EL HALCÓN MALTÉS de John Huston

Crítica del largometraje EL HALCÓN MALTÉS | John Huston | 1941 | Basado en una novela de Dashiell Hammett | 1930 | Premios OSCAR: Mejor película, actor sec. (Greenstreet), guión, 3 nominaciones | 1942

Versión cinematográfica del clásico de Dashiell Hammett que sentó las bases del cine negro protagonizado por detectives privados.

CUADRO DE CONTENIDO Ficha Sinopsis Yo comento Bajo presupuesto Imagen El detective privado y la femme fatale Los malos La secretaria y la amante Los policías Censura El final Premios Valoración

Asesinatos y robos se dan cita en este interesantísimo filme, todo un clásico del cine negro [...] Debut de Huston en un brillante ejercicio de suspense con un Bogart inconmensurable en todas las escenas.

Fernando Morales | Diario El País

Ficha

Tres nominaciones ÓSCAR
TÍTULO: El halcón maltés
TÍTULO ORIGINAL: The Maltese Falcon
AÑO: 1941
DURACIÓN: 100 min
PAÍS: Estados Unidos
DIRECTOR: John Huston
GUIÓN: John Huston | Basado en una novela de Dashiell Hammett
MÚSICA: Adolph Deutsch
FOTOGRAFÍA: Arthur Edeson (B&W)
REPARTO: Humphrey Bogart, Mary Astor, Sydney Greenstreet, Peter Lorre, Elisha Cook Jr., Lee Patrick, Gladys George...
PRODUCTORA: Warner Bros
GÉNERO: Cine negro, misterio, remake

Sinopsis

El detective Sam Spade se ve envuelto en una misteriosa trama repleta de sucesivos asesinatos en la que intervienen extraños personajes que buscan la escurridiza estatuilla de un halcón de oro macizo con incrustaciones de piedras preciosas, regalo de los Caballeros de la Orden de Malta a Carlos I de España y V de Alemania como muestra de gratitud por haberles dado posesión de la isla de Malta en 1539. Sin embargo, la joya no llegó nunca a manos del Emperador, ya que la galera que la trasportaba fue asaltada por unos piratas.

Ahora —cuatrocientos años después— parece haber arribado a San Francisco. Todo empieza cuando Sam Spade y su socio Archer aceptan el encargo de una joven que quiere encontrar a su hermana, que ha desaparecido con un hombre sin escrúpulos.

Yo comento

Como parte del concurso propuesto por David Rubio en El Tintero de Oro en su edición XXXI EL HALCÓN MALTÉS de DASHIELL HAMMETT —enlace aquí— y habiendo realizado la reseña de su novela homónima —enlace aquí—, me propongo comentar cada entresijo de su versión cinematográfica más conocida: la que escribió y dirigió John Huston y protagonizó Humphrey Bogart.

Bajo presupuesto

Creo que esta es una de las pocas ocasiones en que una obra cinematográfica supera con creces a la novela en la que está basada y la redondea rozando la perfección. A veces, cuando las cosas son desfavorables sacamos de nuestro interior lo mejor de nosotros mismos y llegamos a hacer cosas extraordinarias. Y esto debió sucederle a John Huston cuando —cansado de ser un simple guionista— decidió enfrentarse al fin a su primer trabajo como director, aunque solo contase con un exiguo presupuesto para hacerlo.

Se dice que Huston apenas empezaba a diseccionar el texto original para trabajar la historia cuando Jack Warner —el productor— dio su visto bueno pensando que se trataba del guion definitivo. Pero tras diez años como guionista, seguro que John había planeado y preparado la película con la máxima minuciosidad y, sea como fuere, el resultado dejó una versión bastante fiel a la novela original.

Usó la mayoría de los diálogos y consiguió darle la agilidad de la que el libro adolece, según mi punto de vista. O sea, decidió utilizar las mejores armas de las que disponía el texto de Hammett y perfeccionarlas imbuyéndole su personal estilo cinematográfico.

