EL HALCÓN MALTÉS de Dashiell Hammett
CUADRO DE CONTENIDO |
El halcón maltés no solo es la mejor novela de detectives que jamás hayamos leído, sino que es una obra literaria excelentemente escrita.THE TIMES
Ficha
TÍTULO: El halcón maltés
TÍTULO ORIGINAL: The Maltese Falcon
AUTOR: Dashiell Hammett
IDIOMA ORIGINAL: Inglés
TRADUCCIÓN: Fernando Calleja Gutiérrez
COLECCIÓN: Biblioteca Hammett
EDITORIAL: Alianza Editorial
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2004 | Original de 1930
ISBN: 8420637580
GÉNERO: Novela, clásica, policíaca, noir
Nº DE PÁGINAS: 272
Sinopsis
Yo comento
Estructura
Por ello, tuve que volver a consultar el índice del libro —para recordar más allá de mi impresión general— y me sorprendió encontrar tan solo veinte capítulos de tamaño medio y más o menos constante. Todos ellos con título —por supuesto— como no podía ser de otra manera tras haber sido publicada por entregas en una revista de la época: Black Mask —Máscara Negra—. Cuyo título fue el culpable de ‘apodar’ al género así: ‘negro’.
La verdad es que a mí —cuando leí la novela— algunas de estas pequeñas partes se me hicieron eternas y redundantes —como si leyera en círculos— y los últimos capítulos se me antojaron demasiado largos, aunque tuvieran la misma extensión que todos los demás.
Diré que también encontré cosas buenas. Contada en tercera persona, los magníficos y abundantes diálogos —rápidos, certeros y con un rudo lenguaje— constituyen una de las mejores partes de su estructura, así como sus estupendos fragmentos narrativos y descriptivos.Los personajes
Para muestra, el primer párrafo de la novela, que es uno de los mejores comienzos de novela a la par que una fantástica descripción del detective protagonista:
Samuel Spade tenía una mandíbula larga y huesuda, con la barbilla en forma de V, debajo de otra V, la de la boca, esta más flexible. Las aletas de la nariz retrocedían ligeramente formando, a su vez, otra V más pequeña. Los ojos, de un gris pálido, eran horizontales. El motivo V lo retomaban unas cejas tirando a pobladas que nacían de dos surcos idénticos sobre la nariz ganchuda, y el cabello castaño muy claro partía de unas sienes altas y achatadas para terminar en punta sobre la frente. Tenía un simpático aspecto de Satanás rubio.
Un narrador cuasi-omnisciente nos va presentando los personajes uno a uno, describiendo todo lo visualmente apreciable como si se tratase del objetivo de una cámara. No se mete en sus pensamientos —los diálogos nos desvelarán lo que los personajes deseen mostrar— sino que se limita a describir lo visible con todo lujo de detalles, de manera que nos hace sentir que estamos dentro de la escena.
El lugar donde se desarrolla la trama —las calles y algunos edificios sórdidos de San Francisco—, conforman un personaje más. Allí se define un mundo corrupto y materialista donde el antihéroe —el detective— es el que maneja la acción para encontrar un objeto valioso —el halcón—, más incluso que la vida de los que van cayendo por el camino.
Así nos va presentando a la secretaria del detective —Effie— que es su asistente en el amplio sentido de la palabra, no dudando en llevarse a casa los problemas que su jefe le pedirá que resuelva. Una mujer que se ha mimetizado tanto con su jefe que él —en un momento dado— no duda en decirle:
¿Sabes lo que te digo, chica? ¡Que eres todo un hombre!
Aparece un nuevo tipo de personaje creado para este subgénero —la femme fatale— Brigid O'Shaughnessy —guapa, elegante, inteligente, manipuladora y malvada—, quien se presenta bajo un nombre falso y no duda en meterse en la cama del detective mientras enreda cuanto puede la trama delictiva, aprovechando su condición de falsa damisela desamparada.
