La Tierra es plana, y se acabó — XXXV Concurso El tintero de oro

La Tierra es plana, y se acabó | Concurso El tintero de oro | Relato | Febrero | 2023 | XXXV Edición: LA CONJURA DE LOS NECIOS | concursoeltinterodeoro.blogspot.com

Concurso El tintero de oro para Febrero de 2023. En esta edición —la XXXV— se propone una historia protagonizada por un personaje enfrentado al mundo, excéntrico y único.

CUADRO DE CONTENIDO El concurso Bases Banner Relato Pinterest

El concurso

Este concurso lo convoca la web concursoeltinterodeoro.blogspot.com y es una idea original de David Rubio. Se trata de la XXXV Edición y está dedicada a LA CONJURA DE LOS NECIOS de John Kennedy Toole. Para ver todos los detalles puedes ir —haciendo clic en el título— a la página de la web dedicada a esta edición: CONCURSO DE RELATOS, XXXV Edición: LA CONJURA DE LOS NECIOS de JOHN KENNEDY TOOLE.

También es posible participar de este homenaje a John Kennedy Toole con una reseña de su novela 'La conjura de los necios' o cualquier otro artículo relacionado con el autor o el personaje. Bastará con que cada quien lo publique en su blog entre el 1 y el 28 de febrero dejando el enlace en los comentarios de la entrada de la web del concurso —enlace ahí arriba — que David Rubio ha habilitado para ello. También es posible participar fuera de concurso y hacerlo hasta el 28 de febrero.

Bases

Sin más preámbulos, veamos las bases de El tintero de oro para la XXXV Edición del concurso:

BASES DE PARTICIPACIÓN:

1. TEMA: Escribir una historia protagonizada por un personaje enfrentado al mundo, excéntrico y único.
2. EXTENSIÓN: un límite máximo de 900 palabras.
3. PLAZO: Del 1 al 15 de Febrero.
4. PARTICIPACIÓN: Una entrada en el blog del participante.
5. VOTACIÓN: Los autores participantes deberán votar siete relatos otorgando siete puntos al que más les guste; seis, al segundo; y así sucesivamente. Se enviarán por correo electrónico a eltinterodeoro@hotmail.com del 16 al 25 de Febrero. No enviar los votos supondrá la descalificación del relato.
6. PREMIOS: El 28 de Febrero de 2023 se celebrará la Gala de Premios anunciando los ganadores. Los tres primeros relatos recibirán un diploma digital acreditativo del mismo y serán incluidos en la antología en papel que se publicará en Amazon.
7. Todos los relatos participantes se incluirán en el ebook digital ESCRIBIENDO A HOMBROS DE GIGANTES
8. Toda la información sobre la sexta temporada AQUÍ.

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Para apuntarse hay que dejar un comentario en la entrada correspondiente de concursoeltinterodeoro.blogspot.com —enlace aquí— con el enlace a la entrada de tu relato y colocar —si así lo deseas— el siguiente banner del reto en tu post. Yo lo he puesto aquí abajo para ir al concurso y en MisceláneosRetosBanner para ir a la página donde aparecen todas mis entradas del concurso.

Relato

Este mes la vida de un personaje un tanto especial ocupa mi relato de 900 palabras exactas, sin contar el título. Os presento a mi Ignatius particular:

La Tierra es plana, y se acabó

—¿Viste anoche la caída del satélite ese en la tele? —le preguntó uno de los parroquianos que atestaban el bar del pueblo a aquellas horas.

El hombre de la gorra le sonrió levantando las cejas y dándole una palmadita en la espalda le contestó:

—Creen que pueden engañarnos. ¡Ja! —Se enderezó señalándose el pecho—. A este menda ya no lo trolea ni el Tato.

El Cándido —que así se llama el menda— se sentó en un taburete frente a la barra, y el camarero le colocó delante su habitual vaso de cerveza.

—El año pasado fui de vacaciones a Atenas —dije en tono suficiente para que el Cándido me oyera bien—. Visité la Acrópolis y me mostraron algo bastante curioso.

—¿Qué? —me preguntó con desgana mi compañero de mesa.

—Al parecer, el Partenón, ese gran templo que construyeron allí los griegos, tiene las columnas dispuestas de tal manera que engañan al ojo humano. —Bebí un trago—. Hacen ver una línea recta donde no la hay.

—Cuenta, cuenta —exigió curioso uno de los presentes—. ¿Cómo es eso?

La concurrencia enmudeció clavándome los ojos y permaneció expectante. Yo me levanté de la silla y alcé la voz:

—Los griegos antiguos se percataron de que si dejaban todas las columnas del mismo tamaño, al mirarlas desde el frente, la parte horizontal que sostenían formaba a la vista una curva hundida. —Tomé otro trago—. Y eso quedaba fatal. Estropeaba la belleza y el equilibrio del templo y ofendía a los dioses, así que probaron a rebajar algunas de ellas consiguiendo una pequeña curvatura hacia arriba y… ¡Bingo!, les funcionó. Esta vez la línea se veía perfectamente recta.

—Eran listos esos señores griegos, eh... —dijo alguien a mi derecha—. Brindo a su salud.

Levanté mi vaso para brindar y después, bebí.

—Lo que quiero decir —continué— es que a veces el ojo puede engañarnos y lo que creemos curvo resulta ser recto. —Miré de reojo al Cándido—. Y viceversa.