Imagen

Por eso, su apariencia en pantalla viene dotada de una enorme personalidad. Esa manera de enfocar a los personajes desde ángulos muy forzados, las sombras que los acompañan y una puesta en escena sencilla —sin grandes alardes y mayoritariamente en interiores— son sus señas de identidad. Condicionada seguramente por la escasez de presupuesto, pero siguiendo caminos que ya había abierto el genial Hitchcock.

Es uno de los mejores ejemplos de historia melodramática llena de acción y suspense contada de forma cinematográfica. Desplegando un misterio intrigante y entretenido, la película muestra su excelencia en el guion, la dirección, las actuaciones y el montaje.

Variety

Esa primera escena ambientada en la oficina de los detectives Spade y Archer, dejando ver sus nombres del revés impresos en el vidrio de las ventanas, proyectando su sombra del derecho sobre el pavimento, es tan visual y representativa que ha pasado a formar parte de las portadas de muchas de las ediciones de la novela posteriores al rodaje de la película. Como es el caso de la que yo leí —reseña de nuevo aquí—.

El detective privado y la femme fatale

Aunque el peso de la trama —no se puede negar— viene sustentado por los personajes y los actores que los encarnaron. Fue un intérprete no demasiado conocido en aquel entonces —Humphrey Bogart— quien dio vida al ‘detective a la americana’ perfilado por Hammett en su novela. Ello le supondría el espaldarazo definitivo y lo convertiría en el icono de los detectives privados cinematográficos y, sobre todo, en el rostro de Sam Spade para siempre.

Lo mismo que la ‘femme fatal’ —la partenaire del detective— pasaría a formar parte de los elementos fundamentales y más reconocibles del film noir: un personaje femenino amoral con dobles intenciones que engaña hasta en su propio nombre. Aunque Mary Astor —al contrario que Bogart— no dejara la misma huella indeleble en la historia del cine gracias a este personaje.

Los malos

El hombre gordo —el jefe de los malos Mr. Gutman— tampoco se queda atrás como icono del malo entrado en carnes con suaves modales y un acento fuerte en su V.O., cuyo actor —Sydney Greenstreet— fue nominado al óscar. Y qué decir de Cairo —personificado en Peter Lorre— como un personaje exótico y homosexual… Está enorme. Lo mismo que el pistolero Vilmer —Elisha Cook Jr.— tan efervescente que parece a punto de estallar todo el tiempo, se hace el duro con un deje de ambigüedad sexual.

La secretaria y la amante

Effie Perine —interpretada por Lee Patrick— constituye la perfecta secretaria que vale para todo y que idolatra a su jefe hasta la perfecta compenetración. Y no falta la amante desdeñada, la mujer de Archer —encarnada por Gladys George— que Spade no duda en sustituir —a la primera de cambio— por la guapa y peligrosa Brigid O’Shaugnessy/Mrs. Wonderley.

Los policías

Están presentes desde el principio como contrapunto pero son los secundarios por excelencia. A quienes hay que esquivar y contar solo lo estrictamente necesario porque el que lleva la voz cantante es el detective privado. Es él quien desenreda la madeja y resuelve todos los crímenes, dejándoselos en bandeja a la policía

Es todo estilo. No se trata de la violencia o las persecuciones, sino de la manera en la que los actores miran, se mueven, hablan y encarnan a sus personajes.

Roger Ebert
Crítico de cine estadounidense | 1942-2013

En definitiva, una elección magistral del elenco que hace memorable toda la cinta de principio a fin. Y cuyas interpretaciones perfilaron toda la iconografía que caracterizó a partir de entonces a este género.

Censura

Y una apuesta valiente: la homosexualidad presente en dos de los personajes y la sexualidad entre la pareja principal se mantienen —haciendo justicia a la historia original—, aunque un poco suavizadas. La apariencia de Cairo así lo deja patente sin la menor duda y la actitud de Wilmer subraya esa misma condición de manera sutil.