Y el grupo de villanos: el jefe —un hombre de negocios corrupto—, el socio —obsesionado con la riqueza— y el matón —bravucón y de gatillo fácil—. Los dos últimos dejan traslucir su relación homosexual. Y los tres quieren conseguir con muy malas artes la preciada estatuilla, tras la cual llevan la friolera de diecisiete años. Un elemento que pasarán toda la trama persiguiendo, aunque a medida que se sucedan los capítulos pierda su importancia en favor de los propios personajes y su destino.El halcón
Una estatuilla que basada en una historia verdadera —el halcón maltés de Carlos I era en realidad un animal de carne y hueso— Hammett se encarga de adornarla y revalorizarla convirtiéndola en una escultura cubierta de gemas extremadamente valiosas. Pero cuyo origen verdadero seguramente sea mucho más prosaico: el halcón que se replicaba en cada planta de la compañía de detectives para la que el propio Dashiell Hammett trabajó durante un tiempo: la Pinkerton. Es curioso de dónde salen muchas veces las referencias de los autores ¿verdad?
Autor
Dashiell Hammett está claro que llevaba a rajatabla la máxima del escritor novel: escribir sobre lo que conocía muy bien. Pues el de detective privado fue su trabajo favorito —aunque solo lo ejerciera durante siete años—. Está claro que dotó a su personaje de las cualidades que más admirables les parecían a él y a sus compañeros como propias del prototipo de detective ideal. Y está claro también que le dio esa especial apariencia elegante —trajeado, con gabardina y sombrero— que crearía toda una escuela y que él mismo solía llevar. Como dijo su digno sucesor:
Dashiell Hammett sacó el asesinato del jarrón veneciano y lo dejó caer en el callejón... devolvió el asesinato al tipo de gente que lo comete por una razón determinada, no simplemente para matar por matar; y que matan con lo que tienen más a mano, no con costosas pistolas de duelo, curare y peces tropicales.The Simple Art of Murder | Raymond Chandler
Más o menos conscientemente, Hammett acababa de crear el prototipo de detective americano, cargado de vicios —fumador, bebedor, mujeriego, decadente, de dudosa reputación— que se ganaba la vida —a duras penas— resolviendo crímenes, pero en el fondo —aunque no lo parezca— poseedor de una cierta conciencia y que siempre buscaba la verdad.
Literatura Pulp Hard Boiled
Sus publicaciones comenzaron en revistas muy populares —Black Mask— en Estados Unidos desde finales del XIX hasta mediados del siglo XX. Y ‘El halcón maltés’ no fue una excepción —publicada por entregas—, como ya dije. Una literatura denominada ‘Pulp’ por aducir —desde un punto de vista etimológico— a la pulpa de madera con la que se fabricaba el papel barato —amarillento, astroso y de muy mala calidad— en el que se imprimían estas publicaciones. Unas revistas cuyo cuerpo tenía unas características muy particulares:
El contenido de los pulps sería una literatura de tipo extrovertido, es decir, aquella que se centra en la acción misma y hace poco hincapié en los resortes que la mueven o los supone elementales: da prioridad al 'qué' y aún más al 'cómo' sobre el 'por qué'; gusta de colores vivos, especias fuertes, ritmo ágil, y prefiere la exhibición muscular al análisis emotivo.Fernando Savater
Un análisis que cumple a rajatabla esta novela en todos los sentidos excepto —para mí— en el que respecta a la agilidad. Pues —como ya he dicho al principio— hubo un momento en que se me ralentizó cual si viviera una y otra vez el día de la marmota. Parecía que no avanzaba, que solo describía círculos.
