran lección con esa descarga emocional, porque a veces, no solemos ponernos en el lugar del otro. Es importante, aprender también a ser consciente de que los excesos de confianza también tienen límite. Un perro, o cualquier otro animal, no razona,y si el hombre siendo un ser racional no lo hace, que podemos esperar de un animal. Felicitaciones y gracias por esa gran lección. Saludos cordiales desde Puerto La Cruz Anzoátegui Venezuela.
ResponderEliminarDe nada. La verdad es que la empatía no abunda demasiado en estos tiempos y mucha gente creo que al no encontrar personas a las que apreciar o con las que epatar, lo que hacen es verter su cariño en las mascotas y ponerlas por encima del ser humano. No sé, creo que la civilización se está yendo al garete de un tiempo a esta parte.
EliminarSaludos desde ourense, Galicia, España.
Hola, MJ. En primer lugar, felicitarte por esta maravilla de narración, has descrito la sensación de la fobia de tal manera, que puedo entender sus síntomas. Me gustan los perros, pero reconozco que algunos de estos se hacen desagradables a causa de esos "humanos", mil veces peores porque parecen que no saben lo que es tener/educar un perro, y no se dan cuenta o no quieren saber, que hay personas que por lo que sea, no les gustan, o soportan. Deseo de corazón que puedas librarte de esta fobia, o al menos, no encontrarte con según que gentes.
ResponderEliminarGenial aportación al reto.
Saludos, y feliz semana.
Gracias Mila. Me alegra haberte llegado con el micro. La verdad es que es una fobia bastante molesta por la cantidad creciente de perros urbanitas con sus respectivos dueños maleducados. Tengo días en que la fobia es más llevadera pero la cura total no sé si existe ni tampoco si podré alcanzarla algún día. Ya veremos qué ocurre.
EliminarSaludos y feliz semana para ti también.
¡Hola! Me ha parecido muy buen relato y con un mensaje muy importante. Creo que has dado totalmente con la clave, el problema real en este caso lo crean "los humanos maleducados con perros" y es una reivindicación que está muy bien construida a partir de tu micro, con ese final que tan bien se adapta al título.
ResponderEliminarPor otra parte, conozco bien esta fobia. Yo tenía un familiar con miedo y total aversión hacia los perros, siempre que se acercaba uno, aunque fuera pequeñito e inofensivo, intentaba alejarlo. No los soportaba. No distinguía como haces tú entre perros bien adiestrados o de otros familiares y los que no lo eran. No quería a ninguno ni en pintura!! Así que yo he encontrado tu micro y tus explicaciones totalmente reales y no creo en absoluto que sea cosa de burla.
Un abrazo :)
Gracias M.A.
EliminarAl ver la palabra fobia en los condicionantes del relato supe que tenía que hablar de una fobia que cada vez que salgo a la calle, de una u otra manera domina mi vida. Me siento bastante agredida por esos humanos maleducados y pensé que este era el lugar perfecto para expresarlo.
Un abrazo.
¡Hola! Lo primero decirte que me ha gustado el micro, con ese toque de morbo, humor... no sé del final. Estoy de acuerdo en lo que dices de los perros, de los dueños. A mi me encantan los perros pero con la manía de tener cualquier raza como animal de compañía por la calle se ven a veces animales que deberían ir más sujetos y con bozal, y esto último muy pocos lo llevan. Te comprendo totalmente.
ResponderEliminarSaludos
Sí, yo lo llamo humor negro.
EliminarEn cuanto a los bozales y las correas tienes toda la razón. El otro día vi a uno que llevaba una correa con bozal incorporado en la mano, el perro suelto del todo. Es lo que llamo un paseacorreas. Vivir para ver...
Gracias por tu comprensión y saludos.
Menudo final! Y totalmente de acuerdo. Ni pizca de gracia que se me acerque un perro trotando y ladrando! Muy buen relato
ResponderEliminarYa te digo. Creo que somos más de l@s que parece...
EliminarEl final fue para desquitarme... un final así al menos en ficción resarce un poquito de los agravios recibidos.
Gracias Mercê. Un beso.