—Con el agua no pasa lo mismo —soltó el Cándido sin moverse—. Se ve plana porque es plana sobre una superficie plana. —Se giró para encararse al público—. Solo tenéis que acercaros a la costa para comprobarlo. Os lo he dicho un millón de veces. También podéis ver algunos vídeos de You Tube. —Levantó el móvil—. En este aparatito lo explican perfectamente.

—¿Explican qué? Te lo acaba de decir el Tony. Esa línea del templo que visitó se veía recta aunque en realidad era curva. —Apuró su vaso y lo levantó señalándoselo al camarero para que le pusiera otro—. Blanco y en botella.

—No me seas tan cándido —replicó el Cándido—. El Tony no sabe lo que dice. —Levantó de nuevo el móvil—. ¡Demostración! Eso hay que demostrarlo. Ya sabes: si no lo veo, no lo creo.

—Pero sí te crees todas las tonterías que dicen algunos por las Redes —gritó alguien desde el lado oscuro del bar.

—¿Qué tonterías?

—Ya sabes —le aclaré—. Esas que nos has contado hasta aburrir: la planitud de la Tierra, su inmovilidad; la mentira del viaje a la Luna y de toda la carrera espacial, incluida la existencia de la Estación Espacial Internacional, los satélites artificiales y la falsa infinitud del universo; así como el experimento social de la Covid-19, ideado por esos masones que lo controlan todo y a todos. —Miré a los demás parroquianos—. ¿Me he dejado algo?

—¡El 5G! ¡Ja, ja, ja! —Se mofó uno de ellos.

—Podéis reíros todo lo que queráis, pero acabaréis dándome la razón —sentenció el Cándido.

—¿Cuándo? —preguntó otro—. ¿Tal vez en el momento en que se derritan los polos y el mar se vacíe por el borde del plato?

—Ese momento ya sería tarde… —empezó a justificarse el Cándido, pero se dio cuenta de que ya nadie le prestaba atención, así que apretó los labios y miró a través de su vaso medio vacío.

Me acerqué y le dije muy bajito:

—Venga, Cándido, no te lo tomes a mal. —Le miré a los ojos—. Pero tampoco hay que dejarse engañar.

—Igual no soy yo el engañao —replicó el Cándido.

Apuró la cerveza, puso unos euros en la barra y se levantó para irse. No sin antes ajustarse la gorra de Popeye que siempre llevaba puesta, aunque solo fuera un granjero de secano, como casi todos nosotros.

—¡La Tierra es plana, y se acabó! —gritó el Cándido bien alto, poniendo una mano en horizontal como para enfatizarlo un poco más.

Cuando cerró la puerta, el silencio creado se rompió con la sonora carcajada que soltaron todos los parroquianos al unísono, excepto yo.

Un par de semanas más tarde lo vi en el periódico. Estaba retratado junto con otras personas que no conocía. Todos tenían su mano derecha estirada en horizontal, lo mismo que el Cándido aquella noche. En el pie de foto estaban los nombres y profesiones de cada uno. Había un arquitecto, una enfermera, un físico, una dentista, además de nuestro estrafalario vecino. Algunos procedían de distintas partes de América y otros del resto de España. El titular decía que se acababa de celebrar en Ciutadella —a pocos kilómetros de nuestro pequeño pueblo de interior— el Encuentro Tierra Plana Menorca.

No sé si eso tuvo algo que ver, pero aquella fue la última noche que nos reímos del Cándido y de todas sus chaladuras.

mj 

Pinterest

Para acabar: si te ha gustado y usas Pinterest, puedes animarte a repinear este pin en uno de tus tableros. Es gratis y me encantaría. También puedes repinear cualquier otra imagen del post —para ello he habilitado un botón que se activa en la esquina inferior derecha, al pasar el cursor o el dedo sobre la foto—, si así lo deseas. Ya sabes, a gusto del consumidor:

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PE: Esta edición ha sido muy complicada. Tratar de construir un personaje a la altura de Ignatius Reilly es imposible. Primero pensé en que no iba a ser capaz de hacer nada medianamente decente, pero después me dije: «¿Por qué no intentarlo?». Al final —y después de darle un montón de vueltas— estoy bastante contenta con el resultado. En fin, espero que lo hayas disfrutado, querid@ lector/a.

UN POCO DE INFORMACIÓN: El célebre grabado Flammarion, incluido en 'L'atmosphère: météorologie populaire' (París, 1888) de Camille Flammarion (p. 163), muestra a un hombre arrastrándose por debajo del borde del cielo, descrito como si fuese un hemisferio sólido, para echar un vistazo al misterioso Empíreo —en la teología católica medieval es el más alto de los cielos y el sitio de la presencia plena de Dios, donde residen los ángeles y las almas acogidas en el Paraíso, así como los bienaventurados—, que se encuentra más allá. El pie de la imagen original dice: «Un misionero medieval cuenta que ha descubierto el punto donde se encuentran el cielo y la Tierra...».

No pude resistirme a la tentación de publicar este maravilloso grabado de la Edad Media. Pero, cuidado, que estas cosas de la tierra plana eran ideas o representaciones antiguas, no realidades. Que no se nos suba a la cabeza a estas alturas... Más información en el siguiente enlace de National Geographic.

¡Salud y suerte! 

¿Qué te ha parecido mi relato?
Cuéntamelo aquí abajo me encantaría saberlo.

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Fotografía portada: Pexels.com | Foto de gorra marinera de Caleb Oquendo para Pexels
Fotografía grabado: Wikipedia | Foto del grabado Flammarion de Dominio Público en US y EU.
Foto edición: MJ RU1Z