Aunque sí es fiel cien por cien al género Hard Boiled —años treinta—, donde el protagonista siempre es un detective de modales rudos que constantemente enfrenta peligros y recurre a la violencia para salir de ellos.Adaptaciones
Se hicieron tres, pero la protagonizada por Humphrey Bogart —mundialmente conocida— fue la única que trascendió a pesar de ser un remake, quizá por su interpretación magistral de Sam Spade que, a partir de entonces, tomaría su apariencia —así son las cosas a veces— aunque tenga poco que ver con la que Dashiell Hammett le dio en su novela:
- 1931: El halcón maltés de Roy Del Ruth, con Ricardo Cortez
- 1936: Satan Met a Lady de William Dieterle, con Bette Davis
- 1941: El halcón maltés de John Huston, con Humphrey Bogart, comentada aquí.
Valoración
3/4 books
El prototipo del clásico Pulp Hard Boiled.
PE: Al ir confeccionando esta reseña me he dado cuenta de que la manera de plantear la trama, dando vueltas y vueltas al argumento que me aburrió bastante —a punto de abandonar la lectura— en un momento dado, es una de las características propias de este tipo de novela. Tal vez la gracia sea disfrutar del camino y no tener prisa por un desenlace que carece realmente de importancia.
Los prototipos de los personajes femeninos tampoco me hicieron demasiada gracia, aunque ahora me doy cuenta de que sirven como muestra de la evolución del papel femenino en la sociedad y de algo a evitar: esa cosificación de la mujer o su masculinización inherentes a este subgénero literario.
También hoy he publicado yo mi reseña de El halcón Maltés. Qué dos reseñas ten distintas para una misma novela. Me encanta ver esas diferencias, lo que una destaca y la otra no menciona, lo que más llama la atención de cada una.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu reseña. Sí que resulta a veces redundante y en muchos aspectos, creo que está superada por muchas novelas posteriores del género. Pero en los años veinte del pasado siglo fue, como dice Chandler, sacar al asesinato de los salones y arrojarlo a los callejones y eso tuvo que tener su mérito.
Un beso.
Cierto, son muy diferentes. Ya hay el dicho, algo así como: "Nunca se lee el mismo libro dos veces, ni siquiera lo hace la misma persona ".
EliminarEn fin, a mi me costó terminar la novela en su día, quería saber qué pasaba con el halcón porque a pesar de que, como todo el mundo, vi la película varias veces a lo largo de mi vida, no lo recordaba y tiene su explicación porque no es importante, como digo, lo que importa aquí es el desarrollo de la trama, no el desenlace, que te deja un poco desinflada: tanto lío para nada...
Eso también tiene su gracia. Y es con lo que hay que quedarse. Acostumbrados a las tramas tan complejas de la novela negra actual choca y decepciona un poco pero hay que verla como lo que fue y el reflejo de una época.
Un beso.
Hola, MJ. Vengo de la reseña de Rosa y le decía que, aunque hay cosas que chirrían un poco leídas ahora, no hay que perder de vista la época y el contexto. Hammett inauguró con esta novela un género prácticamente nuevo que tuvo luego un éxito tremendo tanto en cine como en literatura.
ResponderEliminarYo reconozco que no es este el tipo de historia que más me engancha pero me ha gustado leerla y coincido con lo que dices sobre las descripciones y los diálogos, hay fragmentos realmente brillantes.
Me ha encantado también conocer tus impresiones. Un beso.
Bueno, creo que el éxito hay que agradecérselo en gran medida a Bogart que, además de hacerse un favor a sí mismo, también se lo hizo a la novela y al género negro en general. Y Huston tuvo un papel fundamental para crear este prototipo del detective americano. Cuando algo así sucede siempre viene causado por varios factores que coinciden.
EliminarHay que darse cuenta de que las Pulp Fiction eran publicaciones baratas dirigidas a un público masculino y, por ello, el tratamiento a la mujer deja un tanto que desear. Por más que refleje una época hay que reconocer que se trata de algo inadmisible y que no debemos pasarlo por alto. No digo que lleguemos al extremo de repudiar estas obras o de censurarlas, no. Lo que me parece mejor es hablar de lo que ello significa para nosotras y de que, aunque en un pasado fue así, hoy debemos aprender de esos errores para corregirlos y poder avanzar. No me sirve obviar esos comportamientos. Por eso me pongo tan pesada con ellos.