Como también lo hace —una de las noches— mediante el vestuario de la señorita O’Shaugnessy —convertido en una simple bata de casa— para dar a entender la familiaridad entre ella y Sam Spade sin explicitar su relación sexual. Cosas que hoy nos parecen ridículas, pero que en aquel entonces podían suponer que la película nunca llegara a estrenarse.

El más interesante e imaginativo filme de detectives salido de Norteamérica, o de ningún otro país, desde ‘La cena de los acusados’, otra historia de Hammett.

Diyls Powell
Crítica de cine británica | 1901-1995

Final

Todo en esta película está perfectamente medido. Todo calculado y montado como una exquisita coreografía, donde cada personaje tiene su lugar y cada escena su duración precisa. Todo siguiendo un ritmo endiablado —bien marcado ya en la novela original— y cuyo remate genial es la última frase de Spade —¿idea de Bogart?—, cuando uno de los policías le pregunta de qué está hecho el halcón maltés y éste contesta —parafraseando a Shakespeare—:

Es del material con que se forjan los sueños.

Premios

1941 fue un año muy prolífico en grandes obras cinematográficas en Hollywood. Se rodaron películas tan emblemáticas como ‘Ciudadano Kane’, ‘La loba’, ‘La sospecha’ o ‘¡Qué verde era mi valle!’, entre otras. Esa fue la razón de que una película como ‘El halcón maltés’ no alcanzase la gloria merecida.

En la edición de 1942 de los ÓSCAR 'El halcón maltés' obtuvo tres nominaciones:

1. 1942: Óscar a mejor película: Nominación.
2. 1942: Óscar a mejor guion: Nominación a John Huston por la adaptación de la novela homónima de Dashiell Hammett.
3. 1942: Óscar a mejor actor secundario: Nominación de Sidney Greenstreet por su interpretación como Mr. Gutman, el gordo.

Aunque no logró ninguna de las tres estatuillas, lo que sí puede decirse es que ‘a la tercera fue la vencida’, después de otras dos intentonas fue la versión de ‘El halcón maltés’ de Huston la que pasó a la historia. Ese es el mejor premio posible, ¿no?

Valoración

Para mí —esta vez— sí es merecedora de la máxima puntuación. Mantiene el suspense, tiene una fuerte y característica imagen y un ritmo perfecto. Hay romance, dilemas morales, una búsqueda incesante de la verdad y ganas de hacer lo correcto por razones más o menos éticas. Tiene todo lo que debe tener el cine negro de la época. Entretiene y hace disfrutar visualmente de su particular estética. Por eso…

Mi valoración es:
4/4 claquetas

¡Alucinante!
Los comienzos del mejor cine negro.

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PE: Aunque los personajes femeninos tengan un comportamiento tan poco ejemplar como el de la novela, debo decir que esta película me gustó bastante más que la novela homónima. Aquí —a pesar de mantenerse la fidelidad total del argumento— no tuve la sensación de estar redundando el mismo metraje todo el tiempo.

Chocan esos amores tan profundos en cuestión de horas, aunque lo mismo que vienen se van. Y choca que estén tan acostumbrados a la muerte. Comportamientos curiosos que forman parte de este género tan particular —más Hard Boiled que Negro en realidad—, pero hay que admitir que el film le ha quedado redondo al señor Huston. Con cameo de su padre incluido: es el capitán muerto de La Paloma.

Huston supo sacar partido a la novela de Hammett, exprimir lo bueno y corregir aquello en lo que cojeaba. La historia ya era buena pero supo sacarle el partido que merecía, a pesar de contar con un bajo presupuesto. Cuando se quieren hacer bien las cosas, la escasez no es obstáculo suficiente. Supo hacer de la carencia una virtud.

¡Salud y suerte!

¿Has visto ya este clásico del cine negro?
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