Gracias por tus palabras. Un beso.
¡Hola, MJ! Magnífica reseña la que nos regalas para el homenaje. El Halcón Maltés es una novela fundacional, sobre todo en cuanto a ese personaje del detective. Con ella, Hammett sentó las bases de un género nuevo, desarrollando lo que ya inició con Cosecha roja. Un género en el que prima la acción y el estilo cinematográfico que ahora nos parece la norma, pero que en aquella época resultó algo muy novedoso. Por supuesto, también los diálogos como la mejor herramienta literaria para caracterizar a los personajes. Antes era el autor quien nos decía cómo eran, Hammett fue de los primeros en mostrarlo en primera persona a través de lo que decían o hacían. Esto en su momento resultó revolucionario.
ResponderEliminarComo muy bien apuntas, estas novelas comenzaron por publicarse por entregas. Las revistas pulp eran el Netflix de la época y cada capítulo debía contener información nueva, pero también recordar la trama para que los lectores nuevos se engancharan a la historia y, por supuesto, terminar con su cliffhanger. Al pasarla a novela debían reescribirse un tanto, pero como mencionas ello es la razón de que en algunas partes exista cierta reiteración.
Otra de las características de este género es el ritmo frenético, tanto en la acción como en el apartado emocional. No hay lugar para detenerse en entresijos emocionales o reflexivos, los sentimientos afloran junto a la acción y desde el punto de vista del detective.
Sam Spade es el alter ego de Dashiell Hammett, un tipo con más ética que ideales, fumador, bebedor y mujeriego como era casi todo el mundo en aquella época. Una época en la que flirtear era lo normal y se hacía con total descaro y Hammett lo trasladó a la obra. Esa realidad real y no idealizada creo que fue lo que hizo que este género arrasara. En la vida real son pocas las historias de amor a lo Romeo y Julieta y más las relaciones de claros y oscuros a nivel amoroso.
Aprovechando tu comentario final y para contextualizar la obra, en una biografía de Hammett se recogen los dos consejos que le dio su madre: «Nunca salgas en una embarcación sin remos, hijo —me dijo—, por mucho que sea el Queen Mary; y no pierdas el tiempo con mujeres que no sepan cocinar, porque lo más probable es que no sean tampoco muy divertidas en las otras habitaciones».
Y es que cada época tiene sus propios entresijos. Un abrazo!
Mi opinión es que las publicaciones de la época eran bastante sexistas. Había unas dirigidas a los hombres y otras para las mujeres, muy, muy diferenciadas.
EliminarLas que se hacían para hombres, perdóname que discrepe contigo, no creo que reflejaran la realidad del flirteo. Yo pienso, más bien, que lo que sucedía es que eran una especie de idealización desde el punto de vista masculino de lo que los hombres de aquella época, y si me apuras también de esta, deseaban que fueran las mujeres. Féminas al alcance de su ego masculino para su uso y disfrute. Guapas, buenorras y fáciles de llevar al catre. Algo que no debía ser tan fácil entonces. Algo así como los cómics de tías en bolas que leían los chavales de mi época y que siempre me parecieron de mal gusto y que no venían a cuento. ¿Por qué la chica siempre estaba escasa de ropa y los tíos no? Y estaban desnudas sin motivo aparente. La revista Interviú también tenía bastante de eso.
Las revistas o novelas para mujeres eran lo que solía llamarse 'novelitas rosa'. Aquellas de Corín Tellado aquí en españa que, por cierto, creo que se forró con ellas.
En fin, no quiero irme por las ramas. Eso que le decía la madre de Hammett... era de juzgado de guardia. Y machista a más no poder, aunque partiera de otras mujeres. Eso de que al hombre hay que conquistarlo por el estómago... ¡Qué horror! Y qué humillante, si no sabe cocinar no sirve para la cama. No se puede ser más bruja.
Lo peor es que no hemos avanzado mucho desde entonces. En algunas cosas incluso hemos empeorado. Y no sigo, que me enciendo.
Un abrazo.
Hola MJ. La verdad es que hay mucha variación en el modo en que se escribían los clásicos, en este caso hace ya casi un siglo, y como ha evolucionado la literatura hasta nuestros tiempos. Ese estilo pesado, descriptivo, que da vueltas y vueltas sobre lo mismo, lo he encontrado más de una vez en literatura más bien antigua. Ahora creo que se tiende más a imprimir un ritmo más ágil a la narración. También es cierto que acostumbrado como estoy últimamente al relato corto, aprecio en la novela mucho relleno innecesario que no aporta nada a la trama y que muchas veces se hace espeso y pesado, como dices que fueron tus sensaciones con esta novela. en todo caso inauguró un género y ser pionero nunca es sencillo. Buena reseña. un abrazo.
ResponderEliminarAquí lo achaco a que fue publicada por entregas. Y no sé si es que tenía que alargar la historia más de lo necesario para cubrir un cupo de equis entregas, o semanas, o meses, y pienso que sobraría algún capítulo. Algo que en la película no pasa.
EliminarEsta novela se caracteriza por tener muchos diálogos y bastante pelados, sin explicaciones, y no demasiada descripción pero da vueltas igual. Es la trama que da rodeos o pone más trabas de la cuenta a los protagonistas, no sé, pero aburre en algún momento.
Gracias por tu elogio. Un abrazo.
Hola, MJ, como le dije a Marta, los clásicos tienen la desventaja de envejecer a ojos de otras épocas, pensamientos y dar pie a más historias. Eso los pone siempre en el foco de la crítica, pero para eso son genios, para sobreponerse a todo, incluso al tiempo.
ResponderEliminarGenial reseña, la desmenuzas con una claridad y dedicación que abruma.
Un abrazo!
Gracias, Pepe. Algunos autores supieron hacerlo de maravilla y otros, no tanto. Y hay historias que por más clásicas que sean, envejecieron fatal.
EliminarNo sé, no es lo que cuentas sino cómo lo haces. Eso es lo que da atemporalidad.
Un abrazo.
Hola MJ Creo que te comenté por algún lado que me encanta tu honestidad y tu compromiso feminista en las reseñas. Claro que la obra ha envejecido y leerla descontextualizada de su época chirría un poco, pero doy por hecho que era lo habitual en la época y no me molesta su lectura en ese sentido. En general tampoco me molestan los bucles, si las reiteraciones tienen sentido literario y cierta estética, pero en un "noir" resulta pesado, se nota la entrega por series (que desconocía que fuera seriado hasta que leí las reseñas)
ResponderEliminarEn definitiva, disfruto y agradezco tus aportes, tanto como lo de las compañeras, y la del propio David en la presentación del reto.
Buen trabajo, sin duda. Gracias MJ
En esta novela me he dado cuenta de que el papel de la mujer quizá venga condicionado por el tipo de público al que iba dirigido además de la condición masculina de su autor. Es decir, se trata de una obra hecha por hombres para otros hombres. Y las mujeres o bien se parecen a ellos o son su ideal sexual, esas con las que querrían tener un affaire corto y explosivo y a otra cosa mariposa. Las he comparado con esas chicas en pelotas de los primeros mangas y creo que he dado en el clavo. Lo cual no evita el chirrido otra vez porque hay obras en el mismo periodo de tiempo, anteriores incluso, escritas por mujeres pero también por hombres que sí han hecho un tratamiento respetuoso y reivindicativo de la mujer.
EliminarComo ya he dicho, no me vale justificarlas metidas en ese contexto porque eran otros tiempos. Creo que hay que ponerlo como ejemplo de lo que no debe pasar en el mundo real. Solo eso.
Gracias por tu aporte. Un beso.